5 de agosto de 2013

What About Us.

Capitulo Tres.

Sus ojos bajaron hasta mis pies y lentamente comenzó a subir su mirada, mirándo mi cuerpo detalladamente. Cuando se detuvo en mi rostro, noté que sonrió burlón. Eso me hizo enfadar, nuevamente se estaba riendo de mí.
-¿Estas muy borracha, cierto? -preguntó-
Esperé unos segundos, y asentí. Él volvió a reír.
-Woow! -subió sus cejas y rio- tengo a una celebridad justo en frente mío y esta ebria -se burló- ¿Ya sos mayor de edad cierto? -preguntó de la misma manera-
Y mis ganas de abofetearlo se hicieron presentes. Era un estúpido. Le di una mirada fulminante y hablé.
-Sos un idiota.
El rio y desvió su mirada hacia el mar.
-Ya me lo habían dicho otras veces -articuló-
¿Cómo podía estar tan relajado y hablándome de esa manera? cualquier se moriría por tenerme en frente y él me estaba tratando así. Mi molestia se hizo aún más fuerte, él me estaba ganando. Y entonces, una lucecita se prendió en mi cabeza. Ya tenía la forma de molestarlo.
-Ahora entiendo porque tu novia te quiere dejar -musité con maldad- sos desagradable.

Y su mirada rápidamente se posó en mí. Sus ojos penetraron los míos casi asesinándolos.
-¿Que dijiste? -preguntó molestó-
Di una pequeña risita ganadora.
-Lo escuchaste muy bien -aseguré- ni tu novia te quiere.
Y su cuerpo rápidamente reaccionó. Se acercó a mí con bronca y con una de sus manos agarro bruscamente mi muñeca derecha.
-No vuelvas a decir algo de mi novia ¿escuchaste? -me advirtió con ira-
Lo miré molesta ¿quién se creía para tratarme así?
-¿O si no que? -lo desafié-
-La vas a pasar muy mal cada vez que me veas -respondió seco-
-¿Me estás amenazando? -pregunté-
- No, simplemente te lo estoy advirtiendo muñequita de porcelana -contestó-
Su mirada de odio se cruzó con la mía y su agarre me estaba lastimando. La fuerza que estaba ejerciendo sobre mi iba en aumento.
-¿Me vas a soltar o vas a esperar que grite? -le pregunté señalando con una mirada su mano sobre mi muñeca-
Él me ignoró y siguió mirándome fijamente.
-Me estás lastimando enserio -me quejé con dolor-

Miro el agarre y rápidamente me soltó. Rápidamente miré mi muñeca y vi que mi piel estaba roja por la fuerza. Me dolía mucho. Solté un quejido y él se alarmo. Miro mi muñeca.
-Sos una bestia, mira como me dejaste -le mostré mi brazo furiosa-
Él no dijo nada, solo me miro con algo de preocupación. Y eso hizo que mis ganas de pegarle una cachetada aumentaran.
-Te puedo denunciar por esto ¿sabes?  -lo amenacé-
Me miro y suspiró-
-Lo siento -dijo entre dientes-
Me sorprendí, pensé que no iba a decir algo así.
-¿Que dijiste? -le pregunté fastidiándolo, había escuchado muy bien pero quería que lo volviera a decir-
-Que lo siento -aseguró fuertemente y luego rodo sus ojos-
Sonreí satisfecha. Giré mi cabeza y vi que Eugenia y el grupo de chicos habían salido a fumar. Volví mi mirada a Peter.
-Eso se lo vas a tener que decir a mi abogado cuando te lleve la notificación por agresión -aseguré-

Volteé aguantándome la risa y quise caminar hasta donde mi amiga pero él me tomo del brazo haciéndome girar y quedar pegada a su cuerpo, muy cerca de su boca.
-Vos no me vas a denunciar -musitó mirando mis labios-
-¿No? -reí- ¿estás loco? Claro que te voy a denunciar! Me agrediste gratuitamente! -exclamé-
-Te metiste con mi novia, en mi relación y lo hiciste para enojarme -aseguró-
-Y eso no te da derecho para casi romperme la muñeca -aclaré-
-Te dije que lo sentía, estuve mal pero vos... -bufó- mierda, vos me provocaste!
Reí al notar su actitud. Estaba irritado y por mí.
-Estamos jugando -aseguré-
-¿Eh? -preguntó desentendido-
-Vos me atacas a mí, yo te ataco de vuelta y ambos nos enojamos -expliqué- ¿De eso se trata no?
Levanto sus cejas pareciendo estar sorprendido y luego suspiró.
-Supongo -musitó-
-En fin.. -suspiré- te voy a denunciar igual.
El rio y me apretó entre sus brazos. Aun estábamos cerca, muy cerca.
-No lo vas a hacer -aseguró-
-¿Cómo estás tan seguro de eso? -le pregunté-
-Porque sabes que muy dentro de vos, te agrado -respondió creído-
-Pfff.. -reí- ni muerta me vas agradas!
Traté de soltarme pero él no me lo permitió.
-¿También voy a tener que agregar una denuncia por acoso? -le pregunté al no dejarme ir-
Rio.
-Tampoco te esfuerzas mucho para que te deje ir ¿no?
-Ay cállate y soltame de una vez ¿sí? -dije irritada-
-Está bien linda -me soltó mientras reía-
-Sos un imbécil -dije mientras arreglaba mi vestido-
Volvió a reír y se alejó unos pasos de mí.
-Por allá esta tu amiguita con tus galanes -musitó- volve con ellos que te extrañan -rio-
-Vuelvo con ellos porque no soporto estar con vos! -exclamé-

Solo escuché su desagradable risa y me fui de ahí. Estaba tan enojada, irritada, molesta. Necesitaba relajarme, dejar de pensar en ese idiota. Necesitaba alcohol, necesitaba un chico, necesitaba sexo. Si, necesitaba olvidarme de esta horrible noche y de ese insoportable flaco.
Llegue al lado de Eugenia, quien de inmediato noto mi frustración y me dio un cigarro.
-¿Estas bien? -me preguntó-
-No -dije enojada-
-¿Que paso? ¿Porque estabas con ese chico? -preguntó interesada-
-Ese imbécil fue un insoportable dolor de cabeza! -exclamé e inhale de mi cigarro- y ojala no volver a encontrármelo nunca más -deseé-
-Boee.. tranqui, acá tenes para elegir -señalo con la mirada a los chicos del grupo- elegí al que quieras -sonrió picara-
Reí y me acerqué al chico que encontré más lindo. Al que imagine que podía ser mejor en la cama.
-¿Me das un poco? -le pregunté y señale su copa-
-Claro -sonrió y me dio la copa-
Tomé un poco y le sonreí al notar que me estaba mirando embobado. Se la devolví y el de inmediato tomo de ella. Sonreí triunfante. Un chico más para mí.
-¿Me vas a acompañar al hotel cuando nos vamos? -le susurré en el oído-
Giro su rostro y quedo a penas centímetros de mi boca.
-¿Me vas a invitar a pasar a tu cuarto? -me preguntó seductor-
Sus ojos, su voz y su olor eran para derretirse.
-¿Te la vas a poder conmigo? -pregunté riendo-
-Te vas a sorprender -aclaró-
-Entonces, si.
Sonreí y rocé mis labios con los suyos.
-No te vas a decepcionar -susurro-
Y capturó mis labios en un salvaje beso.

-
Al fin había llegado a mi orgasmo. Pero él no, así que siguió penetrándome fuertemente hasta que lo hizo. Me quité rápidamente de encima de él y me lance a su lado.
Él me miro con algo de ternura en sus ojos, estiró sus brazos hacia mí y quiso enredarme en ellos para acercarme a él pero yo no lo deje.
-Tenes que irte -musité-
-¿Cómo? -me preguntó sorprendido-
-Que te tenes que ir -exclamé con un tono de voz más fuerte- y no me hagas repetírtelo otra vez ¿sí? -lo miré- agarra tus cosas y vete.
-Pero.. -me miró sorprendido- recién acabamos de hacerlo, y..
-Ándate ¿sí? -lo interrumpí cansada- es la última vez que te lo digo sino llamo a seguridad -le advertí-
Me miro desconcertado y se levantó de la cama. Tomo sus cosas y se metió al baño. No tardó mucho y salió. Yo aun seguía desnuda sobre la cama pero tapada con una delgada sabana.
-Al menos decime que lo disfrutaste -acotó el chico-
Lo miré y reí cansada.
-Estoy agotada, con eso basta -contesté-
El chico sonrió y se acercó a mí. Quiso besarme pero corrí mi rostro.
-Pablo, Tomas o Julián.. Como quiera que te llames -lo miré- esto no fue nada para mí, no te ilusiones, no nos vamos a volver a ver, no sigas quedando como un pelotudo y ándate por las buenas ¿sí? -le aclaré-
Me miro molesto y se alejó.
-Sos una puta -aseguró enojado-
-No te cobre -reí-
-Hija de puta -dijo mientras avanzaba hacia la puerta-
-Mi vieja tampoco cobra -reí- ¿y te digo otra cosita? La tenes chiquita, he probado mejores -dije riendo-
El chico salió furioso y dando un portazo. Reí como loca desquisiada y apoye mi cabeza en la almohada para segundos después conciliar el sueño. Había sido una noche bastante agitada.

Me desperté alarmada por unos fuertes golpes en mi puerta. Me molesté y enrede la sabana en mi cuerpo para poder levantarme y abrir.
-¿Quién grita tanto? -pregunté gritando-
-Abrí Mariana! -gritó una fuerte voz al otro lado de la puerta-
-Ya vaaa! -grité molesta y abrí-
Afuera estaba Max y no con la mejor cara. Me miro enojado y luego se dio cuenta que estaba desnuda debajo de aquella sabana.
-Tenes solo quince minutos para vestirte e ir a mi habitación. SOLO QUINCE MINUTOS -recalcó molesto-
-Ay! ¿Porque gritas tanto?
-QUINCE MINUTOS -volvió a gritar y cerró la puerta-
Maldito hijo de puta. Odiaba que me gritaran.
Me metí rápidamente a la ducha, estaba molesta. Sabía que se venía un reto por nuestra noche de ayer. Siempre era igual, Max estaba loco. No nos dejaba ser libres, y eso me estaba comenzando a aburrir, al fin y al cabo gracias a mi estaba ganando plata. Si no, no sería nadie.

Salí de la ducha y me vestí rápidamente. Elegí un conjunto deportivo porque luego de que hablara con él iría al gimnasio a desquitar mi rabia que seguramente me iba a quedar después de la aburrida charla.
Fui hasta su habitación que estaba un piso más arriba que la mía. Él me estaba esperando en la puerta así que entre de inmediato. Ahí también estaba Eugenia, me senté a su lado y esta susurro en mi oído.
-Otra vez -rodó sus ojos-
Reí­­ cortamente y mire a Max quien estaba frente a nosotras con una mirada no muy agradable.

­
Continuara...

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