'Volver a Respirar'
Capitulo 180.
Quizás cada error es una oportunidad, un chance de sacarle provecho a esa cagada, porque quieras o no, cada error te enseña algo.
Ciertamente, hace algunos años estaba cegada por tanta mierda que había en mi vida pero ahora, cuando han pasado muchísimos más errores, más momentos y más personas, me siento agradecida por toda la mierda que se ha aparecido en algún instante de mi vida, así aprendí a librarme de los mismos errores, aprendí a reponerme, aprendí a que puedo sobrevivir, a que puedo luchar, que puedo ser fuerte. Bien dicen que lo que no mata, te hace más fuerte.
Entre más profunda es la caída, más alto te levantas y me siento afortunada de haber cometido tantas cagadas, porque después de tanto dolor, sobreviví.
Y tal vez, deba dejar de tener miedo de caer en un abismo, sé que puedo con todo lo que se viene, porque ahora, gracias a mí, y gracias a él, soy una luchadora y pude volver a respirar.
-
-Um, esto esta delicioso -dije mientras probaba un poco del primer pastel que había hecho Candela-
-Sos buena cocinando amiga -musitó Sara-
-¿Buena? soy la mejor! -exclamó riendo-
Las tres reímos. Pero yo me detuve repentinamente. Un fuerte dolor abdominal me invadió, un maldito escalofrió se hizo presente para luego sentir unas punzadas justo en mi vientre. Ambas me miraron preocupadas.
-¿Que pasa Lali? -preguntó Candela-
Tome airé mientras trataba de ignorar el dolor.
-Nada -dije a penas-
-¿Segura? -preguntó Sara-
-Sí.
Bote el aire y relajé mi cabeza tirándola hacía atrás. Ellas se quedaron mirándome, las ignoré y cerré mis ojos.
Otra presión en mi vientre, apreté mis ojos y me queje. Casi grité del dolor.
-Lali -se alarmó Candela- ¿Qué pasa? -me preguntó tomando mi mano-
Negué. Aun no era hora de que el bebe saliera, recién había cumplido los ocho meses hace dos días. No podía nacer aun.
Un nuevo dolor hizo que un agudo gritó saliera de mi boca involuntariamente.
-Voy a llamar a la ambulancia -musitó Sara, agarrando su teléfono-
-No! -exclamé- se me va a pasar, tranquilas -me acomodé en la silla- es normal.
Sara dejo su teléfono en la mesa y me miró sin estar de acuerdo conmigo.
Unas nuevas punzadas invadieron mi útero, esta vez fueron rápidas y cortas. Mi sudor se hizo presente alrededor de mi frente y por mis piernas comenzó a caer un líquido transparente. Liquido amniótico.
-Ay no! -exclamó Candela al notar el líquido entre mis piernas-
-Vamos -habló Sara, tomando las llaves de su auto y su teléfono- Candela, ayúdame a dejarla en el auto, yo la llevo a la clínica, vos preocúpate de avisarle a Peter -dijo rápidamente-
-Aaaaaaaay! -grité- no.. tengo ocho meses recién! -exclamé aguantando el dolor-
-Ya estás lista -aseguró Sara- rompiste bolsa.
Y de repente las contracciones llegaron como si fuese una maratón. Me quejé, grité y traté de caminar lo más rápido que pude hasta el auto de Sara. Nos subimos y rápidamente partimos hasta el hospital.
-Auauauau -grité-
-Toma aire, uno, dos, tres, bótalo -hablaba Sara, tratando de calmarme- ya vamos a llegar, queda poco... uno, dos, tres..
-Ayyyyyy! va a saliiiiir -exclamé desesperada-
-Noooo! -agarro mi mano- todavía no, ya estamos por llegar... vos solo respira profundo y.. uno, dos, tres.. Lali..
-Uffff, ufff -respiraba fuertemente-
El dolor que tenía era terrible, la presión se hacía aún más grande en mi vientre. Estaba a punto de tenerlo ahí mismo.
Casi diez minutos después llegamos a la clínica.
-Quédate acá -asentí- voy a buscar una silla de ruedas.
Y salió corriendo hasta emergencias. De inmediato apareció un paramédico con una silla de ruedas, me ayudó a sentarme y corrimos hasta emergencias.
-Llámalo a Peter! -le grité desesperada-
-¿No está en la clínica? -preguntó igual de desesperada-
-Nooooo!... llamalooo -dije a penas-
-Sí.. tranquila, él ya va a venir -sacó su celular-
Me llevaron hacía la sala de pre-parto. El dolor era cada vez más terrible, las contracciones aumentaban a cada segundo. Sentía que lo iba a tener en cualquier momento.
-Tranquila, Mariana, te vamos a inyectar la anestesia.. relájate.. -habló la enfermera-
-¿Estoy lista? ¿Ya va a salir? -pregunté sorprendida-
-Sí, solo falta que te dilates un poco más.. -contestó- ponete de lado -me ordenó-
Y así hice, a penas sentí el dolor de la inyección. Ya estaba preparada para lo que se venía, ya lo había pasado una vez y aunque no era muy agradable, la felicidad que iba a tener después al tener a mis hijo en brazos iba a ser la recompensa más hermosa.
Cuenta Peter.
-Peter! Lali rompió bolsaaa! -gritó Candela a través del celular-
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? -pregunté nervioso-
-Ahora, hace poco..
-¿Dónde está? -dije tomando todas mis cosas y apartándome de la reunión-
-Sara la lleva a la clínica ahora..
-¿Qué? ¿Sara? -pregunté atónito-
-Sí.. Anda ahora mismo boludo, va a nacer tu hijo!
-Voy.. voy..
Le corté de tan solo los nervios, las ansias y la desesperación. Había llegado el momento. Mi hijo iba a nacer.
Corrí desesperado hasta mi auto y maneje lo más rápido posible. Maldito transito! Iba a matar a todos si no se movían rápido, en este momento no podía retrasarme con nada, estaba a tan solo minutos de ser el hombre más feliz del mundo.
De nada habían servido las tantas veces que practique la emergencia del parto, porque me había pillado en un escenario totalmente diferente e inesperado.
Al fin los autos se movieron, y casi corrí en mi auto hasta la clínica. Al llegar, entre corriendo a emergencias, la vi a Sara y le pregunté por Lali, le agradecí lo que hizo y sin avisarle a nadie me metí a la sala de parto.
Ahí estaba Lali, casi lista para tener a nuestro hijo. Tome uno de esos trajecitos verdes para enfermeros, y me acerqué a ella, que estaba gritando del dolor.
-Mi amoooor! -gritó cuando me vio-
-Acá estoy amor -le tome la mano y me acerqué a su frente- acá estoy bebe -deposité en un beso en su frente-
-Ay.. ay.. -se quejó-
-Ya sale, tranquila -acaricié su mano- estás conmigo, todo va a salir bien -besé su mejilla- te amo.
-Yo también -dijo a penas-
La doctora entro y comenzó el trabajo de parto. Puja, uno, dos, tres, Puja, y así consecutivamente.
Lali se esforzó, puso todo de ella, gritó, sudo, hasta que al fin salió. Un agudo e inocente llanto se hizo presente. Ese era mi bebe, mi hijo.
-Muy bien amor, lo hiciste fantástico -le di un corto besó en los labios-
-Quiero verlo -dijo cansada-
La enfermera nos dio a nuestro bebe. De inmediato revisamos que era, y.. era mujer. Nuestra nena.
-Una nenita mi amor! -exclamé emocionado- mírala que linda que es mi amor.. es igual a vos.
-Mi amor -dijo ella llorando- hola hija -besó su frente-
-Mi nenita -acaricié a mi hija- te amo Lali -me acerqué a su mejilla- gracias por hacerme tan feliz.
Lali me miró y sonrió. Dejo un suave beso en mi mejilla y luego volvió su mirada a nuestra hija.
-
Agustina Paz Lanzani Esposito. Así la presentamos ante la familia y amigos. Todos estaban felices, y nosotros aún más.
Agustina ya tenía casi un mes de haber nacido y había sido la experiencia más hermosa que había vivido en mi vida. Ser padre es inexplicable, solo hay que vivirlo. La emoción era increíble. Tuve a mi hija con el amor de mi vida y eso fue lo mejor que me va a pasar en la vida. Estaba vuelto loco con ella, era la razón de mí existir, la razón de todos mis esfuerzos, de mi lucha contra todos, de mi amor hacia Lali. Era mi vida entera.
Cuenta Lali.
Madre por segunda vez pero ahora de una nena. Era algo tan fascinante, era tan chiquita, tan linda, tan encantadora. El fruto de un amor verdadero, el fruto de tanto esfuerzo. Haberla tenido iba a ser simplemente lo mejor que me pudo pasar en la vida.
-Se merecen una tarde tranquilos, juntos y sin llantos -acotó mi suegra- enserio, vayan, diviértanse. Tomas está viendo una película con el abuelo, yo me encargó de Agus -sonrió-
Ella estaba encantada con su nieta, incluso estaba encantada con Tomas. Se había derretido al conocer a Tomas y de inmediato le había tomado cariño, y ahora con su nieta había sido la abuela más feliz del mundo. Ella había cambiado increíblemente, ambas nos habíamos dado el tiempo de conocernos y al fin, pudo haber buena relación. Ella sin dudas, era un amor cuando se le conocía.
-No quiero molestarte, enserio -le dije a mi suegra-
-Shhh! vayan y pasen unas horitas como pareja ¿si? se lo merecen -aseguró-
Peter rio y sonrió.
-Gracias mamá -la abrasó- y Agus se va a portar muy bien ¿verdad hija? -le preguntó mientras la tenía en sus brazos-
Todos reímos, Peter era tan lindo como padre. Tan bueno, tan.. increíblemente perfecto.
-Bueno, vamos a ir -sonreí- Gracias.
-Diviértanse!
La abrasé y luego me despedí de mi hija, no quería dejarla pero mi suegra tenía razón. Nos merecíamos una tarde juntos y solos. Hace mucho que no lo teníamos.
Peter
entrelazó mis dedos con los suyos al bajar del auto. El suave contacto de su
mano contra la mía, hacía que me erizara la piel. Sonreí tímidamente mientras caminábamos
sin rumbo alguno, parecíamos dos adolescentes enamorados y eso me agradaba.
-Agustina
tiene tu sonrisa -habló él, rompiendo ese agradable silenció-
Lo miré
de reojo y sonreí aún más.
-¿Si? -le
pregunté-
-Ajam, la
sonrisa más hermosa del mundo -aseguró-
-Hey,
para el chamullo -bromeé y ambos reímos-
-Siempre
resulta -siguió bromeando-
-Conmigo
no nene -lo miré- soy un poquito complicada.
-¿Un
poquito? -preguntó haciendo una mueca-
Reí.
-Un
poquito bastante mucho -corregí-
-Ahí si
te creo un poco eh -reímos-
-Al menos
saco tus ojos, por el momento -musité-
-Va a ser
hermosa, la combinación perfecta -aseguró mi novio-
-Lindo
-acaricié su mano-
Estaba
completamente enamorada de él, y nunca me iba a cansar de estarlo.
-Amor -lo
llamé-
-¿Que
pasa? -preguntó con toda su atención hacia mí-
Suspiré, apreté
mis labios y me detuve en medio de la plaza en la que estábamos. Sin soltar su
mano, lo miré fijamente a los ojos, ambos sonreímos y yo incluso me ruboricé.
-Quiero
casarme con vos.
Y lo
dije, así sin más vueltas. Ya estaba segura, no tenía miedo de nada junto a él.
Su
sonrisa se expandió aún más y unas tiernas margaritas aparecieron en sus
mejillas. Era hermoso.
-Me
enamoré de ti desde la primera vez que te vi -hablé- me has vuelto loca, y aun
lo haces. Quiero pasar el resto de mi vida junto a vos, venga lo que venga, sin
importar si es bueno o malo, pero juntos.
Peter no
pudo hablar, solo reaccionó. Me envolvió en sus brazos pasándolos por mi
cintura, los míos de inmediato se posicionaron en su cuello y él me levantó un
poco para dejarme sin pisar suelo. Rozó su nariz con la mía y sin dejar de
mirarme a los ojos, habló.
-Te amo,
y no importa nada más.
Sus
labios se unieron a los míos en un tierno jugueteo, sonreí sobre sus labios
cuando me besó. Al principio sólo era un beso dulce, pero su lengua no tardó en
intensificarlo. Mordisqueé su labio superior con deseo y adentré mi lengua en
su cálida boca.
Aquel
amor era puro y leal, no necesitábamos papeles que lo confirmaran, una simple
mirada bastaba para saber que éramos el uno para el otro, y nada ni nadie nos
separaría.
Ciertamente,
muchas cosas buenas son inesperadas. Cuando menos crees que pueda suceder algo
de repente llega. Pasa. Y te arranca una sonrisa, y quien sabe quizás una que
otra lágrima. Por lo menos, a mí siempre me ha pasado así. Esas cosas buenas
quizás sean como el arcoíris después de la tormenta, muchas veces al verlos nos
sorprende. Yo empecé a darme cuenta cuando lo conocí a Peter, llego sin avisar,
y me enamoró sin pedir permiso. Ahí empecé a entender que el sol siempre sale,
tarde o temprano.
Muchas
veces esas cosas inesperadas y espontaneas son las que les dan sabor a la vida,
y crean momentos que cuando seamos mayores recordaremos, y reiremos. Y ahí
justo en ese momento, podre decir con orgullo que yo Volví a Respirar.
¿Fin?
@chilelaliter
Y adivinen, es mi cumple jajaj 24 de Julio, cumpli 19 ajjajaja Mañana hay sorpresas!!! Y, también escribiré agradeciendoles. Tengo mucho que decirles:) espero les guste el ¿Fin?.. AHHHHH, re casi angeles(? ajajajjaja besooo!
Y adivinen, es mi cumple jajaj 24 de Julio, cumpli 19 ajjajaja Mañana hay sorpresas!!! Y, también escribiré agradeciendoles. Tengo mucho que decirles:) espero les guste el ¿Fin?.. AHHHHH, re casi angeles(? ajajajjaja besooo!