21 de agosto de 2013

What About Us.

Capitulo Once.

Ninguno de los dos musitó alguna palabra mientras fumábamos, solo miradas. Miradas asesinas, provocadoras, llenas de lujuria y deseo. Sus ojos me atrapaban de una manera que no podía soportar. Y yo trataba de intimidarla y al parecer resultaba porque note sus mejillas más rosadas que lo habitual.
Los minutos pasaban y la situación se tensaba más, ambos sabíamos que estábamos a punto de quemarnos y estábamos aguantándonos las ganas de consumir esta calentura. Pero no íbamos a soportarlo por mucho tiempo más si nos seguíamos comiendo con la mirada.
Ella terminó su cigarro segundos después que yo. Lo tiro al suelo y lo piso fuertemente. Volvió su mirada a mí y sonrió coquetamente.

-Estuvo bueno, gracias.
Me hablo y se volteó.
-¿Te vas? -le pregunté antes de que empezara a caminar-
-¿Queres que me quede? -preguntó sin mirarme-
-No -aseguré-
Giró, y rio soberbia. Me guiño un ojo y volvió a girar, dio a penas tres pasos y yo la detuve.
Agarre su brazo rápidamente y la atraje hasta mí. Con mi mano libre agarre su rostro y lo acerque bruscamente al mío para chocar mi boca con la de ella. No pensé en nada, ni nadie. Solo lo hice, me deje llevar y la besé.
Uní mis labios con los de ella, y los moví desesperadamente buscando su respuesta que no tardó en llegar. Sus labios se movieron descoordinadamente por algunos segundos hasta que se encontraron con el ritmo de los míos.
Sus manos se posaron entre mi nuca y mis mejillas. Y las mías bajaron hasta su delgada cintura. La atraje aún más a mí, mezclando mi cuerpo con el de ella. Su lengua entro sin permiso en mi boca para buscar deseosa a la mía, y cuando la encontró hicieron un juego para mezclarse a la perfección. Se coordinaron y el besó intensificó. La calentura se estaba elevando.  Sus labios carnosos eran tan suaves, sabían tan bien y sabía perfectamente como ocuparlos. 
Ambos sentimos la necesidad de respirar. El besó había durado muchísimo y estaba subiendo bastante de tono.
Ella succiono mi labio inferior y lo agarro entre sus dientes. La miré fijamente a los ojos, y ella sonrió. Mordió un poco mi labio y lo soltó mientras reía.
Toque mi labio y noté que lo había roto un poco. Reí con malicia.

-No me provoques -le advertí-
-No te provoco -aseguró mientras reía-
-Me voy a vengar por esto -señale mi labio-
-¿Y cómo? -me preguntó coqueta-
Reí totalmente canchero.
-Ya vas a ver -le guiñe un ojo-
Ella rio y me miro mientras se mordía el labio.
La miré por unos segundos hasta que no aguante más. La agarre de la cintura y la atraje a mí. Mis labios se posaron desesperadamente en los suyos, y el beso de inmediato se prendió. La apoye en una de las paredes, y pegue mi cuerpo al de ella, acorralándola entre el muro y mi cuerpo.
Ella poso una de sus manos en mi nuca y la otra estaba en mi oblicuo tratando de introducirse lentamente por debajo de mi camisa. Una de mis manos bajo un poco y se posó sobre su culo. Lo recorrí y baje mi otra mano. Le di un suave apretón y ella me atrajo aún más.
Sentí su mano tener contacto con mi piel por debajo de mi camisa y eso me calentó aún más. Y ella lo sabía, podía sentir mi erección chocando contra su vientre y que crecía notoriamente.
Sus besos me estaban llevando a la perdición, definitivamente eran como una droga. Y me estaban haciendo efecto. La quería sentir, quería estar dentro de ella. Quería tener sexo con ella y no me importaba nada más. Ya estaba metido en esto, ya estaba jugando y tenía que terminar de jugar como correspondía.

Cuenta Lali.

Sus labios sobre los míos, su cuerpo pegado al mío, su respiración entrecortada, su sabor, su aroma, su exquisita forma de besar. Me estaba volviendo loca. Sus besos se hacían cada vez más profundos, con más calentura, con más ganas de llevarlo lejos de acá. Estaba caliente, y podía notar su bulto en mi estómago. Y yo me estaba excitando cada vez más.
Había sido todo tan inesperado. Me había agarrado de una forma en la que nunca imaginé. Me había mirado de una manera en la que me atrapaba y me hacía desearlo aún más. Estaba totalmente caliente por él. Lo quería dentro de mí, quería sacarme todas esas malditas ganas que le tenía, que esa tensión sexual que habíamos formado se rompiera y pudiéramos hacernos mierda en la cama.
Su boca se alejó de la mía pero continúo besando mi piel. Bajó hasta mi cuello y se detuvo ahí para olerme. Sonreí y subí una de mis piernas hasta su cintura, su mano acarició desenfrenadamente mi muslo. Besó mi cuello y yo apreté su cola.
Se alejó de mi cuello y me miró fijamente sin alejarse de mí. A solo milímetros, nuestras respiraciones se mezclaban.

-Vamos al hotel.
Aseguró con tanta lujuria en su voz que hizo que mi piel se erizara y todo dentro de mí, vibrara.
Sonreí con deseo y lo besé cortamente.
Me despegue de él y agarre su mano, entrelacé mis dedos con los suyos y caminamos hasta dentro del local. Soltó mi mano y fue hasta su grupo, yo busque a Eugenia pero no la encontré. Mejor aún. Peter busco su campera, saludo a algunos de sus compañeros y volvió a mí.
-¿Lista? -me preguntó en mi oído-
Asentí y volví a entrelazar nuestros dedos.
-¿Y tu campera? -preguntó-
-No traje -respondí-
-Toma -me puso su campera en mis hombros- afuera te vas a cagar de frio.
Había sido un gesto muy lindo de su parte.
Sonreí agradecida y caminamos entre la multitud. Yo iba detrás de él mientras él encontraba el camino hasta la salida. Ese club era enorme y estaba repleto de gente. Cuando al fin pudimos salir de ahí, Peter buscó un taxi y nos subimos en el primero.
Nos sentamos juntitos y él pasó uno de sus brazos por detrás de mi hombro. Apoye mi cabeza en su hombro y con su mano libre agarro mis piernas, acariciándolas suavemente.
Nadie hablo durante todo el camino.

Al llegar al hotel, gracias a Dios, no había ni un paparazzi afuera. Él pago y nos bajamos rápidamente. Agarro mi mano y entramos, caminamos bajo la atenta y poco disimulada mirada de los trabajadores del hotel.
El ascensor estaba libre así que rápidamente nos subimos. Peter marcó nuestro piso y un segundo después me apoyo en la pared de metal. Choco sus labios con los míos, deseoso por llegar.
El ascensor paro en nuestro piso. Salimos de ahí y quedamos parados, esperando a que alguno de los dos dijera a que habitación íbamos.
Pero nadie habló, ni decidió. Mi boca choco con la suya por algunos segundos, y luego lo jale de la camisa para que me siguiera hasta mi habitación. Me pare en la puerta para buscar la tarjeta en mi pequeña cartera. Peter se apoyó detrás de mí, y sentí su erección chocando con mi trasero. Sonreí y apoye mi culo aún más en su bulto. Saque la tarjeta y la bote intencionalmente.
-Ups! -exclamé riendo-
Me agache a recogerla y deje mi culo apegado a su bulto. Él rio entre desesperado y caliente. Puso sus manos en mis caderas, yo reí haciéndome la inocente y me levanté. Pase la tarjeta y entramos rápidamente.
Cerramos fuertemente. Peter ataco mi cuello por atrás y poso sus manos en mis caderas. Me atrajo hasta él y me punteó. Me calenté de inmediato. Necesitaba sentirlo dentro de mí ahora.
Me di media vuelta y capturé sus labios apasionadamente.
Su campera cayó al suelo, y con un rápido juego de manos logró que mi blusa y mi falda también estuvieran en el suelo.
Me separé de su boca y me dirigí con mis manos hasta los botones de su camisa. Tire de ella rompiendo todo los botones y su trabajado torso se hizo presente. Le saque la camisa y besé sus pectorales para luego volver a sus labios.
Lleve mis manos a la cremallera de sus jeans y la abrí rápidamente. Él se encargó de bajarlos. Quedando ambos en tan solo ropa interior.

Enrede mis brazos en su cuello y él me sujeto con fuerza, me alzó haciendo que mis piernas se colocaran alrededor de su cintura. Mordisqueó mi cuello y perdí todo nuevamente. Mis ojos se cerraron, y un jadeo se escapó de mis labios. Estaba totalmente excitada.
Me estampo contra la cama, él encima y su boca devoraba la mía con cada beso y esto comenzaba a salirse de control aún más.
Su boca recorrió cada centímetro de mi piel, al pasar por mi sujetador, lo desabrochó casi como un experto. Se detuvo en masajear mis senos, y luego llevárselos a la boca. Haciéndome gemir de una manera impresionante. Volvió a mi boca y dejó un beso húmedo. Sonrió y bajo sus manos hasta mis bragas, las introdujo dentro y toco mi feminidad. Movió su dedo en círculos, tocando mi clítoris. Y eso me hizo estremecer frente a él. Gemí con satisfacción.
Bajo mis bragas y su boca se fue hasta el lóbulo de mi oreja. Lo mordió y yo gemí. Agarre su rostro entre mis manos y lo mire fijamente. A penas roce mis labios con los suyos y me levante de mi posición. 


Hice que se estirara, ahora yo iba a tener el control. Me subí arriba de él y sentí su erección casi salirse de su bóxer. Deje varios besos en su cuello para luego bajar hasta sus abdominales. Me puse a un lado y apoye mi mano sobre su bulto. Reí al notar que eso le causo mucha excitación.
Metí mi mano dentro de su bóxer y agarre su bulto. Él se bajó los bóxer y sonreír al verlo. Era increíblemente grande. Y eso me gustaba aún más.
Con las yemas de mis dedos toque la punta de su miembro y acerque mi lengua. Lo lamí un poco y sin avisarle, lo introduje dentro de mi boca. Peter soltó un gemido que se llegó a escuchar hasta en la china.
Sonreí y lo saboreé por unos segundos, lo saque de mi boca y lo masajee con mi mano. Volví a su boca y lo besé exageradamente. 

Él agarro mi nuca y me tiro a la cama. Se levantó y abrió bruscamente mis piernas. Busco su pantalón y sacó un preservativo. Se lo puso rápidamente y se acomodó entre mis piernas. 
Introdujo solo la punta y jugueteo por un rato. Moví mis caderas para apurarlo. Lo necesitaba dentro mío ahora, estaba a punto de explotar. Necesitaba placer.
-Entra -le pedí entre jadeos-
-¿Eh? -se acercó a boca- ¿qué queres?
-Que me lo metas ahora! -exclamé excitada-
Peter sonrió y capturo mis labios. 
-Me calentas tanto -dijo contra mi boca- 
-Por favor... -le suplique- 
Volvió a reír y se introdujo un poco más.
-Uhmmm.. -me quejé-
-¿Queres que te folle duro? -me preguntó aun con sus labios apoyados en los míos-
-Si 
-Pedimelo -agarro una de mis lolas con su mano-
-Dame duro ¿sí? -lo mire fijamente a los ojos-
Sonrió.
-No cerres los ojos, mírame siempre -me advirtió-
Asentí y sin avisarme, se introdujo completamente dentro de mí. Gemí fuertemente ante la sorpresa, el placer y el dolor.
Peter movió sus caderas sobre mí con rapidez, con fuerza, con calentura. Cada vez más rápido, más intenso y pensé… ¿Quién es él? Mis uñas se clavaron en sus brazos y él mordió mi hombro como un impulso.
Sus movimientos fuertes se complementaban a los míos que iban a su ritmo. Peter miraba fijamente mis ojos como yo los de él. 
-Peter.. -susurré entre jadeos-
Sonrió al notar que había pronunciado su nombre. Fue hasta mi oído y hablo.

-Sos tan caliente... 
Volvió a mi boca y me besó salvajemente. Su lengua se metió dentro de mi boca y me perdí en el placer. Estaba totalmente entregada. 
Dio unas cuantas embestidas rápidas y fuertes, hasta que yo quise tomar el control.

Me puse arriba de él. Y comencé a mover solamente mi trasero mientras apoyaba mis manos en su pecho. Peter gemía roncamente y yo me movía haciendo círculos arriba de su miembro. Peter comenzó a embestiar más rápido y fuerte nuevamente, entonces me estire sobre él y lo besé. Sus labios tenían algo magnético. Eran tan suaves, besaba tan bien.
Estuvimos por largos minutos dándonos placer, gritando y gimiendo. Hasta que el punto máximo había llegado. El clímax se estaba acercando para él, podía notarlo por la velocidad en que me penetraba. 
Recargue mi frente contra la suya, una fina capa de sudor nos cubría y estaba volviéndome loca. No teníamos control… lo habíamos perdido. Sus brazos rodeaban mi cintura con fuerza y unos mechones de cabello caían sobre mi rostro.
Soltó un fuerte gemido y dejo de moverse. Capturo mis labios tranquilamente. Se estaba corriendo, y yo me corrí con él.

-Increíble -susurró luego de separarse de mi boca-
Sonreí. Deje un piquito sobre sus labios y me levanté. Me estiré a su lado y quedamos desnudos mirando el techo por unos largos minutos.
Su rostro giró y me observó por algunos segundos hasta que lo imité. Nos miramos gustosos, ya habíamos apagado esa maldita llama. Nos habíamos quemado. El juego había acabado.



Cuenta Peter.

Su mirada seguía atrapándome pero ahora la tensión ya no existía. Las ganas se habían ido y calentura había desaparecido. La miré fijamente a los ojos y pude notar que estaba cansada. Abrí mis brazos y la atraje hasta mí. Ella se acomodó sobre mi pecho y mi mano acarició su espalda desnuda. Había sido un muy buen polvo. Y eso había sido todo. Game over.


Continuara...


TARDISIMO, seguro nadie está! JAJAJA pero lo subi. Y van a quedar con ataque, espero que no porque quiero que sigan leyendo los proximos capitulosss!! jajaj son tan genias, grosas, divinas, LAS QUIEROOOOOOOOOOO!! y ya se dio lo que se daba!! ajjaja.. Espero que les guste, y lo subi tan tarde porque era para horario de adulto(? jajajajajajja.. chau(L)
@Chilelaliter