24 de septiembre de 2013

What About Us.



Capitulo Treinta.

Me desperté por un molesto ruido del celular de Lali. Abrí a penas mis ojos y vi como ella tomaba su celular de la mesita de luz sin alejarse mucho de mí. Aun la estaba abrazando así que la apreté contra mi cuerpo, ella se rio y contesto su celular.
-¿Si? –Preguntó- Ay boluda, no sé –exclamó- estaba dormida y no, no salí anoche… ¿vos qué onda? –preguntó y escuché un poco de ruido a través del teléfono- jodeme! –se emocionó Lali- tenes que aprovechar pero no te cuentes conmigo eh… bueno, sí, yo igual te amo preciosa –exclamó- nos vemos más tarde, besoo, chau –cortó-

-Al fin –protesté sin abrir los ojos-
-Son las once del día –murmuró-
-¿Y? –Apreté su cuerpo al mío nuevamente- aún tenemos tiempo para seguir durmiendo.
Y enterré mi cabeza en su cabello. Ella estaba de espaldas a mí y mis brazos rodeaban su cintura hasta llegar a su ombligo. Mis manos estaban entrelazadas con las de ella y estábamos en la cómoda posición de cucharita.
-Tengo que ir al gym –musitó Lali-
-No vayas –susurré-
-El domingo es mi día libre de gym –aseguró- y si falto un día pierdo la forma y…
-Estás hablando mucho –me quejé-
-Me voy a levantar entonces.
-No, no –reí-
La apreté nuevamente y su cola quedo totalmente enterrada en mi bulto. Ella rio y empezó a hacer movimientos circulares con la intención de hacer despertar a mi amiguito de abajo.
-No hagas eso –susurré-
-¿Qué cosa? –preguntó riendo-
-Lali…
Murmuré en su oído pero a ella no le importo, siguió con los movimientos y cada vez más sensuales. Sentía que mi amiguito estaba despertando entonces empecé a besar suavemente su cuello.
-No me provoques –musité contra su cuello-
-Mmmm… -imitó un gemido-
-Vas a arrepentirte –le advertí-
-¿Si? –Preguntó con una sensual voz-
-Sí.
Y a ella no le importó. Fui hasta a su oreja y tome el lóbulo de esta entre mis dientes. Ella rio y se movió aún más.
-Estás jugando con fuego –le volví a advertir-
-¿Y qué me va a pasar?
-Te vas a quemar sin ayuda –contesté-

Ella rio y una de sus manos se soltó de la mía. La bajo hasta su cola y luego acarició mi miembro sobre la tela de mi bóxer.
-Umhmuh –se quejó mientras me tocaba descaradamente-
Me sorprendí cuando su mano se alejó de la tela y se metió rápidamente dentro de mi bóxer para agarrar mi miembro.
-Sos una hija de puta –dije riendo-
Ella rio y empezó a mover su mano de arriba abajo por mi miembro que cada vez se despertaba más. El movimiento se hizo más intenso a través que pasaban los minutos, y yo ya estaba completamente duro.
Ella lo noto y bajo mi bóxer, mi erección salió con evidente desespero. Toco la punta de mi miembro para acariciarla suavemente y me estremecí.
-Diossss –me quejé en su oído-
Lali rio y estaba acabada. Ella se quería quemar y lo había a lograr.
Reaccione sin que ella pudiera detenerme, baje mis manos hasta su short y se los baje junto a sus bragas.
Agarré sus caderas y la atraje hacía mí. Traté de introducirme rápidamente dentro de ella pero no lo logre. Ella rio y tomo mi miembro para ayudarlo a introducirlo en su feminidad.

Cuando estuvo completamente adentro, agarré firmemente sus caderas y la penetré con fuerza. Ella gritó fuertemente y eso me hizo calentarme aún más.
Sin dejar de penetrarla bruscamente, aparte su cabello y ataque su cuello.
-Ohhh.. Peter.. ahhh –gimió Lali-
Mordí su cuello y llevé una de mis manos a su feminidad para dilatarla aún más. L penetre con más fuerza y lentamente como a ambos nos gustaba. Salía y entraba de ella como un loco desesperado, una y otra vez. Y yo no podía evitar jadear por el buen sexo que estábamos teniendo.
-AAAAAH –gritó Lali mientras no paraba de penetrarla-
-¿Ya te vas? –le pregunté agitado-
-Nooo
Y su mano se colocó en una de mis nalgas para apretarme con fuerza. Y de repente, el movimiento se hizo más suave y más intensó. Ella movía su cola en círculo sobre mi miembro y yo solo besaba su cuello mientras acariciaba sus pechos. Esta mujer estaba acabando conmigo.
La penetré fuertemente y sentí que estaba listo para irme.
-Me voy…
Grité agitado y me salí rápidamente de ella. Ella se volteó e hizo que me fuera en su estómago. Quedo cubierta de aquel espeso líquido blanco.
Lali mordió su labio inferior y me agarro la nuca para atraerme a su boca. Me besó tan apasionadamente que me hizo perderme en su lengua. Apreté su cola y ella terminó el beso mordiendo mi labio inferior.

-Eso definitivamente fue el mejor polvo de todos –aseguró-
Asentí y besé cortamente sus labios.
Subí mi bóxer y ella subió sus bragas, se limpió el estómago con la sabana y rio al recordar el apasionado momento de descontrol.
-¿No te cuidaste verdad? –me preguntó-
-No –la miré- ¿vos te cuidas?
-Si –sonrió-
-Me fui afuera, no hay mucho que preocuparse tampoco –aseguré-
-Sos el rey del sexo eh –bromeó-
-Mmm.. Si –y rodeé su cintura con mis manos- y vos vendrías siendo la reina –la acerqué a mi boca-
-Soy Sasha Grey –rio-
-¿Por lo morocha? –reí-
-Igualita! –reímos-
-¿Eso querías lograr desde un principio? –le pregunté-
-¿Qué cosa?
-¿Provocarme hasta que perdiera el control?
-Si –rio-
Sonreí y me choque mis labios con los suyos.
-Te despertaste muy juguetona eh –dije contra su boca-
-Y vos sabes complacerme perfectamente –me besó-

Y era verdad, ambos sabíamos cómo disfrutarnos.
Ella se separó de mí y se vista quedo sobre mis ojos. Observe su cabello caramelo completamente despeinado y sus lindos ojos marrones mirándome fijamente, como si no quisieran alejarse. Acaricié uno de sus hombros y ella sonrió, y era tan jodidamente bonita que no lo comprendía. Me estaba intoxicando cada vez más en ella y sentía que esto no iba a terminar muy bien.

Continuara…

What About Us.



Capitulo Veintinueve.

La noche había llegado. Y nuestra cena había sido una película de humor, pizzas, cervezas y cigarros. Y a todo eso se le sumaba que tenía una agradable compañía. El reloj marcaba las 11 de la noche y habíamos acordado no salir, Peter estaba cansado y yo por mi parte tenía que acompañar a mi invitado.
El celular de Peter sonó por quinta vez en cinco minutos y mis ojos se posaron en aquel aparato por enésima vez. ¿Qué debía hacer? ¿Contestar? ¿Dejarlo sonar? ¿Llevar el teléfono hasta el baño?
Él se estaba dando una ducha y la verdad era, que moría por saber quién lo estaba llamando aunque por la insistencia había sacado la conclusión de que podría ser su novia.
Deje mis cremas sobre el tocador y me levanté de la silla para caminar lentamente hasta la mesita de luz en donde Peter había dejado su celular.
Lo tomé sin antes mirar hacía la puerta de la habitación para asegurarme de que Peter no viniera. El teléfono dejo de sonar y entonces, presioné la pantalla. Apareció de inmediato que tenía cinco llamadas perdidas de “Amor”.
Presioné mi mandíbula por inercia y me sobresalte cuando sentí su ronca voz detrás de mí.

-¿Qué estás haciendo? –me cuestionó-
Apreté mis ojos y mis labios mientras rogaba porque no se enojara de haber tomado su celular. Me giré haciéndome la sorprendida.
-Estaba…
Y su maldito cuerpo me dejo totalmente atónita. Tenía su pelo totalmente mojado, su torso estaba descubierto y caían gotitas sobre su piel. Sus muslos solo estaban cubiertos por la toalla sobre su cadera, y deduje que no traía bóxer.
Luego de recorrer su bendito cuerpo y volver a su rostro, tuve que morder mi labio inferior para contener la baba. Su cuerpo era jodidamente sexy.
-¿Mirando mi celular? –preguntó él cuando noto que me incorporaba nuevamente-
Asentí con dificultad y luego sonreí. Estaba siendo una estúpida, había visto muchas veces a hombres desnudos y con mucho mejor cuerpo que el suyo. No me comprendía, reaccionaba tan sorprendida frente a él que me hacía parecer una idiota.
Camine hasta él y le di el celular.
-Sonó muchas veces y estuve a punto de contestar –le expliqué-
-¿Y porque no lo hiciste? –preguntó-
-Justo cortaron cuando lo tome –contesté-
Él reviso su celular y suspiró.
-Menos mal que no lo hiciste.
-¿Por qué? –pregunté-
-Era Natalia –me miró-
-¿Y? –pregunté riendo-
-No creo que te haya gustado escuchar puterios contra vos solo por contestar –rio-
-Supongo que no –camine hasta el tocador-
-Me deberías haber avisado.
-Te estabas duchando –aseguré mientras tomaba una crema en mis manos-
-No me gusta que me tomen el celular –aseguró-
-¿Por qué? –Lo miré- ¿tenes mucho que ocultar? –le pregunté-
-No pero es como si estuvieran metiendo sus ojos en mi bóxer –aseguró-
Reí y lo miré.
-Eso ya lo he hecho –dije y él rio-
-Me refiero a que es parte de mi privacidad y..
-No lo volveré a hacer, no te preocupes –interrumpí-
Peter no volvió a hablar, agarro su bolso y salió de la habitación. Rodeé mis ojos y me mire al espejo para seguir pasándome la crema por mi rostro.

Simplemente, jamás iba a comprender a los hombres y menos a Peter. Tampoco iba a tratar de entenderlo porque simplemente perdería mi tiempo. ¿Qué iba a lograr con entenderlo si cuando al fin lo hiciera seguramente él iba a romper mi corazón?
Yo solo era una distracción en su vida, esa necesidad básica de todo ser humano, esa de saber que tienes a alguien para divertirte, reír, tener sexo, y todo sin compromiso. Y no me molestaba, ni me quejaba porque yo también tenía esa necesidad.
Lo que sí me preocupaba es que esa maldita necesidad se convirtiera en algo que está fuera de mis planes en estos momentos.

Cuenta Peter.

Luego de vestirme en el baño, y que me celular sonara otras dos veces más. Caminé hasta la sala, deje mi bolso a un lado y salí hasta la terraza. Tome mi celular y le marque a Natalia.

-¿Para qué me llamabas? –le pregunté al segundo después de que me contestara-
Un profundo suspiró se escuchó a través del teléfono.
-Quería saber si ibas a volver –murmuró-
Su voz era débil y nerviosa. Me la imaginé pegada a la ventana esperando mi llegada.
-No, no voy a llegar –aseguré-
-¿Y dónde vas a dormir? –Preguntó con interés-
-Donde mi vieja o…
-No mientas! –Exclamó antes de que yo terminara de hablar- hablé con Claudia y vos no te has aparecido por ahí –agregó-
-¿Por qué hablaste con ella? –le pregunté molestó-
-Porque… -suspiró- no sé, Peter. Esto no es fácil para mí y…
-Estás haciendo las cosas jodidamente dramáticas, Natalia –aseguré con una voz dura y fuerte-
-Vos no entendes nada Pedro! –exclamó con irritación y dolor- vos no te pones ni un segundo de mi parte y tratas de entenderme…
-¿Por qué debería hacerlo? –pregunté-
-Porque eso es lo que debería hacer un buen novio!
-Entonces, soy un mal novio –acoté-
Ella se quedó en silencio por algunos segundos. Sentí un suave sollozo y luego suspiré, traté de ablandar mi voz.
-Estás sensible aun Natalia, no podemos vernos ni hablar porque nos vamos a mandar a la mierda y sinceramente, no quiero hacerlo –musité-
-¿Ósea que no me vas a ver antes de que me vaya? –me preguntó-
-Tal vez.
-Te estaré esperando, salgo de casa a las diez de la noche –aseguró-
-No pienses que si nos vemos, esto se va a arreglar –le advertí-
-Lo tengo claro pero… necesito verte antes de irme.
-Ok
-¿Dónde estás? –me preguntó-
-Donde un amigo y no te voy a responder nada más.
Ella bufó.
-Está bien, supongo que voy a descansar y terminar las maletas para mi viaje –susurró-
-Que duermas bien, y…
-Te amo –interrumpió-
-Natalia –exclamé en forma de reto-
-Lo siento, no me aguante –se disculpó-
-Me tengo que ir…
-Buenas noches amor –cortó-

Suspiré pesadamente y giré para entrar al departamento. Pero Lali estaba ahí, con una remera diminuta y unos short de pijama, mirándome. Subí mis cejas y ella solo sonrió.
-¿Tu ex? –preguntó-
-Si
Se rio cortamente y mordió su labio inferior.
-Alto problema eh –musitó-
-Esta sensible aun –acoté-
-Y bueno, yo también lo estaría si el amor de mi vida me deja de un día al otro y…
-No la he dejado –interrumpí-
-¿No? –me preguntó sorprendida-
-No –negué-
-Oh… -exclamó sin ni un gesto en su rostro- en ese caso, podrías dormir en la habitación de invitados, ahí está todo lo necesario para que te estés cómodo.
Y camino hacía dentro de la sala con una evidente molestia. Bufé y apreté mis labios. ¿Cómo había sido tan idiota de decirle que no la había dejado?.
La seguí de inmediato y logré entrar a su habitación antes de que ella cierre la puerta.
-Te equivocaste de cuarto –me miró-
-No –sonreí- acá voy a dormir.
-No duermo con hombres que tienen novia –sonrió cínica-
Reí y ella simplemente me miro seria.
-¿Enserio te enojaste por lo que dije? –pregunté-
-¿Qué dijiste? –me preguntó haciéndose la desentendida-
-Sabes bien lo que dije.
-No, no lo sé –encarnó una ceja-
-No podes molestarte por lo que dije, nosotros acordamos que…
-Sé muy bien lo que acordamos –me interrumpió- y no estoy molesta.
-¿Entonces? –Me acerqué a la cama- ¿Por qué me dijiste eso de dormir en la otra habitación? –le pregunté-
-Porque tu novia se puede enojar si dormís conmigo –contestó mientras se metía a la cama-
Reí. Estaba celosa, me estaba reprochando que tuviera novia y… se veía malditamente linda cuando se molestaba.
-Estás celosa –reí-
-No –exclamó- ¿de qué voy a estar sola? –Me preguntó con asombro-
-De lo que dije hace un rato.
-No me interesa en lo absoluto Peter –me miró sería-
-¿Segura?
-Si gordo –sonrió soberbia- si yo quiero puedo tenerte ahora o más tarde –y su ego aparecía- no necesito ser tu novia para acostarme con vos –encarno una ceja- ni mucho menos necesito ponerme celosa de alguien que no te da tan buenos orgasmos como yo –aseguró-
Reí burlón y me senté al otro lado de la cama.
-¿Estoy mintiendo que te reís acaso? –preguntó riendo-
-No, claro que no… -me acerque un poco a ella- estás siendo jodidamente egocéntrica y me gusta.
-Lo sé –sonrió-

Me levanté de la cama y me metí dentro de las sabanas, ella me miró riendo.
-¿Qué hacemos? –me preguntó-
-Estoy agotado y lo único que quiero es dormirme con la chica que tengo a mi lado –aseguré-
Me acerqué a ella y rodeé su cintura con mis brazos. Ella rio y mis piernas se entrelazó con las de ella.
-Deja de hacerte la fría y abrázame –le pedí-
-¿Necesitas cariño? –preguntó-
-Necesito tu calor humano –susurré-
-Espérame.
Se levantó y apago la luz, y riendo se metió a la cama de nuevo para juntar su cuerpo con el mío. Apoyo su cabeza en mi hombro y dejo su boca en mi cuello mientras mis brazos la rodeaban.
-Mmmm.. Hueles tan bien –dijo-
Y dejo un par de besos en mi cuello.
-No sigas –reí-
-¿Por qué no? –preguntó entre los besos que me daba-
-Porque no voy a aguantar y te voy a follar –le advertí-
Rio y término con sus besos. Acaricié su espalda y ella levanto su vista hasta mis ojos.
-¿Qué paso? –le pregunté-
-Esta noche solo quiero dormir con vos –sonrió-
Sonreí y besé su frente.
-Yo también –la apreté contra mi cuerpo-
-Hace mucho que no dormía con alguien –aseguró-
-¿Y yo soy buena compañía? –le pregunté-
-Si, a veces –reímos-

Y Lali era tan distinta, tan única. Su piel era tan suave, su aroma era tan dulce, su voz era tan áspera y su boca era tan buena para besar miles de veces. Y eso fue lo que hice. Con una de mis manos levanté su rostro y baje un poco el mío para juntar su boca con la mía, sus labios eran irresistibles y no podía dejar pasar más tiempo sin sentirlos.
Y ella era mi perdición. Era un misterio envuelto en sensualidad, protegido con cadenas de deseo y rematado con un afilado lazo de peligro. Era mi desastre favorito.

Continuara…