Capitulo Treinta y Ocho.
Entrar a la casa en donde crecí y
sentir ese calor humano, era una sensación difícil de explicar. Esta casa está
llena de recuerdos, acá estaba mi infancia y parte de mi adolescencia. Siempre
que venía a visitar a mis padres me quedaba con una angustia tremenda, ellos
eran todo para mí y nunca los iba a dejar de amar.
Desde hace algunos años mí tiempo para ellos se redujo increíblemente, mi
vida últimamente estaba llena de conciertos, viajes, grabaciones, citas, salidas,
fiestas, etc. Ellos me han apoyado en todo siempre, y agradezco al cielo por la
familia que me toco. Ellos eran mi único cable a tierra.
-Te quedo increíble la cena mamá –musité mientras terminaba mi plato de
verduras-
-Pero comiste re poco –se quejó-
-Tengo que cuidar mi dieta, y sobre todo ahora que estoy de vacaciones –explique-
-Ay hija, no sé porque te preocupas tanto del físico si vos siempre vas
a ser flaquita –musitó-
-Bueno Ma, no empecemos a hablar de eso ¿sí?
-Bueno –tomo un poco de agua- contame para donde tener pensado viajar en
tus vacaciones.
-No sé aun, pero quiero viajar con ustedes –les dije mirando a Papá-
-Tengo trabajo hija –habló mi viejo- y estamos a cargo de una
construcción, no puedo dejar todo tirado.
-¿Enserio? –pregunté haciendo puchero-
-Si amor –toco mi mano- pero bueno, si queres podes ir con tu mamá.
Le sonreí pero ella negó.
-Anda con tus amigos hija –dijo mamá- yo tengo que cuidar la casa, el
local y mi hombre –los tres reímos-
-¿Y Stefano? –les pregunté esperanzada-
-Seguro dice que si –habló papá-
-¿Y dónde está? –les pregunté curiosa-
-Fue a la casa de su novia.
-¿Novia? –pregunté sorprendida-
-Sí, hace unos días la presento y es re linda, muy simpática –habló mamá-
-Uy ¿y no me dijo nada a mí? –dije reclamando- no puede ser! Me va a
escuchar! –Agarre mi celular y busque su número-
-No creo que te conteste –dijo papá mientras reía-
Revolví mis ojos y espere a que me contestara. Casi al final de la
llamada, lo hizo.
-Stefano! –exclamé exageradamente-
-Hermanita
-¿Podes llegar a casa boludo? Te estoy esperando y quiero tener una
seria charla con vos –dije mientras me hacía la enojada-
-¿Por qué no me dijiste que ibas a ir a casa? –preguntó exagerado-
-Venite ahora! –dije ofendida-
-Estoy a dos cuadras loca –rio-
-Espero que vengas solo.
-Voy con un bonus –rio-
-Cállate tonto y apúrate eh –le advertí-
-Si enana, ahora déjame manejar, chau –me cortó-
-Estúpido que me cortas! –grité-
Mamá y Papá rieron y les di una mirada seria.
-Stefano se va a cagar de la risa cuando vea lo exagerada que estás
siendo –dijo papá-
-Solo cuido a mi hermanito –sonreí- aparte también quiero conocer a la
chica, primero tengo que aprobarla para que sea su novia.
-Creo que no te va a hacer tanto caso tu hermano.
-Bueno no importa, siempre hay que cuidar a los hermanitos –reí-
Quince minutos después, estaba abrazando a mi hermano que estaba más
grande que nunca. Atrás venia la novia, era una Barbie. Alta, rubia y ojos
celestes. ¿Envidia? Claro que no, yo era Lali Esposito.
-Te presento a mi novia, Valentina.
Me presento a su novia y yo la salude. Ella me sonrió muy dulce y
agradable.
-Gusto en conocerte, y déjame decirte que tu música es genial –habló Valentina-
y aparte sos muy diosa, me considero tu fans y… es una locura conocerte –sonrió-
La chica se ganó un punto. Aparte de ser muy tierna para hablar, era mi
fans. Le sonreí amable y abracé a mi hermanito.
-Buena elección enano.
-Y vos sabes que todo lo que es de tu hermano, es bueno –se agrandó-
Todos reímos. Pasamos a la sala y nos sentamos en el sofá. Mamá trajo
algunos tragos para compartir un rato.
-¿Y cuantos años tenes? –le pregunté a la valentina-
-18, ayer estuve de cumpleaños y Stefano me pidió ser su novia
oficialmente –sonrió enamorada- fui tan feliz! –exclamó-
-Que tierno eh –sonreí-
-¿Y vos estás de vacaciones? –Me preguntó interesada-
-Si, por unos días –tome un poco de mi copa-
-Fui a uno de tus conciertos este año y realmente te admiro –musitó-
-Que linda –sonreí- ¿sabías que era la hermana de Stefano? –le pregunté-
-Imposible no saber cuándo este loco anda promocionándose en todos lados
como tu hermano –reímos- pero créeme que no estoy con él por ser tu hermano,
estoy con él porque se la jugo mucho tiempo por mí, y me demostró que valía la
pena dejar de ser amigos para ser novios –explicó dulcemente-
-Es que todo lo que sea Esposito, vale la pena –aseguré-
Seguimos hablando por un rato más, ella era muy agradable y sencilla. A
simple vista se podía ver que era una típica nenita bien, pero su apariencia no
hablaba de cómo era ella de verdad, era muy simpática, y tierna. Me agrado ver cómo
le brillaban los ojitos a ambos cuando se miraban o ver esas sonrisas de felicidad,
esas demostraciones de amor que tuvieron delante de mí fue suficiente para
saber que ahí existía amor.
De vuelta a mi departamento y mi vida era tan solitaria a veces. Tal vez
Peter tenía razón, no tenía todo lo que quería. Me faltaba algo, algo que no
lograba saber que era, algo para llenar este momento y quizás llenar mi vida.
Eran las once de la noche y estaba sola. No tenía nada que hacer y
empezaba a molestarme la idea de que mi mente me repitiera una y otra vez, “llámalo,
llámalo, llámalo” ¿Y que si él tenía otros planes?
Busque su número entre mis contactos y lo miré por varios minutos.
Cuenta Peter.
Estar en casa y solo, era bastante relajante. Estaba acostado en medio
de la cama mirando el techo y pensando en dos cosas. Lali y Natalia.
La primera me tenía la cabeza como loco, estaba confundiéndome hasta el
punto de querer terminar definitivamente con Natalia. Es que no era la voz,
sino lo que decía. No era su escultural cuerpo sino las cosas que hacía con él.
Era ella, simplemente era ella la hermosa.
Y por otro lado estaba Natalia y nuestra historia de tres años. Hoy había hablado
con ella porque a pesar de todo necesitaba saber que está bien, necesitaba
escuchar su voz diciéndome que estaba feliz, y tal vez necesitaba dejar de pensar
en Lali y por eso la llamé.
Mi celular sonó, mire rápidamente la pantalla y era Lali. Contesté con
algo de preocupación por la hora en que me estaba llamando.
-Lali –dije al contestar-
-Si –rio-
-¿Qué paso? –Pregunté interesado-
-Nada importante solo que… ¿estás ocupado? –preguntó algo nerviosa-
-No, de hecho estaba tirado en la cama mirando el techo como un loco –reí-
-Yo estoy algo igual –rio-
-¿No tenías que salir de fiesta o algo parecido? –le pregunté-
-No, no tenía nada para hoy en la noche –contestó- y nada… estoy un poco
aburrida, y pensaba que tal vez si queres, podes venir y nos tomamos algo y…
Sonreí. Ella me quería ver.
-Voy a estar en media hora con vos –interrumpí-
Sentí una suave risa y pude suponer que estaba sonriendo.
-Bueno, te espero.
Cortamos y rápidamente me levante. Me vestí y tome lo necesario para
salir. Baja a la sala y en el bar que tenía, saque una botella de vino. Agarré
las llaves del auto y salí de la casa.
-Te estaba esperando.
Habló Lali cuando abrió la puerta de su departamento. Le sonreí y en mi
sonrisa había mucho deseo. La miré de pies a cabeza y solo llevaba unos short
con una remera, no tendría problema en quitarle su vestimenta en cuestión de
segundos.
Me acerqué a su mejilla y deposite un suave besó. Mi mano viajo hasta su
cintura y la acerque bruscamente a mi cuerpo, baje con mi boca hasta su cuello y
lo bese. Ella rio para luego poner una mano en mi nuca.
-Peter… -susurró-
-¿Qué pasa preciosa? –le pregunté sin dejar de besar su cuello-
-No me provoques –murmuró-
-Quiero provocarte –aseguré-
Enredo sus brazos en mi cuello y entendí que ella también me estaba
deseando justo en este momento. Levanté mi cabeza y la miré fijamente. Ella sonrió
traviesa y se acercó a mi boca, apoyo sus labios sobre lo míos y susurró.
-No sabes cuánto deseo que estés dentro de mí.
Sonreí contra su boca y apreté mis brazos alrededor de su cintura.
-Me estás tentando y no me voy a controlar preciosa –susurré-
-No te controles –me miró fijamente a los ojos-
Y sus ojos marrones transmitían lujuria.
-Vamos a tener sexo toda la noche.
Y fue lo último que dije para que mi boca interactuara con la suya. La
bese bruscamente y tal vez era porque ambos estábamos llenos de deseo y pasión.
Mi lengua encontró la suya de una manera desesperada y sujete su cintura con
fuerza, apretándola contra mi cuerpo y haciéndola soltar un agudo jadeo.
Mis manos bajaron hasta su cola y el besó siguió. Empezamos a caminar
sin separarnos pero fue algo imposible, la levanté y sus piernas se enredaron
en mi cintura. Apretó sus brazos alrededor de mi cuello mientras la sostenía y
caminaba hacía la habitación.
Nos recostamos sobre la cama, quede encima de ella y mis manos buscaron
sus pechos. Estaba sin corpiño y todo se facilitaba. Abandone su boca y baje
hasta su cuello.
-Mmm.. Estás sin corpiño –susurré-
Y ella rápidamente se sacó la remera. Le sonreí y me incline hasta sus pechos
para empezar a besarlos, succionándolos y haciéndola estremecer de placer.
Empecé a repartir besos por todo su abdomen hasta que llegue a su short.
-Esto esta demás.
Y sin previo aviso, les baje los short junto a sus bragas. Lali rio y
agarro mi cuello con ambas manos para acercarme a sus labios y partirme la boca
de un beso.
Cuenta Lali.
Y ahora yo estaba tomando el control arriba de él, le había sacado todo
la ropa en cuestión de segundos y es que cada vez que su cuerpo rozaba con el mío,
me hacía pedir a gritos que él estuviera dentro de mí.
Me encargue de su miembro por unos minutos para torturarlo, lo notaba
completamente excitado y eso me hacía calentarme aún más. Le di la última
chupada a su miembro y volví a él. Sonrió y me tomo de la cintura para
acomodarme arriba de él. Antes de que se introdujera en mí, me besó largamente
e introdujo su miembro completo en mi feminidad, haciendo que un grito ahogada
se escapara de mis labios y me aferré a él aún más. Entro y salió una y otra
vez por varios minutos.
Puse mis manos sobre su torso y comencé a moverme con él dentro de mí.
-Diosss Laali –gimió-
-Mm,.. ¿te gusta?
-Me encanta… -se inclinó hacia mí y una de sus manos agarro mi nuca- vos
me encantas.
Su boca me besó apasionadamente mientras los movimientos seguían.
Él cambió la posición y me puso debajo de él en un ágil movimiento. Me
penetró con fuerzas y sin dejar de mirarme fijamente a los ojos. Apreté mis
labios y repitió los movimientos. La habitación fue adornada por gemidos y
gritos de parte de ambos. Enrede mis piernas alrededor de su cadera haciendo
que me penetrara aún más intensamente.
Se acercó a mi boca y volvió a besarme con dureza, succionando mi labio
inferior y tirando de él delicadamente.
-Ahhhhh..
Grite contra su boca y enterré mis uñas en su espalda. Entonces, abracé
con fuerza su cuello y el orgasmo había llegado. Cincos segundos más tarde él
también tuvo su clímax y la sensación era increíble. Nosotros éramos
increíbles.
Me enrede alrededor de la sabana y lo miré. Su torso estaba al
descubierto mientras que su parte inferior estaba tapada con el resto de la sábana
blanca. Él me abrazo y me sonrió a la misma vez.
-Peter –murmuré-
-¿A? –me miro hacia abajo cruzándose con mi mirada-
-Ya que somos dos casos perdidos en este solitario mundo –sonreí- ¿Por
qué no nos perdemos juntos? –le pregunté-
Encarnó una de sus cejas y rio.
-¿A qué te réferis con eso? –me preguntó desentendido-
-A que nos vamos de viaje por unos días lejos de acá.
Continuara…