Capitulo Once.
Ninguno de los dos musitó alguna palabra mientras fumábamos, solo miradas.
Miradas asesinas, provocadoras, llenas de lujuria y deseo. Sus ojos me
atrapaban de una manera que no podía soportar. Y yo trataba de intimidarla y al
parecer resultaba porque note sus mejillas más rosadas que lo habitual.
Los minutos pasaban y la situación se tensaba más, ambos sabíamos que estábamos
a punto de quemarnos y estábamos aguantándonos las ganas de consumir esta
calentura. Pero no íbamos a soportarlo por mucho tiempo más si nos seguíamos
comiendo con la mirada.
Ella terminó su cigarro segundos después que yo. Lo tiro al suelo y lo piso
fuertemente. Volvió su mirada a mí y sonrió coquetamente.
-Estuvo bueno, gracias.
Me hablo y se volteó.
-¿Te vas? -le pregunté antes de que empezara a caminar-
-¿Queres que me quede? -preguntó sin mirarme-
-No -aseguré-
Giró, y rio soberbia. Me guiño un ojo y volvió a girar, dio a penas tres
pasos y yo la detuve.
Agarre su brazo rápidamente y la atraje hasta mí. Con mi mano libre agarre
su rostro y lo acerque bruscamente al mío para chocar mi boca con la de ella.
No pensé en nada, ni nadie. Solo lo hice, me deje llevar y la besé.
Uní mis labios con los de ella, y los moví desesperadamente buscando su
respuesta que no tardó en llegar. Sus labios se movieron descoordinadamente por
algunos segundos hasta que se encontraron con el ritmo de los míos.
Sus manos se posaron entre mi nuca y mis mejillas. Y las mías bajaron hasta
su delgada cintura. La atraje aún más a mí, mezclando mi cuerpo con el de ella.
Su lengua entro sin permiso en mi boca para buscar deseosa a la mía, y cuando
la encontró hicieron un juego para mezclarse a la perfección. Se coordinaron y
el besó intensificó. La calentura se estaba elevando. Sus labios carnosos
eran tan suaves, sabían tan bien y sabía perfectamente como ocuparlos.
Ambos sentimos la necesidad de respirar. El besó había durado muchísimo y
estaba subiendo bastante de tono.
Ella succiono mi labio inferior y lo agarro entre sus dientes. La miré
fijamente a los ojos, y ella sonrió. Mordió un poco mi labio y lo soltó
mientras reía.
Toque mi labio y noté que lo había roto un poco. Reí con malicia.
-No me provoques -le advertí-
-No te provoco -aseguró mientras reía-
-Me voy a vengar por esto -señale mi labio-
-¿Y cómo? -me preguntó coqueta-
Reí totalmente canchero.
-Ya vas a ver -le guiñe un ojo-
Ella rio y me miro mientras se mordía el labio.
La miré por unos segundos hasta que no aguante más. La agarre de la cintura
y la atraje a mí. Mis labios se posaron desesperadamente en los suyos, y el
beso de inmediato se prendió. La apoye en una de las paredes, y pegue mi cuerpo
al de ella, acorralándola entre el muro y mi cuerpo.
Ella poso una de sus manos en mi nuca y la otra estaba en mi oblicuo tratando
de introducirse lentamente por debajo de mi camisa. Una de mis manos bajo un
poco y se posó sobre su culo. Lo recorrí y baje mi otra mano. Le di un suave
apretón y ella me atrajo aún más.
Sentí su mano tener contacto con mi piel por debajo de mi camisa y eso me calentó
aún más. Y ella lo sabía, podía sentir mi erección chocando contra su vientre y
que crecía notoriamente.
Sus besos me estaban llevando a la perdición, definitivamente eran como una
droga. Y me estaban haciendo efecto. La quería sentir, quería estar dentro de
ella. Quería tener sexo con ella y no me importaba nada más. Ya estaba metido
en esto, ya estaba jugando y tenía que terminar de jugar como correspondía.
Cuenta Lali.
Sus labios sobre los míos, su cuerpo pegado al mío, su respiración
entrecortada, su sabor, su aroma, su exquisita forma de besar. Me estaba
volviendo loca. Sus besos se hacían cada vez más profundos, con más calentura,
con más ganas de llevarlo lejos de acá. Estaba caliente, y podía notar su bulto
en mi estómago. Y yo me estaba excitando cada vez más.
Había sido todo tan inesperado. Me había agarrado de una forma en la que
nunca imaginé. Me había mirado de una manera en la que me atrapaba y me hacía
desearlo aún más. Estaba totalmente caliente por él. Lo quería dentro de mí,
quería sacarme todas esas malditas ganas que le tenía, que esa tensión sexual
que habíamos formado se rompiera y pudiéramos hacernos mierda en la cama.
Su boca se alejó de la mía pero continúo besando mi piel. Bajó hasta mi
cuello y se detuvo ahí para olerme. Sonreí y subí una de mis piernas hasta su
cintura, su mano acarició desenfrenadamente mi muslo. Besó mi cuello y yo
apreté su cola.
Se alejó de mi cuello y me miró fijamente sin alejarse de mí. A solo milímetros,
nuestras respiraciones se mezclaban.
-Vamos al hotel.
Aseguró con tanta lujuria en su voz que hizo que mi piel se erizara y todo
dentro de mí, vibrara.
Sonreí con deseo y lo besé cortamente.
Me despegue de él y agarre su mano, entrelacé mis dedos con los suyos y
caminamos hasta dentro del local. Soltó mi mano y fue hasta su grupo, yo busque
a Eugenia pero no la encontré. Mejor aún. Peter busco su campera, saludo a
algunos de sus compañeros y volvió a mí.
-¿Lista? -me preguntó en mi oído-
Asentí y volví a entrelazar nuestros dedos.
-¿Y tu campera? -preguntó-
-No traje -respondí-
-Toma -me puso su campera en mis hombros- afuera te vas a cagar de frio.
Había sido un gesto muy lindo de su parte.
Sonreí agradecida y caminamos entre la multitud. Yo iba detrás de él
mientras él encontraba el camino hasta la salida. Ese club era enorme y estaba
repleto de gente. Cuando al fin pudimos salir de ahí, Peter buscó un taxi y nos
subimos en el primero.
Nos sentamos juntitos y él pasó uno de sus brazos por detrás de mi hombro.
Apoye mi cabeza en su hombro y con su mano libre agarro mis piernas, acariciándolas
suavemente.
Nadie hablo durante todo el camino.
Al llegar al hotel, gracias a Dios, no había ni un paparazzi afuera. Él pago
y nos bajamos rápidamente. Agarro mi mano y entramos, caminamos bajo la atenta
y poco disimulada mirada de los trabajadores del hotel.
El ascensor estaba libre así que rápidamente nos subimos. Peter marcó
nuestro piso y un segundo después me apoyo en la pared de metal. Choco sus
labios con los míos, deseoso por llegar.
El ascensor paro en nuestro piso. Salimos de ahí y quedamos parados,
esperando a que alguno de los dos dijera a que habitación íbamos.
Pero nadie habló, ni decidió. Mi boca choco con la suya por algunos segundos,
y luego lo jale de la camisa para que me siguiera hasta mi habitación. Me pare
en la puerta para buscar la tarjeta en mi pequeña cartera. Peter se apoyó
detrás de mí, y sentí su erección chocando con mi trasero. Sonreí y apoye mi
culo aún más en su bulto. Saque la tarjeta y la bote intencionalmente.
-Ups! -exclamé riendo-
Me agache a recogerla y deje mi culo apegado a su bulto. Él rio entre
desesperado y caliente. Puso sus manos en mis caderas, yo reí haciéndome la
inocente y me levanté. Pase la tarjeta y entramos rápidamente.
Cerramos fuertemente. Peter ataco mi cuello por atrás y poso sus manos en mis
caderas. Me atrajo hasta él y me punteó. Me calenté de inmediato. Necesitaba
sentirlo dentro de mí ahora.
Me di media vuelta y capturé sus labios apasionadamente.
Su campera cayó al suelo, y con un rápido juego de manos logró que mi blusa
y mi falda también estuvieran en el suelo.
Me separé de su boca y me dirigí con mis manos hasta los botones de su
camisa. Tire de ella rompiendo todo los botones y su trabajado torso se hizo
presente. Le saque la camisa y besé sus pectorales para luego volver a sus
labios.
Lleve mis manos a la cremallera de sus jeans y la abrí rápidamente. Él se
encargó de bajarlos. Quedando ambos en tan solo ropa interior.
Enrede mis brazos en su cuello y él me sujeto con fuerza,
me alzó haciendo que mis piernas se colocaran alrededor de su cintura. Mordisqueó mi
cuello y perdí todo nuevamente. Mis ojos se cerraron, y un jadeo se escapó de mis labios.
Estaba totalmente excitada.
Me estampo contra la cama, él encima y su boca devoraba
la mía con cada beso y esto comenzaba a salirse de control aún más.
Su boca recorrió cada centímetro de mi piel, al pasar por mi
sujetador, lo desabrochó casi como un experto. Se detuvo en masajear mis senos,
y luego llevárselos a la boca. Haciéndome gemir de una manera impresionante. Volvió a mi
boca y dejó un beso húmedo. Sonrió y bajo sus manos hasta mis bragas, las
introdujo dentro y toco mi feminidad. Movió su dedo en círculos,
tocando mi clítoris. Y eso me hizo estremecer frente a él. Gemí con
satisfacción.
Bajo mis bragas y su boca se fue hasta el lóbulo de mi
oreja. Lo mordió y yo gemí. Agarre su rostro entre mis manos y lo mire
fijamente. A penas roce mis labios con los suyos y me levante de mi
posición.
Hice que se estirara, ahora yo iba a tener el control. Me
subí arriba de él y sentí su erección casi salirse de su bóxer. Deje varios
besos en su cuello para luego bajar hasta sus abdominales. Me puse a un lado y
apoye mi mano sobre su bulto. Reí al notar que eso le causo mucha excitación.
Metí mi mano dentro de su bóxer y agarre su bulto. Él se bajó
los bóxer y sonreír al verlo. Era increíblemente grande. Y eso me gustaba aún más.
Con las yemas de mis dedos toque la punta de su miembro y
acerque mi lengua. Lo lamí un poco y sin avisarle, lo introduje dentro de mi
boca. Peter soltó un gemido que se llegó a escuchar hasta en la china.
Sonreí y lo saboreé por unos segundos, lo saque de mi
boca y lo masajee con mi mano. Volví a su boca y lo besé exageradamente.
Él agarro mi nuca y me tiro a la cama. Se levantó y abrió
bruscamente mis piernas. Busco su pantalón y sacó un preservativo. Se lo puso
rápidamente y se acomodó entre mis piernas.
Introdujo solo la punta y jugueteo por un rato. Moví mis
caderas para apurarlo. Lo necesitaba dentro mío ahora, estaba a punto de
explotar. Necesitaba placer.
-Entra -le pedí entre jadeos-
-¿Eh? -se acercó a boca- ¿qué queres?
-Que me lo metas ahora! -exclamé excitada-
Peter sonrió y capturo mis labios.
-Me calentas tanto -dijo contra mi boca-
-Por favor... -le suplique-
Volvió a reír y se introdujo un poco más.
-Uhmmm.. -me quejé-
-¿Queres que te folle duro? -me preguntó aun con sus
labios apoyados en los míos-
-Si
-Pedimelo -agarro una de mis lolas con su mano-
-Dame duro ¿sí? -lo mire fijamente a los ojos-
Sonrió.
-No cerres los ojos, mírame siempre -me advirtió-
Asentí y sin avisarme, se introdujo completamente dentro
de mí. Gemí fuertemente ante la sorpresa, el placer y el dolor.
Peter movió sus caderas sobre mí con rapidez, con fuerza, con
calentura. Cada vez más rápido, más intenso y pensé… ¿Quién es él? Mis uñas se
clavaron en sus brazos y él mordió mi hombro como un impulso.
Sus movimientos fuertes se complementaban a los míos que
iban a su ritmo. Peter miraba fijamente mis ojos como yo los de él.
-Peter.. -susurré entre jadeos-
Sonrió al notar que había pronunciado su nombre. Fue
hasta mi oído y hablo.
-Sos tan caliente...
Volvió a mi boca y me besó salvajemente. Su lengua se metió
dentro de mi boca y me perdí en el placer. Estaba totalmente entregada.
Dio unas cuantas embestidas rápidas y fuertes, hasta que yo quise tomar el
control.
Me puse arriba de él. Y comencé a mover solamente mi
trasero mientras apoyaba mis manos en su pecho. Peter gemía roncamente y yo me
movía haciendo círculos arriba de su miembro. Peter comenzó a embestiar más rápido y fuerte nuevamente,
entonces me estire sobre él y lo besé. Sus labios tenían algo magnético. Eran
tan suaves, besaba tan bien.
Estuvimos por largos minutos dándonos placer, gritando y gimiendo.
Hasta que el punto máximo había llegado. El clímax se estaba acercando para él,
podía notarlo por la velocidad en que me penetraba.
Recargue mi frente contra la suya, una fina capa de sudor
nos cubría y estaba volviéndome loca. No teníamos control… lo habíamos perdido.
Sus brazos rodeaban mi cintura con fuerza y unos mechones de cabello caían
sobre mi rostro.
Soltó un fuerte gemido y dejo de moverse. Capturo mis
labios tranquilamente. Se estaba corriendo, y yo me corrí con él.
-Increíble -susurró luego de separarse de mi boca-
Sonreí. Deje un piquito sobre sus labios y me levanté. Me
estiré a su lado y quedamos desnudos mirando el techo por unos largos minutos.
Su rostro giró y me observó por algunos segundos hasta
que lo imité. Nos miramos gustosos, ya habíamos apagado esa maldita llama. Nos
habíamos quemado. El juego había acabado.
Cuenta Peter.
Su mirada seguía atrapándome pero ahora la tensión ya no
existía. Las ganas se habían ido y calentura había desaparecido. La miré
fijamente a los ojos y pude notar que estaba cansada. Abrí mis brazos y la
atraje hasta mí. Ella se acomodó sobre mi pecho y mi mano acarició su espalda
desnuda. Había sido un muy buen polvo. Y eso había sido todo. Game over.
Continuara...
TARDISIMO, seguro nadie está! JAJAJA pero lo subi. Y van a quedar con ataque, espero que no porque quiero que sigan leyendo los proximos capitulosss!! jajaj son tan genias, grosas, divinas, LAS QUIEROOOOOOOOOOO!! y ya se dio lo que se daba!! ajjaja.. Espero que les guste, y lo subi tan tarde porque era para horario de adulto(? jajajajajajja.. chau(L)
@Chilelaliter