1 de mayo de 2013

Capitulo Ciento Cincuenta y Ocho.

'Volver a Respirar'
Capitulo 158.

-Estoy oficialmente colapsada! -exclame, al llegar a la mesa en que Roció me esperaba-
-Bienvenida a mi mundo! -exclamó ella con una sonrisa-
-Amaría tener tu mundo -dije agotada, me senté en la silla que estaba frente a ella-
-Apa, ¿porque tan así? -me preguntó interesada-
-Problemas, y más problemas -suspiré y tome la carta-
-¿Diego? -preguntó preocupada-
Desvié mis ojos de la carta y le di una seria mirada, la verdad es que el tema "Diego" lo había estado llevando muy bien últimamente, pero claro, Roció no tenía idea porque decidí no contarle varias cosas que habían sucedido esta semana.
-No -musité fría- la verdad es que he estado mejor de lo que pensé referente a él -deje la carta sobre la mesa- es otra cosa lo que me angustia.
-¿Otra cosa? -preguntó sorprendida-
-Ajam -asentí y remoje mis labios- hace unos días Pablo me dijo que se iría por seis meses a Inglaterra por trabajo -y la boca de mi amiga formo una 'O' expresando su sorpresa- y tiene planeado llevarse a Tomas con él -no pude evitar el titubeo de mi voz en la última frase-
-¿Me estas jodiendo? -preguntó sorprendida-
-Me encantaría -sonreí irónica- pero no.
-Oh, amiga.. -se levantó y vino hasta mí para abrazarme- todo va a estar bien -apoyé mi cabeza en su pecho y de mis ojos salieron algunas lágrimas-
-No puedo estar sin él por tanto tiempo! -exclamé-
-Lo tengo claro, nunca te has separado por tanto con él -acarició mi cabello, y yo asentí- es un hijo de puta! -exclamó con bronca, la rubia-
-No, está bien -me separé de ella- tiene derecho, ha sido un buen papá.
-Pero vos te vas a morir sin Tomas -dijo volviendo a su silla-
-Si -limpié mis mejillas- no quiero dejarlo ir pero.. no sé -dije confundida-
-Pero qué onda, ¿porque lo quiere llevar? -preguntó desentendida-
-Porque quiere llevarlo a conocer, y encima que él no va a poder venir ni una vez en los seis meses entonces lo va a extrañar, y Tomas lo puede olvidar, bla bla bla -rodeé mis ojos- y te juro que es algo que entiendo pero... es mi hijo! y son seis meses lejos! -exclamé- no puedo.
-¿Y Tomas que dice? -preguntó mientras agarraba mis manos y las acariciaba por encima de la mesa-
-Quiere ir, ya le lleno la cabeza de todo lo que pueden hacer allá, está entusiasmado -respondí con tristeza-
-Ay amiga.. -tomo airé- sé que es difícil para vos, y justo en este momento... pero sabes que vas a tener mi apoyo, y vamos a encontrar alguna solución a esto ¿sí? -asentí-

Nos pasamos todo el almuerzo hablando de este tema, de lo que podía pasar, de lo que no, de la confianza, de muchas cosas. Me había ayudado mucho, aunque claramente, aun no estaba dispuesta a tomar una decisión, faltaba hablar con Peter, él siempre sabía que hacer.
A la salida hablamos de varias cosas, la sentí incomoda al preguntarme sobre Diego pero yo le aclaré que está bien y que no volviera a preguntarme de él, ese tema ya estaba cerrado en mi vida.
-¿Te enteraste que Peter terminó con Sara? -preguntó mientras caminábamos hacía mi trabajo-
-Algo supe -dije tratando de contener mis ganas de contarle todo lo que había pasado entre Peter y yo, aún era muy pronto, y para contarle quería estar segura con esto, ya no podía seguir jugando-
-Y se les veía tan bien.. -dijo sin especular nada-
-Al parecer no era tan así -reí porque la verdad, no sabía que responderle-
-Ella quedó un poco mal, pero Peter al parecer no -agregó- ¿vos has hablado con él? -me preguntó sonriendo-
-Si, después de lo que pasó aquella vez, hemos hablado un poco -sonreí- lo normal.
-¿Y no pensas que quizá vos tenes algo que ver con el termino? -me preguntó moviendo sus cejas-
Reí ante su pregunta y su reacción.
-No! -exclamé-
-Ojo eh -sonrió picara- quizá vos no te diste cuenta pero el otro día en la fiesta, te comió con la mirada toda la noche -aseguró-
Ilusa, ¿cómo no iba a notarlo si justamente eso fue lo que traté de esquivar toda la noche?.
-Ah boee! -reí- que bueno saberlo -volví a reír-
-No te hagas la boluda.
-No me hago nada Rocío del Carmen! -exclamé exagerada-
-Asumí que aun te mueve el piso aunque sea un poquito -me jodió riendo-
-Cállate -reí-
-Viste, aún hay algo -suspiró- yo sabía -sonrió casi satisfecha- y vos pronto lo vas a asumir -aseguró-
Reí.
Si tan solo supiera que ya se lo había asumido a él, y que estábamos empezando algo, se moriría. Pero bueno, pronto va a saber.

Me despedí de ella al llegar al local, para luego disponerme a comenzar mi semana laboral.

Cuenta Peter.

Siete de la tarde y mi laburo concluía, termine los últimos papeles del día, agarré mis cosas y cerré mi oficina. Me despedí de las enfermeras, doctores, y funcionarios que me encontré en el camino al estacionamiento y me fui rápidamente a mi departamento. Necesitaba una ducha, comer algo y luego ir a lo de Lali.
Llegue a mi piso, y me sorprendí al ver a Sara en la puerta, esperándome.

-Sara -dije sorprendido, ella levantó su mirada y me sonrió- ¿Qué haces acá? -le pregunté mientras chocaba su mejilla con la mía-
-Vine a buscar algunas cosas que deje en tu depto -contestó mientras miraba su celular- las necesito, son de la facultad, y también deje algo de ropa.. -mordió su labio algo incomoda-
-Cierto.. -saque las llaves y abrí la puerta- pasa.
Ella entró primero y luego yo, cerré la puerta y la vi parada tímidamente en medio de la sala. Deje mis cosas sobre el sofá.
-Anda a buscar tus cosas, deben estar en donde las dejaste -hablé mientras caminaba hasta la cocina-
-¿Puedo pasar a tu cuarto? -me preguntó siguiéndome-
Reí, era algo obvio.
-¿Si? -dije dudoso, era extraña la situación-
Suspiró y sonrió.
-Estoy algo terca últimamente -rio-
-Anda con confianza -sonreí y abrí el refrigerador-
Sentí sus pasos alejarse hasta la habitación, tomé un poco de jugo y luego la seguí.
-¿Encontraste tus cosas? -le pregunté mientras me sentaba en la cama-
-En eso estoy.. -dijo tratando de abrir el placard de arriba- pero sería muchísimo mejor si me ayudas a abrir el placard -lo señalo y yo reí- dale, soy chiquita! -se quejó-
-Esta bien -dije riendo-
Pase por su lado y lo abrí, ese placard era básicamente de ella, ahí tenía todas las cosas que traía y se le olvidaba o dejaba a propósito.
-Debería estar todo ahí -dije mientras volvía sentarme a la cama-
-No son tantas tampoco, la ropa es lo más que deje acá -saco varias prendas de vestir- oh mira! -tomo una remera grande y larga de color negra- es tuya y está entre mis cosas! -exclamó riendo-
-Vos siempre la usabas -me quejé riendo-
-Era solo por el perfume -aclaró-
-A boee.. entonces si te gusta el perfume, quédatela -dije sin importancia-
-No -rio- estoy tratando de llevar mi vida en paz y no llena de recuerdos! -rio- mejor quédatela vos, lávala y úsala -me la tiró-
-Voy a tenerlo en cuenta! -reímos-
No tardó más de cinco minutos y ya estabamos de vuelta en la sala, ella con una bolsa en sus manos.
-Boee, me tengo que ir.. gracias por dejar rescatar mis cosas de vos -bromeó-
-No, gracias a vos por liberarme de tus cosas -reímos- cuidate Sara -chocamos nuestras mejillas- y estudia.
-Es lo que hago -sonrió- nos vemos Lanzani.
Sonrió y se fue sin decir nada más. Creo que esta sería la última vez que la iba a tener en mi departamento, y que íbamos a tener algo en común, y haberse llevado sus cosas era algo necesario tanto para mí como para ella. Este ciclo ya estaba cerrado.

Miré la hora y rápidamente me metí a la ducha. Las ansias por verla eran increíbles, si parecía que me estuviera electrocutando de amor.
Me vestí, y me perfumé. Salí rápidamente del edificio, antes de ir a lo Lali pasé por algún local comercial cercano, y le compré un juego de play a Tomas, sabía que le iba a gustar.
A eso de las ocho y media, ya estaba parado justo en frente de la puerta de Lali.
-Hola -dijo con una gigante sonrisa-
-Hola -me acerqué y dejé un beso en la comisura de sus labios-
-Pasa.. -me invitó a pasar-
Entré y cerró la puerta, de inmediato reconocí la voz de Tomas que aparecía por la sala.
-Peter! -exclamó alegre al verme-
-Hola Campeón -nos abrazamos- ¿cómo va todo?
-Bien -sonrió- hace mucho que no te veía.
-Ahora me ves -sonreí- vine a visitarlos un rato.
-Buenísimo! -dijo feliz-
-Te traje un regalito -saque tres discos del bolsillo de mi chaqueta- toma, para que jugues.
Los recibió y los reviso de inmediato.
-OH!! Justo los que quería Peter! gracias! -me abrasó-
-De nada, disfrútalos -revoleteé su cabello-
-Ohh.. Ma! -miro a Lali- ¿los viste? -se los señalo y Lali asintió sonriendo-
-Anda a probarlos a la play -le indicó-
-Si, voy ahora.. Gracias Amigo -sonrió y corrió de felicidad por el pasillo-

Miré a Lali y ella sonrió.
-No era necesario que le trajeras algo -habló-
-No importa -me acerqué a ella-
-Te lo digo enserio -insistió-
-¿A caso no viste su felicidad al cubo? -pregunté sonriendo-
-Si, lo noté -rio cortamente-
-Me gusta verlo así ¿sabes? -asintió- y hace mucho que no lo veía asi.
-Gracias -musitó-
-¿Por qué? -pregunté desentendido-
-Por ser tan considerado conmigo y mi hijo -respondió-
Sonreí y me acerqué aún más, con mi mano derecha acaricié suavemente su mejilla.
-Lo hago porque de la felicidad de ambos, nace la mía -aseguré-
Sus ojos se achinaron un poco, mordió suavemente su labio inferior y una de sus manos rozo mi mano libre.
-Sos increíble -susurró-
Se acercó a mi boca, y yo me puse rígido, ella trató de rozar sus labios con los míos poniéndose de puntitas sobre sus pies pero le fue imposible.
-Peter! -se quejó-
Reí y ella se unió a mi risa volviendo a su posición natural. Era tan chiquita pero tan adorable.
Separé mi mano de la suya y la puse en su cintura, la acaricié suavemente mientras me acercaba a su boca. Ella se inclinó un poco hacía arriba, baje mi otra mano hasta su cuello y atraje su rostro hasta el mío. Mis labios rozaron los suyos.
-Si de algo estoy seguro, es de que no me voy a alejar jamás de tu lado -susurré-
-Ni yo.
Y su boca atrapo a la mía.
Cerramos los ojos y nos hundimos en un beso lento, pausado y seguro. Un beso eterno que si fuera por mí, podría durar infinito. Sin preocupaciones. Sin problemas. Sin límites.

Nos detuvimos al mismo tiempo, dejé un corto beso antes de atraparla entre mis brazos. Su cabeza se apoyó en mi pecho y rodeo sus brazos a mi cintura.
-Sos todo lo que había buscado -murmuró tierna-
-Seamos felices entonces -aseguré y ella movió su cabeza de arriba a abajo sin despegarse de mi-

Continuara...