18 de septiembre de 2013

What About Us.

Maratón 5/5

Capitulo Veintiséis.



Cuenta Lali.



Estaba a punto de salir de casa cuando mi celular sonó. Contesté sin mirar quien era, estaba algo retrasada. Tenía una cita o algo parecido con un chico de la tele, mucha facha y muy deseable.

-Hola.

Su voz resonó a través de mi teléfono. Me sorprendí a reconocer de inmediato de quien se trataba. Era Peter.

-Peter –exclamé sorprendida-

-Si, soy yo –dijo un poco nervioso-

-¿Qué… que pasó? ¿Por qué me llamas? –le pregunté confundida-

-¿Estás ocupada? –preguntó-

-Ehh.. Estaba por salir a comer pero… ¿necesitas algo?

-Algo así –respondió-

-Decime.

-¿Nos podemos ver? –preguntó nervioso-

Me sorprendí de la manera en la que me lo pidió. Reí de inmediato, pensando que me estaba jodiendo.

-¿Cuándo? –pregunté-

-Ahora –contestó sin burlarse, ni nada parecido-

-¿Ahora? –cuestioné sorprendida-

-Pero si no podes, no importa porque..

-Si –lo interrumpí- si puedo –sonreí- pero… ¿te paso algo o qué onda?

-Luego hablamos, dame tu dirección, voy a tu casa –dijo rápido-



Le di mi dirección totalmente desentendida y luego cortó. Quede casi inmóvil y confundida por la repentina actitud de Peter. Algo le había pasado claramente y necesitaba escapar o estar con alguien.

Mordí mi labio inferior y sonreí por dentro al saber que él había pensado en mí en este momento y que en minutos más, nos íbamos a volver a ver.

Miré la hora y quedaba media hora para mí “cita”. No le tome importancia y simplemente lo deje pasar, no iba a ir.



El timbre sonó, el conserje me preguntó si conocía al hombre que estaba abajo, obviamente dije que sí y en minutos Peter ya estaba bajando del ascensor mientras yo lo esperaba en la puerta de mi departamento.

Cuando me vio, de inmediato me regalo una sonrisa y yo se la devolví. Se veía tan deseable, estaba muy bueno. Se acercó a mí y choco su cuerpo con la mío para besar mi mejilla.

-Hola –susurró-

-Hola –le sonreí- pasa..

Ambos entramos a mi departamento. Sus ojos miraron todo mi hogar.

-Siéntate –dije mientras señalaba el sofá-

Él se sentó y luego dejo su bolso en el suelo. Suspiró y yo me acerqué.

-¿Queres algo de tomar? –le ofrecí-

-No.

-Ok.. –Apreté mis labios y me senté a su lado- ¿Qué pasa? –le pregunté-

-Nada importante.

-No te creo –lo miré-

Su mirada se cruzó con la mía y casi exploto todo. Sentía que me iba a comer justo en ese instante por la forma en la que me miraba. Observé su lunar y luego volví a sus ojos. Sentí que su mano rozo la mía y mi cuerpo vibró.

-¿No vas a decir nada? –le pregunté-

Él negó.

-¿Entonces? –cuestioné-

-Nada –sonrió-

-Tonto –reí- ¿Por qué estás acá?

-¿No puedo estar acá?

-¿Por qué me llamaste? –Pregunté interesada-

-Porque quería verte –respondió-



Y sonreí tan estúpidamente como si con cada palabra me estuviera enamorando.

Su mano apretó la mía y miré su boca.

-Estás linda –habló-

-Vos también –mire sus ojos-

-¿Ibas a salir? –Preguntó y yo asentí- ¿A dónde ibas?

-Nada importante –reí-

-Estás muy arreglada, si era importante –aseguró-

-No mucho la verdad, era un almuerzo con un amigo o algo así –rodeé mis ojos- nada importante –repetí-

-¿Y te quedaste acá por mí? –Preguntó con cierto egocentrismo en su voz-

-No –reí- me quede porque… -desvié la mirada- no sé, pensé que me necesitabas y.. –lo miré-

-No sé si necesitaba justamente a vos pero… creo que me podes ayudar.

-¿A qué? –pregunté-

Él se acercó peligrosamente a mi boca. Su cuerpo se pegó al mío y su mano se puso en mi cintura.

-Hey –susurré-

-Hey –me imitó-

Reímos cortamente y su boca se acercó a mi cuello. Comenzó a besarlo suavemente mientras yo disfrutaba.

-¿A que queres que te ayude? –volví a preguntar-

Su boca subió lentamente hasta quedar en la comisura de mis labios. Me besó justo ahí y luego se alejó tan solo unos centímetros. Miro mis ojos fijamente y murmuró.

-A escapar de la realidad.



Y entonces mi sonrisa se expandió por mi rostro.

Se acercó a mi boca y la deseó. Yo deseé la de él y reímos por ese maldito jueguito que hacía que la temperatura subiera.

Él puso las manos en mi rostro y sus labios chocaron con los míos, me empezó a besar tan diferente a los otras veces que me hacía querer que no separa nunca sus labios de los míos. Al principio lo hizo con dulzura, me los rozaba más que los besaba. Sabía que lo hacía a propósito para provocarme pero eso me volvía loca. Era increíble como él me podía poner con tan solo una caricia.

Y no sabía lo que era esto, lo que éramos nosotros. No sabía que estaba sintiendo. Quizá no era amor, tal vez era esa pequeña necesidad de sentir algo diferente. Algo que marcara mi vida por un momento.



Continuara…


Ahí estan los dos que faltaban, anoche me quede sin internet. Estoy harta del servicio de esa compañia de mierda. Haber si el lunes me cambio. Por el momento espero que les guste, tal vez mas tarde suba otro pero no sé aun. Estoy enfiestada toda la semana porque Chile esta de fiesta jajajajja, asi que eso... las quiero, gracias por leer divinas, chau.
@Chilelaliter

What About Us.



Maratón 4/5
Capitulo Veinticinco.

Tome una maleta que aún estaba con un poco de ropa por el viaje a punta del este. Abrí el placard y saque más ropa, me puse una remera y Natalia apareció en la habitación.

-¿Me estas jodiendo verdad? –preguntó sorprendida-
Mis ojos se posaron sobre ella, apreté mi mandíbula y ella entendió que no era joda. Su mirada recorrió toda la habitación, especialmente en la maleta, sus ojos se cristalizaron al instante en que yo la cerré.
-¿Vos pensas que esto es una joda? –le pregunté-
Sus ojos se posaron sobre los míos y se ahogaron en lágrimas. Negó lentamente y sin creerlo aun.
-Entonces no preguntes pelotudeces –dije molestó-
-Peter –murmuró-
Me levanté y tome la maleta. Camine un poco para buscar un par de cosas más.
-No podes hacerme esto –dijo con un hilo de voz-
-Lo estoy haciendo –aseguré-
-No, no, no! –exclamó mientras se acercaba a mí- por favor no me dejes, yo te prometo que voy a cambiar, yo…
-No se trata de vos –interrumpí- se trata de nosotros.
Sus lágrimas recorrieron sus mejillas y su cabeza se movió de un lado al otro.
-Esto no está funcionando –aseguré-
-Pero podemos intentarlo, cambiar, nos amamos, amor yo…
-Natalia –elevé la voz- vamos a dejar esto ¿sí?

Ella negó. Suspiré y tome su mano para acariciarla.
-Nos estamos haciendo daño y ya necesitamos respirar un poco, vos necesitas relajarte –mi mano subió hasta su mejilla y la acaricié suavemente- vamos a tomarnos un tiempo.
-Los tiempos no sirven de nada, eso es solo una excusa para piratear –aseguró-
-Entonces, terminamos –musité-
Sus mejillas nuevamente se ahogaron en lágrimas. Su mano tomo la mía y la bajo de su mejilla.
-No puedo con esto –musitó-
-¿Y vos pensas que yo sí? –le pregunté-
-Pienso que estás… distinto –me miró fijamente- ¿Por qué?
-Porque necesitamos esto, necesitamos pensar las cosas, necesitamos extrañarnos, necesitamos… -suspiré- vamos a estar bien.
-Yo no voy a estar bien sin vos, jamás –aseguró-
-Estás exagerando.

Ella negó y se alejó de mí acercándose a la cama. Se sentó ahí y puso sus manos en su rostro. Lloro unos segundos mientras yo la miraba.
Me dolía verla así, era mi mujer y la amaba pero… necesitaba un tiempo lejos de ella.

-Creo que… me voy –murmuré-
Levantó su cabeza desesperada. Su vista estaba nublada y parecía estar muriendo de dolor.
-¿Dónde te vas a ir? –me preguntó-
-No sé… -hundí mis hombros- voy a buscar algo y..
-¿Nos vamos a ver mañana? –me preguntó-
-No lo sé Natalia, esto no es de un día para el otro y..
-¿Queres que me vaya de vacaciones? –me volvió a interrumpir-
-Sería bueno para vos –respondí-
Silenció por unos segundos y luego
-¿Me amas? –me cuestionó-
Busco desesperadamente mi mirada y una respuesta. Asentí sin decir ni una palabra. Ella apretó sus labios y se limpió sus mejillas.
-¿Sabes? –Me miró- sinceramente hay veces que tu actitud me sorprende –levanté mis cejas- un día me regalas el mundo, y al siguiente es como si no hubiese pasado nada, como si el día anterior ni siquiera hubiésemos hablado –musitó con su voz áspera- Ya no sé qué hacer, estoy confundida y estas tan cambiante –sus ojos volvieron a ahogarse en lágrimas- recuerdo que antes no era así –tomo un poco de aire- no sé qué habrá cambiado en vos, en mí yo creo que nada pero vos estás tan diferente después de ese viaje –y una lágrima recorrió su mejilla- Y si, seré tonta, pero te sigo amando.

-Yo..
-No digas nada ¿sabes? –Negó- no hay más que hablar, yo mañana por la noche me voy y vos te quedas, podes venir a casa, disfrutar de tu soltería y ser libre –se levantó- pero lo único que te voy a pedir es que no te traigas a ni una chica a casa, por favor –me pidió-  
-No lo haré –aseguré-

Asintió y salió de la habitación. Suspiré con bronca y agarre un saco. Tome un bolso y metí un par de ropa ahí. Sería muy exagerado llevarme una maleta si voy a volver al otro día.
Baje en silenció y salí de la casa sin decir nada. Era extraño porque realmente no sabía dónde ir, simplemente quería escapar de ahí.

Camine hasta mi auto y me meti adentro. Aceleré sin saber a donde iba, me estacioné en unas cuadras más y miré mi celular. Lali había publicado un tweet.
Sonreí imaginándome que era para mí, y simplemente marque su número.

Continuara…