Capitulo Dieciocho.
Reí y negué a la misma vez. Esta
chica me iba a volver completamente loco.
Camine hasta el otro lado de la cama
y me senté ahí. La miré y ella sonrió tan tierna que estuve a punto de lanzarme
encima de ella y besarla toda la noche.
-Estás loca -susurré-
Sonrió aún más y estiro uno de sus
brazos para poder tocar mi mano. Pestaño un par de veces y luego cerró sus
ojos. Acarició mi mano suavemente mientras los segundos corrían. Yo simplemente
la observaba como un loco enamorado.
-Te vas a arrepentir de esto mañana
-aseguré-
Ella negó y abrió sus ojos.
-Ya no estoy borracha -musitó-
-Si lo estás -reí-
-No -negó- deje de tomar cuando vos
me lo dijiste.
Reí sin creerle.
-¿Y desde cuando vos le haces caso a
alguien? -le cuestioné-
-Ni yo sé -subió sus hombros- simplemente
te hice caso.
-Ósea que... -arrugue mi frente-
¿viniste hasta acá sobria?
-Si -sonrió-
Encarné una ceja y reí.
-¿Y me besaste sabiendo lo que hacías?
-pregunté y ella rio- y también viniste a tener sexo conmigo -aseguró-
-No! -rio- eso era una broma.
-No íbamos a tener sexo de todas
maneras -musité-
-Claro que no! yo iba a parar justo
antes de que me la metieras -aseguró picara-
-Y yo no te la iba a meter -sonreí
de igual manera-
Reímos a carcajadas por unos
segundos hasta que terminé acariciando su mano.
-¿Enserio vas a dormir acá? -le
pregunté-
-¿No puedo? -me preguntó-
-No he dicho eso -contesté-
-Entonces sí, voy a dormir acá
-aseguró-
-¿Conmigo? -pregunté-
-Contigo -afirmó-
Reí y me metí a la cama. Me tape
hasta la cintura y giré mi cabeza un poco para mirarla. Ella me estaba mirando
fijamente.
-¿Te incomoda que duerma acá?
-preguntó con una voz bastante dulce-
-No, me da igual la verdad
-respondí-
-Menos mal porque mi cuarto lo está
ocupando Fede con alguna conquista y Euge también tiene a un chico en su cuarto
y yo... yo estoy aquí -sonrió-
-¿Ósea que soy tu última opción?
-pregunté riendo-
-No, mi última opción sería Max
-rio-
-¿La penúltima? -pregunté-
-Algo así -rio-
Reí y luego me acomode para mirarla
mejor. Ambos nos quedamos mirando fijamente por unos cuantos minutos, y parecía
ser tan agradable mirarla, observar su boca, su ojos marrones, sus tiernas
facciones.. Parecía ser tan linda, inocente, dulce.. Pero realmente era el
diablo en persona. Y me estaba empezando a llevar al infierno.
-¿Porque sos tan complicada? -le
pregunté para romper con ese largo silenció-
Subió sus hombros y negó.
-No tengo idea -respondió-
Sonreí y lleve una de mis manos
hasta su mejilla. La acaricié suavemente y ella sonrió.
-¿Te has enamorado alguna vez? -le
pregunté-
Ella pareció sorprenderle aquella
pregunta, por la forma en que su rostro se movió.
-Supongo que si -murmuró-
-¿Supones? -pregunté curioso-
-He tenido solo un novio en mi vida y
creí estar enamorada de él hasta que me falló y entonces, sentí una sensación
tan fea que no me permití volver a sentir lo que es el amor -aseguró-
-¿Solo un novio? -pregunté
sorprendido-
-Uno -afirmó-
-Oh -subí mis cejas- cualquiera que
te vea piensa que por lo menos has tenido más de tres -ella encarno una ceja- y
no, no lo digo de mala manera pero es que... -suspiré- pareces tener tanta
experiencia de la vida, del amor, de los chicos que...
-La tengo -me interrumpió- que haya
tenido solo un novio en mi vida no quiere decir que no conozca a los hombres
-aseguró- incluso, creo que por eso me prohíbo sentir algo más que una
atracción.
-A veces es necesario tener a
alguien a tu lado, que te apoye, que sea tu compañero, te de amor y...
-No -me interrumpió- eso del amor es
una pavada, un cuento más.
La miré fijamente y luego le
pregunté.
-¿Te hizo sufrir mucho tu ex?
Y su mirada se volvió nerviosa. Desvió
sus ojos hasta sus manos y luego negó con la cabeza.
-¿No? -cuestioné-
-No sé -susurró-
-¿Cómo no sabes?
-Fue raro -me miró-
-Pero te hizo sufrir.
-Creo que si -contestó-
-¿Te incomoda hablar de eso? -le
pregunté ante su reacción-
-No me gusta recordarlo, fue hace
casi dos años ya y... la verdad es que no vale la pena recordarlo -insistió-
Asentí y el silenció volvió a reinar
en nosotros.
-Peter -susurró-
Levanté mis cejas y la miré
esperando a que me siguiera hablando.
-¿Cuánto tiempo llevas con tu novia?
-me preguntó-
-Un poco más de tres años -respondí-
-Wau -dijo sorprendida- es mucho
tiempo.
-Si pero se me ha hecho muy corto
-aseguré-
-¿Enserio? yo no podría durar tanto
con una sola persona -sonrió- aunque vos ya la has engañado y..
-Solo una vez -aseguré-
-¿Una? -preguntó-
-Sí.. Bueno, quizás me haya chapado
a algunas minas en este tiempo pero solo con vos tuve sexo -le explique-
-¿Y porque? -preguntó interesada-
-No sé, quizás me calentaste más de
lo normal -respondí riendo-
-Es lo que sucede siempre.
Reímos. Segundos después nuevamente
nos quedamos cruzando nuestras miradas fijamente.
-¿Estás enamorado? -me cuestionó-
Y yo también me cuestioné dentro de mí
esa pregunta. ¿Enserio estaba enamorado de Natalia?
Silencié por algunos segundos,
quizás minutos...Y ciertamente no sabía que responder. Su mirada me atrapaba,
me confundía, me hacía dudar de mis sentimientos. Sabía mejor que nadie que
estaba mal confundirme con Lali pero ¿quién se podía negar a esa mujer?
definitivamente Lali está siendo mi desastre preferido.
-¿No me vas a contestar? -preguntó
mientras sonreía-
-Sí, estoy... estoy enamorado de mi
novia -aseguré-
Ella solo rio y se acercó un poco
más a mi.
-Lo pensaste, y mucho -musitó- eso
quiere decir que dudaste.
-Un poco -sonreí nervioso- debo
aceptar que tu mirada me intimida.
Ella achino sus ojos y sonrió de una
manera tan tierna que me hizo sonreírle también.
-Y estás haciendo que me confunda...
-murmuré- y eso no está bien.
Mordió su labio inferior y se veía
tan sexy. Era una mezcla de todo. Casi la perfección.
-¿Crees que si te doy un abrazo te confundiría
demasiado? -me preguntó tierna-
-Realmente, no me importa -aseguré-
Y se acercó a mi cuerpo. Enredo sus
brazos en mi cuello y yo los enredé en su cintura. Sus piernas se entrelazaron
con las mías y ella apoyo su cabeza en mi pecho. Nos mezclamos sin querer.
Podía sentir nuestras respiraciones más agitadas que lo normal. Sentir su piel
contra la mía me parecía increíble. Era tan suave. Y lo más importante, es que
es la primera vez que estamos hablando como gente normal.
Lali levantó su mirada y casi
quedaron nuestras bocas juntas. Me miro a los ojos y sonrió.
-No sos el único que se confunde.
Musitó y busco mis labios. Presiono
mis labios a los suyos y simplemente me besó. Su sabor invadió mi cuerpo y por
un momento me sentí bien. Ella corto el beso para luego mirarme y sonreírme.
Su sonrisa era sexy y una
advertencia de problemas, pero me había hecho la idea de que no todos problemas
tenían que ser malos.
Cuenta Lali.
Y él estaba provocando algo dentro
de mí que era imposible detener. Y me daba miedo, porque no me quería enamorar,
menos de él que tenía novia, menos de él que era totalmente diferente a mí,
menos de él que me podía lastimar, y yo podía lastimarlo a él. Estaba
confundida, él me hacía ser lo que realmente era. No me importaba lo que él
pensara de mí, yo era impulsiva y él me soportaba.
Sentía que me gustaba sin quererlo.
Y era algo más que su jodida apariencia. Eran sus palabras, su maldita sonrisa
y hasta... su corazón.
Pero él y yo no combinábamos, no íbamos
a llegar a ningún lado, no íbamos en la misma nota sin embargo iba a disfrutar
estos momentos con él, aunque más tarde me arrepintiera.
Sin dejarme pensar más, se abalanzo
sobre a mí, comiéndome la boca con desesperación. Lo seguí de la misma manera y
sonrió a mitad del ardiente beso. Y simplemente he dejado de pensar en que
sucederá.
Toco mis muslos con sus manos y me
apretó contra su cuerpo, haciéndonos gemir a ambos. Mi boca se abre un poco más
para poder jadear y él me imita. Y quiero más pero entonces, su celular
comienza a sonar. Peter soltó un gruñido y bajo hasta mi cuello.
-Contesta -susurré agitada-
Besó mi cuello por última vez y se apartó
de mí. Tomo su celular y contestó.
-¿Que pasa Natalia? -preguntó con un
evidente tono de enojado-