19 de octubre de 2013

What About Us.



Capitulo Treinta y Ocho.



Entrar a la casa en donde crecí  y sentir ese calor humano, era una sensación difícil de explicar. Esta casa está llena de recuerdos, acá estaba mi infancia y parte de mi adolescencia. Siempre que venía a visitar a mis padres me quedaba con una angustia tremenda, ellos eran todo para mí y nunca los iba a dejar de amar.

Desde hace algunos años mí tiempo para ellos se redujo increíblemente, mi vida últimamente estaba llena de conciertos, viajes, grabaciones, citas, salidas, fiestas, etc. Ellos me han apoyado en todo siempre, y agradezco al cielo por la familia que me toco. Ellos eran mi único cable a tierra.



-Te quedo increíble la cena mamá –musité mientras terminaba mi plato de verduras-

-Pero comiste re poco –se quejó-

-Tengo que cuidar mi dieta, y sobre todo ahora que estoy de vacaciones –explique-

-Ay hija, no sé porque te preocupas tanto del físico si vos siempre vas a ser flaquita –musitó-

-Bueno Ma, no empecemos a hablar de eso ¿sí?

-Bueno –tomo un poco de agua- contame para donde tener pensado viajar en tus vacaciones.

-No sé aun, pero quiero viajar con ustedes –les dije mirando a Papá-

-Tengo trabajo hija –habló mi viejo- y estamos a cargo de una construcción, no puedo dejar todo tirado.

-¿Enserio? –pregunté haciendo puchero-

-Si amor –toco mi mano- pero bueno, si queres podes ir con tu mamá.

Le sonreí pero ella negó.

-Anda con tus amigos hija –dijo mamá- yo tengo que cuidar la casa, el local y mi hombre –los tres reímos-

-¿Y Stefano? –les pregunté esperanzada-

-Seguro dice que si –habló papá-

-¿Y dónde está? –les pregunté curiosa-

-Fue a la casa de su novia.

-¿Novia? –pregunté sorprendida-

-Sí, hace unos días la presento y es re linda, muy simpática –habló mamá-

-Uy ¿y no me dijo nada a mí? –dije reclamando- no puede ser! Me va a escuchar! –Agarre mi celular y busque su número-

-No creo que te conteste –dijo papá mientras reía-


Revolví mis ojos y espere a que me contestara. Casi al final de la llamada, lo hizo.

-Stefano! –exclamé exageradamente-

-Hermanita

-¿Podes llegar a casa boludo? Te estoy esperando y quiero tener una seria charla con vos –dije mientras me hacía la enojada-

-¿Por qué no me dijiste que ibas a ir a casa? –preguntó exagerado-

-Venite ahora! –dije ofendida-

-Estoy a dos cuadras loca –rio-

-Espero que vengas solo.

-Voy con un bonus –rio-

-Cállate tonto y apúrate eh –le advertí-

-Si enana, ahora déjame manejar, chau –me cortó-

-Estúpido que me cortas! –grité-

Mamá y Papá rieron y les di una mirada seria.

-Stefano se va a cagar de la risa cuando vea lo exagerada que estás siendo –dijo papá-

-Solo cuido a mi hermanito –sonreí- aparte también quiero conocer a la chica, primero tengo que aprobarla para que sea su novia.

-Creo que no te va a hacer tanto caso tu hermano.

-Bueno no importa, siempre hay que cuidar a los hermanitos –reí-



Quince minutos después, estaba abrazando a mi hermano que estaba más grande que nunca. Atrás venia la novia, era una Barbie. Alta, rubia y ojos celestes. ¿Envidia? Claro que no, yo era Lali Esposito.

-Te presento a mi novia, Valentina.

Me presento a su novia y yo la salude. Ella me sonrió muy dulce y agradable.

-Gusto en conocerte, y déjame decirte que tu música es genial –habló Valentina- y aparte sos muy diosa, me considero tu fans y… es una locura conocerte –sonrió-

La chica se ganó un punto. Aparte de ser muy tierna para hablar, era mi fans. Le sonreí amable y abracé a mi hermanito.

-Buena elección enano.

-Y vos sabes que todo lo que es de tu hermano, es bueno –se agrandó-

Todos reímos. Pasamos a la sala y nos sentamos en el sofá. Mamá trajo algunos tragos para compartir un rato.


-¿Y cuantos años tenes? –le pregunté a la valentina-

-18, ayer estuve de cumpleaños y Stefano me pidió ser su novia oficialmente –sonrió enamorada- fui tan feliz! –exclamó-

-Que tierno eh –sonreí-

-¿Y vos estás de vacaciones? –Me preguntó interesada-

-Si, por unos días –tome un poco de mi copa-

-Fui a uno de tus conciertos este año y realmente te admiro –musitó-

-Que linda –sonreí- ¿sabías que era la hermana de Stefano? –le pregunté-

-Imposible no saber cuándo este loco anda promocionándose en todos lados como tu hermano –reímos- pero créeme que no estoy con él por ser tu hermano, estoy con él porque se la jugo mucho tiempo por mí, y me demostró que valía la pena dejar de ser amigos para ser novios –explicó dulcemente-

-Es que todo lo que sea Esposito, vale la pena –aseguré-

 Seguimos hablando por un rato más, ella era muy agradable y sencilla. A simple vista se podía ver que era una típica nenita bien, pero su apariencia no hablaba de cómo era ella de verdad, era muy simpática, y tierna. Me agrado ver cómo le brillaban los ojitos a ambos cuando se miraban o ver esas sonrisas de felicidad, esas demostraciones de amor que tuvieron delante de mí fue suficiente para saber que ahí existía amor.


De vuelta a mi departamento y mi vida era tan solitaria a veces. Tal vez Peter tenía razón, no tenía todo lo que quería. Me faltaba algo, algo que no lograba saber que era, algo para llenar este momento y quizás llenar mi vida.

Eran las once de la noche y estaba sola. No tenía nada que hacer y empezaba a molestarme la idea de que mi mente me repitiera una y otra vez, “llámalo, llámalo, llámalo” ¿Y que si él tenía otros planes?

Busque su número entre mis contactos y lo miré por varios minutos.



Cuenta Peter.



Estar en casa y solo, era bastante relajante. Estaba acostado en medio de la cama mirando el techo y pensando en dos cosas. Lali y Natalia.

La primera me tenía la cabeza como loco, estaba confundiéndome hasta el punto de querer terminar definitivamente con Natalia. Es que no era la voz, sino lo que decía. No era su escultural cuerpo sino las cosas que hacía con él. Era ella, simplemente era ella la hermosa.

Y por otro lado estaba Natalia y nuestra historia de tres años. Hoy había hablado con ella porque a pesar de todo necesitaba saber que está bien, necesitaba escuchar su voz diciéndome que estaba feliz, y tal vez necesitaba dejar de pensar en Lali y por eso la llamé.

Mi celular sonó, mire rápidamente la pantalla y era Lali. Contesté con algo de preocupación por la hora en que me estaba llamando.



-Lali –dije al contestar-

-Si –rio-

-¿Qué paso? –Pregunté interesado-

-Nada importante solo que… ¿estás ocupado? –preguntó algo nerviosa-

-No, de hecho estaba tirado en la cama mirando el techo como un loco –reí-

-Yo estoy algo igual –rio-

-¿No tenías que salir de fiesta o algo parecido? –le pregunté-

-No, no tenía nada para hoy en la noche –contestó- y nada… estoy un poco aburrida, y pensaba que tal vez si queres, podes venir y nos tomamos algo y…

Sonreí. Ella me quería ver.

-Voy a estar en media hora con vos –interrumpí-

Sentí una suave risa y pude suponer que estaba sonriendo.

-Bueno, te espero.

Cortamos y rápidamente me levante. Me vestí y tome lo necesario para salir. Baja a la sala y en el bar que tenía, saque una botella de vino. Agarré las llaves del auto y salí de la casa.



-Te estaba esperando.

Habló Lali cuando abrió la puerta de su departamento. Le sonreí y en mi sonrisa había mucho deseo. La miré de pies a cabeza y solo llevaba unos short con una remera, no tendría problema en quitarle su vestimenta en cuestión de segundos.

Me acerqué a su mejilla y deposite un suave besó. Mi mano viajo hasta su cintura y la acerque bruscamente a mi cuerpo, baje con mi boca hasta su cuello y lo bese. Ella rio para luego poner una mano en mi nuca.

-Peter… -susurró-

-¿Qué pasa preciosa? –le pregunté sin dejar de besar su cuello-

-No me provoques –murmuró-

-Quiero provocarte –aseguré-

Enredo sus brazos en mi cuello y entendí que ella también me estaba deseando justo en este momento. Levanté mi cabeza y la miré fijamente. Ella sonrió traviesa y se acercó a mi boca, apoyo sus labios sobre lo míos y susurró.

-No sabes cuánto deseo que estés dentro de mí.

Sonreí contra su boca y apreté mis brazos alrededor de su cintura.

-Me estás tentando y no me voy a controlar preciosa –susurré-

-No te controles –me miró fijamente a los ojos-

Y sus ojos marrones transmitían lujuria.

-Vamos a tener sexo toda la noche.



Y fue lo último que dije para que mi boca interactuara con la suya. La bese bruscamente y tal vez era porque ambos estábamos llenos de deseo y pasión. Mi lengua encontró la suya de una manera desesperada y sujete su cintura con fuerza, apretándola contra mi cuerpo y haciéndola soltar un agudo jadeo.

Mis manos bajaron hasta su cola y el besó siguió. Empezamos a caminar sin separarnos pero fue algo imposible, la levanté y sus piernas se enredaron en mi cintura. Apretó sus brazos alrededor de mi cuello mientras la sostenía y caminaba hacía la habitación.


Nos recostamos sobre la cama, quede encima de ella y mis manos buscaron sus pechos. Estaba sin corpiño y todo se facilitaba. Abandone su boca y baje hasta su cuello.

-Mmm.. Estás sin corpiño –susurré-

Y ella rápidamente se sacó la remera. Le sonreí y me incline hasta sus pechos para empezar a besarlos, succionándolos y haciéndola estremecer de placer.

Empecé a repartir besos por todo su abdomen hasta que llegue a su short.

-Esto esta demás.

Y sin previo aviso, les baje los short junto a sus bragas. Lali rio y agarro mi cuello con ambas manos para acercarme a sus labios y partirme la boca de un beso.



Cuenta Lali.



Y ahora yo estaba tomando el control arriba de él, le había sacado todo la ropa en cuestión de segundos y es que cada vez que su cuerpo rozaba con el mío, me hacía pedir a gritos que él estuviera dentro de mí.


Me encargue de su miembro por unos minutos para torturarlo, lo notaba completamente excitado y eso me hacía calentarme aún más. Le di la última chupada a su miembro y volví a él. Sonrió y me tomo de la cintura para acomodarme arriba de él. Antes de que se introdujera en mí, me besó largamente e introdujo su miembro completo en mi feminidad, haciendo que un grito ahogada se escapara de mis labios y me aferré a él aún más. Entro y salió una y otra vez por varios minutos.

Puse mis manos sobre su torso y comencé a moverme con él dentro de mí.

-Diosss Laali –gimió-

-Mm,.. ¿te gusta?

-Me encanta… -se inclinó hacia mí y una de sus manos agarro mi nuca- vos me encantas.

Su boca me besó apasionadamente mientras los movimientos seguían.


Él cambió la posición y me puso debajo de él en un ágil movimiento. Me penetró con fuerzas y sin dejar de mirarme fijamente a los ojos. Apreté mis labios y repitió los movimientos. La habitación fue adornada por gemidos y gritos de parte de ambos. Enrede mis piernas alrededor de su cadera haciendo que me penetrara aún más intensamente.

Se acercó a mi boca y volvió a besarme con dureza, succionando mi labio inferior y tirando de él delicadamente.

-Ahhhhh..

Grite contra su boca y enterré mis uñas en su espalda. Entonces, abracé con fuerza su cuello y el orgasmo había llegado. Cincos segundos más tarde él también tuvo su clímax y la sensación era increíble. Nosotros éramos increíbles.



Me enrede alrededor de la sabana y lo miré. Su torso estaba al descubierto mientras que su parte inferior estaba tapada con el resto de la sábana blanca. Él me abrazo y me sonrió a la misma vez.

-Peter –murmuré-

-¿A? –me miro hacia abajo cruzándose con mi mirada-

-Ya que somos dos casos perdidos en este solitario mundo –sonreí- ¿Por qué no nos perdemos juntos? –le pregunté-

Encarnó una de sus cejas y rio.

-¿A qué te réferis con eso? –me preguntó desentendido-

-A que nos vamos de viaje por unos días lejos de acá.



Continuara…

What About Us.



Capitulo Treinta y Siete.

Terminé de vestirme y salí de la habitación en busca de Peter que de seguro estaría en la terraza fumando un cigarro. Sentí un olor extraño que venía de la cocina y casi corrí hacia ella para saber de qué se trataba.
Ahí me lo encontré a Peter. Estaba friendo algo mientras tenía unos cuantos vegetales sobre el mesón. Levanté mis cejas y reí.

-¿Qué estás haciendo?
Le pregunte con curiosidad. Él volteó sorprendido por mi presencia y rápidamente sonrió.
-Estoy cocinando.
-Lo he notado –reí-
-¿Y para que me preguntas? –ahora el rio-
-¿Qué cosa estás cocinando? –cuestioné-
-Comida para los dos.
-Me quedo clarísimo.
Dije sarcásticamente y camine hasta la heladera. El rio y volvió al sartén. Saque jugo y me serví en un vaso para luego tomar un poco.
-¿Necesitas ayuda? –le pregunté-
-No –me miró- un hombre también puede cocinar sin ayuda eh.
-No te estaba subestimando –sonreí-
-Me parece bien porque te vas a sorprender de lo bien que cocino.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Siempre me han dicho que cocino increíble –se agrandó-
-¿Tu ex te lo decía? –le pregunté-
-Sí, ella y muchas personas más –contestó- y vos vas a ser la próxima.
Reí y tome un poco de agua.
-Aún no he comido nada así que no te sientas ganador.
-Me siento seguro que soy el mejor cocinero.
-No lo creo, recuerda que yo he comido en muchos lados y países.
-¿Y? –Me miró- no me asusta, yo sé que te va a encantar mi comida.
-¿Qué le vas a echar? ¿Veneno?
-Mm.. no –rio- tal vez una pócima secreta para que te enamores de mi –dijo riendo-
-En tus sueños! –dije riendo-

Mi celular sonó y corrí hacia la sala en donde estaba mi celular.
-Mamá! –Exclamé al contestar el celular-
-Hija, ¿Cómo estás? –me preguntó-
-Bien, extrañándote –sonreí- ¿y vos?
-Bien chiquita, con ganas de verte también. ¿Estás de vacaciones?
-Sí, hace unos días..
-¿Cuándo venís a visitarnos? 
-No sé, tal vez más tarde o mañana… pero voy a ir en estos días –contesté- ¿Cómo está papá y mi hermanito?
-Bien, como siempre ya sabes, no tenemos mucho que contar.
-Aahh, bueno –sonreí sin que pudiera verte- me gusta escucharte Ma!
-A mí también mi nenita, pero me gustaría tenerte en casa.
-Ya mamá, iré hoy más tarde ¿sí?
-Te voy a esperar hija.
-Si mamá.
-Voy a cocinar ¿sí? Te amo mucho y cuídate.
-Yo también te amo, y cuídense, besos a todos los veo más tarde –corté-

Volví a la cocina y Peter estaba cortando los vegetales. Me senté en una silla para terminar mi jugo y lo observe por unos minutos. Se veía adorable cocinando y estaba intrigada por saber qué es lo que estaba cocinando.
-¿No vas a ir al gimnasio hoy? –me preguntó mientras seguía en lo suyo-
-Es domingo –le recordé-
-¿Día libre? –preguntó-
-Así es, y aparte estoy de vacaciones, tengo que salirme un poco de la rutina ¿no?
-No creo que vos tengas una rutina Lali.
-¿Por qué no? –Pregunté interesada-
-Porque me imagino que la vida de un artista debe ser muy loca, debe tener viajes y una agenda con millones de citas distintas –explicó-
-Bueno si, tenes razón, no tengo una rutina –reí-
-Eso es algo bueno, no te aburrís nunca.
-Claro, tengo la vida que todos desean –sonreí-
-Yo no deseo tu vida.
-Vos no porque sos una amargado pero los millones de fans que tengo, si –me agrandé-
Rio burlonamente. Y hace tanto que no escuchaba esa estúpida risa que hasta me gusto.
-Te siguen por lo que sos pero no se dan una idea de lo que es tener una vida.
-¿Y qué sabes vos de mi vida? –le pregunté-
-Poco, pero me imagino que no es muy buena.
-Lo es –afirmé- tengo todo lo que quiero.
-¿Todo? –me miró-
-Todo –aseguré-
-No lo creo.
-Vos no sabes nada Peter –dije un poco molesta- siempre quise esta vida, desde chiquita que estoy en esto y creo que no puede haber escogido mejor mi carrera.
-Pero tu vida no se trata solo de tu carrera como artista.

Volvió a mirarme pero esta vez dejo lo que estaba haciendo para apoyarse en el mesón y mirarme fijamente. Sus brazos se juntaron sobre su abdomen y yo me tensé.
-Sos humana ¿no?
-Si tonto –reí-
-Entonces no sos distinta a las demás personas, también tenes sentimientos, también tenes una familia, también tenes proyectos de vida, también comes, también sufres, también sos feliz ¿entendes? Tu vida no es solo lo que mostras frente a las cámaras.
-No entiendo a que queres llegar haciéndome este planteo.
-A que te des cuenta que no tenes todo lo que queres, lo material no lo es todo Lali.
-Tengo todo lo que quiero y no estoy hablando de lo material! –exclamé-
-No lo creo –sonrió burlescamente- vos estás sola en esto, estás rodeada de gente falsa que solo te quieren por lo que sos en la tele –negué- ¿Cuántos amigos verdaderos tenes? ¿Cuántas personas estarían verdaderamente con vos si fracasas en la tele? ¿Cuántos te quieren por lo que sos de verdad? –me cuestionó-
Trague saliva y mi pecho se cerró. Me molesté porque él estaba dudando de mis amigos, de las personas en que quería, estaba dudando de mi vida.
-¿Qué te importa eso a vos? –le pregunté-
-Estoy haciéndote entender que tenes que salir de esa burbujita de fama en la que estás.
-Tengo los pies sobre la tierra Peter –aseguré-
-No lo creo.
-No me crees nada! –exclamé molesta-
-No te creo porque no hablas con sinceridad, yo sé que vos sos más que esto Lali, sé que sos una mina increíblemente buena y que vale la pena conocer de verdad –aseguró-
Suspiré pesadamente y lo miré nerviosa.
-No quiero hablar de esto –musité-
-No hablemos entonces –volteó-

No hablamos más por unos minutos. Mi garganta tenía un tipo de nudo que me impedía decirle algo, porque si no me iba a quebrar y la verdad no quería llorar por esta estupidez y menos frente a él.
Estaba en mi celular, revisando twitter, las fotos de ayer y los mensajes de mis amigos. Peter seguía cocinando sin decirme nada, ni siquiera mirarme.
Llegue a su twitter y lo revisé. Le había comentado hace unas horas la foto a su novia. La hija de puta encima se veía divina en la foto.
“Espero que la estés pasando bien, un beso”
Y ella le había contestado.
“Lo estoy!! Pero en mi cabeza siempre esta vos, besooo”
Ok. Tenía que aguantar la molestia que se había presenciado dentro de mí. Levante mi vista y miré la espalda de Peter.
No sé a qué exactamente estaba jugando este chico pero no podía resistirme a él. Sabía que tenía novia y probablemente iban a volver cuando ella estuviera acá. Me dolía pensar en esa posibilidad, y me gustaría poder hacer algo para cambiar eso, pero yo no era suficiente para él. Ni siquiera sabía que pensaba él de mí.

-¿Qué piensas de mí? –le pregunté de repente-
Peter se sorprendió y volteó asombrado.
-¿En qué sentido? –me preguntó-
-En todo sentido.
-No sé –se hundió de hombros- no te conozco mucho.
-¿Y te darías el tiempo de conocerme? –le pregunté-
Arrugo su entrecejo bastante desentendido y asombrado por mis preguntas. Me miro por algunos segundos que a mi parecer fueron minutos y se me hicieron eternos.
-Creo que sí.
-¿Crees? –le pregunté desilusionada. Esperaba que fuera seguro de su respuesta-
-Si me gustaría conocerte Lali –respondió-
Suspiré y una estúpida sonrisa se formó en mi boca.
-¿Por qué lo preguntas? –preguntó-
-Porque quiero que me conozcas de verdad –aseguré- no quiero que tengas prejuicios sobre mí, sobre lo que es mi vida, lo que quiero en la vida… -lo miré un poco nerviosa-

Peter sonrió y dejo el paño que tenía en sus manos a un lado. Se acercó a mí y sin pensarlo puso sus manos sobre mis mejillas. Me miró fijamente y sonrió aún más.
-No tengo prejuicios sobre vos preciosa –aseguró-
-Pero lo que dijiste hace un rato de mi vida y…
-Solo estaba haciéndote entender ciertas cosas pero… -suspiró- yo quiero lo mejor para vos Lali, porque sé que sos una mina que vale la pena.
Asentí sin soltar ese cruce de mi mirada con la suya. Me estaba enamorando de esa verdosa mirada que me desequilibraba la vida.
-Y… -volvió a suspirar- no sé, me confundís tanto nena! –exclamó riendo suavemente-
Reí a penas y él se acercó a mi rostro.
-Enserio vales la pena –aseguró-
-Me gusta escuchar eso –musité-

Y sus brazos rodearon mi cuerpo. Apoye mi cabeza en su pecho y enrede mis manos en su cuello. Y su calor me hacía sentir tan bien, su aroma me hacía desearlo, y no quería soltarme de él. Este abrazo era la vida.
Su boca busco la mía que estaban a tan solo centímetros. Me besó y me derretí por dentro. Nunca se cansaría de sorprenderme y creo que yo nunca me cansaría de sus besos.


Continuara….