3 de octubre de 2013

What About Us.



Capitulo Treinta y Dos.

El auto de Mónica estaba estacionado justo afuera de la puerta principal de nuestra casa. Se bajó de su auto y tocó el timbre. Antes de caminar hacía la puerta, Natalia bajo rápidamente las escaleras y le abrió la puerta a su amiga. Observé desde la sala como se abrazaban mientras Mónica se reía.
-La vamos a pasar de maravilla gordita –exclamó su amiga-
-Estoy lista para ir a vivir la vida loca –aseguró Natalia-
Y esas palabras me dejaban en un abismo tremendo. Ella tenía que disfrutar y pasarlo bien, yo iba a estar bien sin ella y suponía que ella debería hacer lo mismo, estar bien sin mí.
-Voy a recoger las últimas cosas y bajo, espérame –musitó Natalia antes de subir rápidamente por las escaleras-
Mónica no dudo en caminar hacía la sala, obviamente me había visto y su intención parecía ser venir a joderme. La última vez que nos vimos no la había tratado tan bien, y sabía que eso a ella le calentaba la sangre.
Sus largas piernas desnudas se detuvieron frente a mí. Miré su rostro y encarné una ceja sin decirle nada. Ella me miro seria y fue inevitable no bajar mi vista hasta su escote. Esta chica no se iba a cansar nunca de coquetearme.

-¿Necesitas algo? –Le pregunté, luego de volver mí vista a sus ojos-
-¿Qué carajo haces acá? –me preguntó-
-¿Perdón? –Pregunté riendo- ¿vos me estás preguntando qué hago en MI casa?
-Es la casa de mi amiga –corrigió-
-¿Tu amiga? –reí-
-¿De qué te reís? –Preguntó de mala forma-
-Estás demente –camine hasta el sofá y me senté ahí-
Mónica me miro algunos segundos con un grave gesto de ofendida. Tome el control de la tele y la prendí, ella camino rápidamente hasta mí y me arrebato el control de las manos.
-Hey, ¿Qué te pasa? –le cuestioné molesto-
-¿Te arrepentiste de ser tan hijo de puta con mi amiga y volviste a joderla? –preguntó molesta-
-No –dije serio-
-¿Entonces qué haces acá?
-ES MI CASA –le grité mientras me levantaba- y no tengo porque darte explicaciones a vos.
-Dejaste echa mierda a mi amiga durante dos días y ahora venís como si nada y te haces el dueño de casa –exclamó-
-¿Qué te importa a vos? ¿Acaso no tenes una vida que te preocupas de la mía?
-Me preocupo por mi amiga –aclaró-
Volví a reír cínicamente, me acerqué un poco a ella y seriamente le hablé.
-¿Y cuándo te lanzaste encima mío esa noche, te preocupaste por tu amiga?
Ella inmediatamente se puso tensa e hizo una mueca desagradable. Se alejó nerviosa y camino hasta las escaleras.
-Amiga, ¿estás lista? –gritó escaleras arriba-
-Si si..
No le saque la mirada de encima ni un segundo, ella no me miro más hasta que Natalia bajo. Sus valijas estaban al lado de la puerta y debían pesar una enormidad. Me acerqué a ellas y tome las valijas.
-¿Dónde las dejo? –Le pregunté a Mónica-
-En mi auto.
Y salió de la casa. La seguí y deje las valijas en la maleta del auto. Antes de que Mónica se subiera a su auto, me acerqué a ella y murmuré muy cerca de su oído.
-Cuida a tu amiga, y disfruten el viaje –la miré a los ojos- y no te preocupes por mí, yo me sé cuidar solo linda –le guiñe el ojo y desaparecí de su vista.

Mónica sabía que desde aquella noche, la relación entre ella y yo había sido bastante tensa.
El verano pasado ella me había coqueteado en varias ocasiones, y una noche me siguió hasta el baño y se lanzó encima de mí. Fue algo extraño porque reconocía que ambos estábamos ebrios, pero ella estaba bastante consiente de que me tenía ganas de hace un buen tiempo, y lo único que quería era acostarse conmigo. No lo hicimos, pero si nos besamos como locos durante toda esa noche. Después de eso me provoco cuantas veces pudo, pero nunca más volvimos a besarnos. Ella era la mejor amiga de mi novia y realmente, no merecía la pena perder a Natalia en ese momento.

Entre a la casa y Natalia estaba guardando unos papeles en su cartera. Me miró como esperando algo, y lo único que hice fue acercarme a ella y abrazarla.
-Disfruta el viaje –susurré-
Ella asintió y se alejó de mí.
-¿Qué vas a hacer vos? –me preguntó-
-No sé, supongo que me iré unos días a pinamar con los chicos.
-Cuídate ¿sí? –me miro tierna-
-Vos cuídate –subí mi mano hasta su mentón y lo acaricié- y… disfrútalo, enserio.
-Lo voy hacer –sonrió-
La bocina del auto de su querida amiga, sonó. Ella guardo unos papeles en su cartera rápidamente y luego me miro.
-Te voy a extrañar –musitó-
-Yo también.
-Te amo –sonrió- y no me respondas nada ¿sí?
Asentí. Y de un ligero y rápido movimiento, sus labios chocaron por menos de cinco segundos los míos. Riendo salió de la casa.
Y desde ahora estaba oficialmente de vacaciones. ¿Panorama? Ninguno. ¿Ganas? Tampoco. ¿Algo en mente? Lali.

Cuenta Lali.

Un nuevo día comenzaba. El gym estaba vació y mi rutina diaria de dos horas ya estaba por acabar.
El entrenador, que por cierto era extremadamente sexy, vino hacía mí. Me sonrió como siempre lo hacía y luego recorrió todo mi cuerpo con sus ojos sin discreción alguna.

-Ya estamos por hoy, Lali –musitó-
-Uhm, ok –sonreí-
Me levanté de la máquina para piernas y me estiré por última vez.
-Ayer te estaba esperando, ¿Por qué no viniste? –me preguntó-
Sonreí al recordar el buen despertar que había tenido.
-Tenía unas cosas que hacer –le respondí- ¿me extrañaste?
-Un poco –rio-
-Admití que si Julián –sonreí-
-Lo sabes Lalita –me guiño un ojo-
Mordí mi labio inferior y pasé mis manos por mi estómago. Julián era una bomba sexual, y yo afortunadamente ya lo había comprobado.
-Hace mucho que no salimos –dijo él-
-Deberíamos salir –afirmé-
-¿Estás de vacaciones?
-Sí, aprovéchame ahora –sonreí coqueta-
-Acordemos un día –me miró fijamente-
Mi celular comenzó a sonar. Aparte mi mirada de la suya, y tome mi celular. Miré la pantalla y era Peter, una sonrisa aún más grande apareció en mi rostro.
-¿Si? –pregunté al contestar-
-Hola.
-Hola –reí-
-¿Qué estás haciendo? –me preguntó-
-En el gym pero ya terminé, ¿Por qué?
-Porque tengo ganas de verte.
Y mi corazón latió con más intensidad. Este hombre nunca dejaba de sorprenderme.
-¿Así de seguro? –le pregunté riendo-
-¿Vos no?
-Yo sí.
-Voy a comprar comida china y estoy en tu departamento en una hora.
-¿Una hora? Con suerte alcanzo a ducharme.
-Lo necesario, ya sabes que sos preciosa después de una ducha –murmuró-
Mordí mi labio inferior y sonreí.
-Te espero en una hora –aseguré-

La llamada finalizó y Julián aun me seguía mirando fijamente. Sentía que me estaba comiendo con esa mirada llena de lujuria.
-¿Y? ¿Cuándo nos vemos? –preguntó-
-Mañana en la mañana cuando venga al gym –respondí-
-¿Eh? –me preguntó sorprendido-
Suspiré pesadamente y tome mi botella de agua.
-Podemos salir a bailar algún día pero no esperes que me vuelva a acostar con vos, porque eso no va a suceder –le aclaré-
-Yo no…
-Hasta mañana lindo.

Y me fui de ahí sin decirle algo más. Camine tan divina como era y acapare las miradas de todos los que estaban a mi paso.
Me subí al ascensor y marque mi número de piso. Menos mal que tenía un gym en mi edificio, sino no hubiera tenido tiempo para arreglarme cuando llegara Peter.
Entre a mi depto. Y rápidamente me metí a la ducha, tenía ganas de ver a Peter, de reírme con él, de hablar con él y sobre todo de sentir su compañía. No me importaba lo estúpida que me estaba viendo pero él se estaba convirtiendo en algo más que un simple desconocido, y me estaba gustando lo que teníamos.

El timbre sonó y cuando abrí la puerta, Peter estaba ahí. Lo hice pasar y rápidamente nos sentamos a comer la comida china que él había traído. Luego de comer, nos sentamos en el sofá a fumar el bajativo. Un cigarro.
-Te estaba empezando a extrañar eh –admitió Peter-
Reí y le tiré el humo sobre su rostro.
-Hey –se quejó-
-Es una forma de decir yo también –reí-
-Mentirosa.
-Es cierto –lo miré fijamente-
Peter sonrió y su brazo se extendió hasta llegar a mi cintura. Su mano rozó suavemente mi piel y eso me estremeció. Apreté mis labios y él apretó mi cintura.
-Veni.
Palmeó sus piernas, sonreí y negué.
-Dale –sonrió-
Termine mi cigarro y me levanté para apagarlo en el cenicero. Antes de sentarme en mi lugar, él agarro mis caderas y tiro de mi hacía él. Me sentó en su regazo y rodeo uno de sus brazos en mi cintura.
Su rostro se hundió en mi cuello, dejo unos cuantos besos y se acercó al lóbulo de mi oreja.
-Sos las ganas más bonitas que he tenido de estar con alguien.
Susurró con un jodido tono de voz grave. Sonreí y busque su boca para conectarla con la mía. Su boca era tan suave que me llevaba al cielo en un segundo. Su beso era tan necesario, me hacía olvidarme de la realidad.

No concordábamos muchos, de hecho casi nunca concordábamos, y absolutamente en nada. Éramos muy distintos, su vida y la mía no se parecían en nada, pero a pesar de esas diferencias teníamos algo en común. Estábamos locos el uno por el otro.
Él levanto la mirada y me sonrió. Percibí que quería ver aquella sonrisa toda la vida, aunque una vida fuese tan poco.

Continuara…

@Chilelaliter ahí voy a estar avisando que onda. GRACIAS a los que siempre entienden, apoyan y bancan. No quiero dejar la nove volando asi que voy a tratar de escribir cuando pueda y subir capitulos. Las quiero!!! Y las que aun no ven mi twitter, lean mis ultimos tweets!!! ahí explico porque estuve desaparecida estos días.
O también preguntenme en ask: http://ask.fm/Chilelaliter
Chau :*.