1 de septiembre de 2013

What About Us.



Capitulo Quince.



Cuenta Peter.



Y aquel momento se derrumbó en un segundo. Una voz ronca hizo que sus ojos se desviaran de los míos. Sonrió aún más cuando miró al chico. La imité y volteé para ver de quien se trataba. Y ahí estaba su "amiguito", con una vaso en la mano y mirándola con una cara no muy buena. De seguro era uno más de sus conquistas, y al tipo no le gusto verme junto a "su" chica.

-Me voy menos de cinco minutos y ya me reemplazaste -se quejó entre pequeñas risas-

-Nada que ver -habló Lali-

Se rio y se levantó para acercarse a él.

-Soy tuya amor.

Aseguró mientras entrelazaba sus dedos con los del chico. Él llevo su mano libre a la mejilla de Lali, y la acarició.

-Lo sé, bonita -musitó-

Ambos sonrieron y luego Lali me miró.

-Que tengas una buena noche, Peter.

Sonrió y me guiño un ojo al mismo tiempo con evidente provocación. Camino junto a él sin soltar su mano y en segundos desaparecieron de mi vista. La puta madre. Eso había sido un golpe bajo.

Y ella era una completa hija de puta. Se había ido con él luego de haberme dicho que no podía odiarme, de haberme sonreído de esa maldita manera que me volvía loco. Seguramente ella hoy iba a tener sexo mientras yo voy a estar pensando en esa puta noche. En ella. Confundido entre el amor y el deseo.



Mi celular sonó. Rápidamente lo mire y en la pantalla aparecía "amor llamando". Suspiré y luego de pensarlo al menos diez segundos, contesté.

-Hola -dije con una voz neutra-

-Hola -dijo Natalia con una angustiante voz-

-¿Cómo estás? -le pregunté-

-Extrañándote -suspiró- te necesito amor, y me duele que estemos peleados, que siempre sea igual -silenció por algunos segundos y luego continuó- no sé vos pero yo te enserio te extraño.

-Yo también -musité-

Espero unos segundos y habló.

-No se nota -dijo con una extraña voz-

-Natalia -me quejé-

-Lo sé, lo se -boto aire- pero no sabes lo dificil que es para mi, saber que vos estás allá lejos, casi soltero y que ni siquiera me extrañes -se quejó-

-Dije que te extrañaba, y vos también estas allá sola, casi soltera -aseguré- no sé de qué dudas, estamos los dos en la misma situación.

-Pero yo no te voy a engañar, no sé vos.. 

-¿Otra vez? -pregunté y luego reí irónico-

-Es que..

-Me estás cansando Natalia -la interrumpí- y no vamos a hablar más hasta que llegue a buenos aires ¿está bien? -ella no contestó- voy a relajarme, tomarme unos días y listo, cuando vuelva vamos a hablar más calmados ¿sí?

-Está bien -murmuró-

-Te amo, y pásala bien -agregue- nos vemos en unos días.

-Cuídate, te amo también.

Ella cortó. Y no sabía porque estaba siendo tan estúpido.

Yo la amaba, enserio que la amaba. Ella era lo que quería para el resto de mis días pero a veces era tan densa, tan terca y tan insegura que me hacía perder el control y querer hacerla desaparecer de mi vida. Pero luego, me arrepentía porque sin ella definitivamente yo no podría seguir.

Lali era una simple calentura más. Un deseo a corto plazo. Algo que nunca más se iba a volver a repetir. Un gran y grave error en mi vida. Sin embargo, fue el mejor "error" de mi vida.



Cuenta Lali.



-¿Le viste la cara cuando llegue y nos dijimos todas esas cosas? -exclamó Fede-

-Si boludo -reí- estuvo buenoo!!

-Fue lejos lo mejor de toda la noche! -dijo él riendo-

-Mentira, vos sos lo mejor de la noche -lo abrasé- gracias por venir a visitarme amor -bese su mejilla-

-Gracias a vos por recibirme tan loca como siempre -reímos-

-Siempre locas! -aseguré y reímos-

-Te amo tanto petisa mía.

Beso mi mejilla y nos bajamos del taxi. Había algunos paparazzi afuera, entonces Fede me tomo de la cintura y me subió en sus brazos. Grité y reí como una loca mientras todos los fotógrafos captaban el momento con sus cámaras.

Entramos al hotel y él me bajo. Me arregle el vestido y luego de casi mearnos de la risa entramos en el ascensor.

Fede era publicista y diseñador, conocido en Argentina y en otros países por su impecable trabajo. Era loco, único y mío. Hace cuatro meses se había ido a Europa a trabajar a unas de las marcas de ropas más importantes del mundo. Era realmente bueno en lo que hacía. Muchas veces él diseñaba mi ropa o me mandaba regalos de las distintas partes en las que trabajaba. También fue nuestro encargado de publicidad al inició de mi carrera musical. Ahí fue donde conoció a Eugenia.



-¿Y dejaste a algún novio desamparado en Europa? -le pregunté mientras me metía a la cama con él-

-No -rio- deje varios.

Reímos fuertemente. Me acerqué a su lado, me abrazó y me apoye en su pecho.

-¿Cuantos? -pregunté interesada-

-Los suficientes para que sepas que ya no soy virgen.

Reí a carcajadas.

-Nunca lo fuiste! -exclamé mientras reía-

-Algún día lo fui querida -sonrió- al igual que vos.

-Yo soy virgen aun! -me quejé-

-Ah boeee! entonces, yo soy heterosexual y me encantas las vaginas -bromeó-

-Si lo soy -le saque la lengua- muy dentro de vos, sabes que si baby 

-No!! ni muerto -exageró- 

-¿Y por mí? ¿No te volverías hetero? -le dije mientras me subía las tetas y se las mostraba-

Rio a carcajadas y luego besó mi frente.

-Estás más buena que tener sexo con Brad Pitt pero lamento informarte que no amor, yo nací gay y voy a morir gay.

Sonreí.

-Por eso te amo tanto!!! -lo abrasé- me encantas.

-Vos también gordita -acarició mi espalda- te juro que no jamás nos vamos a separar.

-Nunca -besé su mejilla- vos sos tipo como mi oxigeno! -exclamé-

-Exagerada! -rio-

-Enserio -hice un puchero- me entendes tan bien, y me queres tal cual soy.

-Porque te conozco desde chiquita, y siempre nos apoyamos en todo -acarició mi cabello- y aunque medio mundo te critique, una mejor que vos no voy a encontrar -sonrió-

-Lindo -enrede mis piernas con las suyas- te amo.

-Yo más preciosa.



Charlamos unos minutos más, casi una hora y luego nos quedamos dormidos, sin separarnos. Él era mi vida. Muchos no sabían que él era gay, y no porque a Fede no le gustara decirlo, simplemente porque él nunca habla de su vida privada. Aparte que no parece serlo, tiene facha, y se viste como un hombre normal, no grita a los cuatro vientos que es gay porque no tiene necesidad. Desde que tengo uso de razón él siempre mostro interés por los de su mismo sexo y era genial porque siempre hablábamos de hombres. 

Fede era delgado, alto, rubio y de ojos verdes. Tuvo una relación de tres años con un modelo brasilero hasta hace poco pero la relación no funcionó a distancia y entonces, terminaron. Y ahí estuve yo para apoyarlo. Como él ha estado en tantas otras veces para mí. Éramos el complemento perfecto.



Desperté con un insoportable sonido. Era mi celular. A penas abrí los ojos y contesté.

-¿Si?

-En una hora en el lobby del hotel Mariana -dijo Max-

-Pffff 

-Hey! tenemos que ensayar nena -musitó-

-Está bien -dije a penas-

-Una hora Mariana, UNA HORA -repitió-

-Si boludo -le corté-

Odiaba que me despertaran.

Mire a mi lado y ahí estaba mi mejor amigo. A penas podía abrir los ojos.

-Dormilón -me tire encima de él- hay que levantarse!

-Mm... ¿Para qué? -preguntó con una voz de dormido-

-Tengo que ir a ensayar.

-¿Qué hora es? -preguntó sorprendido-

-Casi las tres -dije mientras miraba mi celular-

-¿Queres que te acompañe? -me preguntó mientras abría los ojos-

-Porfi, porfi! -le pedí-

-Mmm.. 

-Dale pajero -salí de arriba de él y me levanté-

-Te odio Lali, sábelo eh! 

-Si se amoooor! -grité mientras reía-

-Apúrate en la ducha si no queres que me duche con vos! -me advirtió-

-Noooo! -grite y corrí al baño- salgo en quince así que despertate boludoo!!

Y me encerré en el baño para iniciar el día con una gustosa ducha.



-

Llegamos al estadio en donde se iba a realizar el último show acá. Eugenia estaba con lentes de sol y una cara de culo tremenda. Ayer se había ido con un chico y al parecer no había dormido nada.

-¿De nuevo te acostaste con ese rubio? -pregunté sorprendida-

-Shh, cállate! -me tapo la boca con su mano- te pueden escuchar boluda! 

-¿Y? -reí- a vos te encanta que todos sepan con quienes te acostas.

-Pero este es diferente porque es del staff y... -mordió su labio inferior- se parte.

-Auuuu!! -la molesté- no te vayas a enamorar boludita -le advertí-

-No mi amor -sonrió- solo disfruto de lo bueno de la vida -aseguró-

-Así me gusta rubia -le pegue en su cola- ahora a ensayar.

Y corrí hasta el escenario para empezar el ensayo. Una y otra, y otra canción cantábamos y bailábamos. El día estaba soleado y era triste saber que hoy era el último show acá.


Vi a Peter entre el staff observando el ensayo. Le guiñe un ojo cuando tuve la oportunidad de que supiera que era para él. Él solo rio y negó. Me encantaba provocarlo, sabía que estaba jugando con fuego y que posiblemente ya me estaba quemando, por eso me había dolido tanto lo que me dijo el otro día. Pero ¿que importaba? era jugar o jugar. Yo no tenía nada que perder.



Cuenta Peter.



Y ese movimiento de caderas, esa voz, esas miradas. Todo de ella hacía que mis ganas de volver a tener sexo con ella aumentaran considerablemente. Yo sabía que estaba mal, pero era algo que no podía evitar. 

Lali era tan indescifrable, casi como una caja de pandoras. Nunca sabía con qué sorpresa iba a salir, no sabía en qué estado de ánimo la iba a encontrar, no sabía si iba a jugar o no. No podía esperar nada de ella, porque ella nunca iba a darme algo más que calentura. Y era algo que a casi todos los hombres le pasaba. Un simple deseo.

 El ensayo terminó. Y su maldito "amigo" estaba ahí. Fue hasta ella y se pusieron a hablar. No les quite la mirada de encima solo por el hecho de que él me causaba curiosidad. No sabía si lo conocía de alguna parte o algo parecido. 

Me concentré en hacer mi trabajo con el staff y ver que todo estuviera en orden para la hora del concierto. Ella se fue a su camarín junto a su amiguito y eso definitivamente me había molestado. ¿Qué mierda eran?



-Necesito hablar con vos -me dijo una voz bastante sexy-

Volteé y ahí estaba Lali. Vestida y maquillada, lista para el show. La miré de pies a cabeza y sonreí burlón. Estaba echa una diosa. Sus tetas casi se escapaban de su ajustado corsé.

-¿Qué queres? -le pregunté de mala forma-

-No te sientas importante, solo que Max me dijo que vos te encargabas de la prensa para la conferencia -musitó-

-Ah, sí.. ¿Por? ¿Que necesitas? -me crucé de brazos sin dejar de mirarla-

-Necesito que prohíbas las preguntas que sean sobre mi vida amorosa -contestó-

-¿Eh? -pregunté casi riendo-

-No te hagas el graciosito eh -dijo desagradablemente- no estoy de humor para contestar pelotudeces, solo es eso.

-¿Y qué cosas te van a preguntar, si vos no tenes vida amorosa? -le pregunté burlón-

-¿Y qué sabes vos si tengo o no? -dijo molesta-

-Vos no sos de un solo chico -aseguré-

Y sentí una fuerte palmada contra mi mejilla.

-Uh -musité-

Lali me miró furiosa.

-Sos un completo pelotudo -dijo enojada-

-Eso dolió eh -le dije mientras señalaba mi mejilla-

-Y tus palabras también duelen -musitó molesta-

-No lo creo, a vos no te importa nada -aseguré-

-Vos no me importas -aseguró-

Reí burlón y le tome el mentón con una de mis manos.

-Eso ni vos te la crees chiquita -murmuré-

Aparto mi mano de su mentón bruscamente.

-Vos no te podes creer que alguien como yo se haya acostado con alguien como vos -dijo soberbia-

-¿Y cómo sos vos? -le pregunté-

-Vos sabes exactamente como soy.

-No, no lo sé -la miré serio- 

-No te hagas el boludo, sabes perfectamente que soy...

-Una creída de mierda -la interrumpí-

Me miro molesta y luego rio burlona. Me miro con su mirada de frívola y luego rodo sus ojos.

-Igual te encanto así de creída.

-No -negué- vos no me encantas, vos me das... -me acerque a su rostro un poco- lástima.

Su mirada se volvió asesina.

-Y te odio -sonreí burlón- y no digas que vos también me odias, porque sé que no podes odiarme -agrande mi sonrisa- y no sabes cómo me apena que yo si pueda odiarte y vos no.



Su cara se desconfiguró. No se esperaba eso. Me miró fijamente por algunos largos segundos y luego rio. 

-No me intimidas con tus palabras -aseguró-

-Tampoco quiero hacerlo.

-Sos un hijo de puta -musitó con bronca-

-Lo sé -reí y me aleje un poco de ella- y espero que siempre lo tengas claro

-Lo tengo más que claro -aseguró-

-Perfecto -la miré serio- ¿desea algo más señorita?

-¿Te podes morir? -me preguntó molesta-

-No, pero si queres me podes matar... 

Me acerque muchísimo a ella, quedando a solo milímetros. Mirándonos fijamente y sintiendo nuestras respiraciones.

-A besos.

Concluí observando detenidamente sus labios.



Continuara...


Chan, chan...
Chiquis, no estuve en casa en estos dias por eso no subi. Am sorry, las quiero un montonnnnnn, y sean siempre felices! jajaja no sé porque digo eso pero daaaaaaaaah, hagenme caso igual si? jajajja gracias por siempre leer, FIELES. (L) chau-
@Chilelaliter