23 de julio de 2013

Capitulo Final. Capitulo Ciento Ochenta.



'Volver a Respirar'
Capitulo 180.

Quizás cada error es una oportunidad, un chance de sacarle provecho a esa cagada, porque quieras o no, cada error te enseña algo.
Ciertamente, hace algunos años estaba cegada por tanta mierda que había en mi vida pero ahora, cuando han pasado muchísimos más errores, más momentos y más personas, me siento agradecida por toda la mierda que se ha aparecido en algún instante de mi vida, así aprendí a librarme de los mismos errores, aprendí a reponerme, aprendí a que puedo sobrevivir, a que puedo luchar, que puedo ser fuerte. Bien dicen que lo que no mata, te hace más fuerte.
Entre más profunda es la caída, más alto te levantas y me siento afortunada de haber cometido tantas cagadas, porque después de tanto dolor, sobreviví.
Y tal vez, deba dejar de tener miedo de caer en un abismo, sé que puedo con todo lo que se viene, porque ahora, gracias a mí, y gracias a él, soy una luchadora y pude volver a respirar.

-
-Um, esto esta delicioso -dije mientras probaba un poco del primer pastel que había hecho Candela-
-Sos buena cocinando amiga -musitó Sara-
-¿Buena? soy la mejor! -exclamó riendo-
Las tres reímos. Pero yo me detuve repentinamente. Un fuerte dolor abdominal me invadió, un maldito escalofrió se hizo presente para luego sentir unas punzadas justo en mi vientre. Ambas me miraron preocupadas.
-¿Que pasa Lali? -preguntó Candela-
Tome airé mientras trataba de ignorar el dolor.
-Nada -dije a penas-
-¿Segura? -preguntó Sara-
-Sí.
Bote el aire y relajé mi cabeza tirándola hacía atrás. Ellas se quedaron mirándome, las ignoré y cerré mis ojos.
Otra presión en mi vientre, apreté mis ojos y me queje. Casi grité del dolor.
-Lali -se alarmó Candela- ¿Qué pasa? -me preguntó tomando mi mano-
Negué. Aun no era hora de que el bebe saliera, recién había cumplido los ocho meses hace dos días. No podía nacer aun.
Un nuevo dolor hizo que un agudo gritó saliera de mi boca involuntariamente.
-Voy a llamar a la ambulancia -musitó Sara, agarrando su teléfono-
-No! -exclamé- se me va a pasar, tranquilas -me acomodé en la silla- es normal.
Sara dejo su teléfono en la mesa y me miró sin estar de acuerdo conmigo.
Unas nuevas punzadas invadieron mi útero, esta vez fueron rápidas y cortas. Mi sudor se hizo presente alrededor de mi frente y por mis piernas comenzó a caer un líquido transparente. Liquido amniótico.
-Ay no! -exclamó Candela al notar el líquido entre mis piernas-
-Vamos -habló Sara, tomando las llaves de su auto y su teléfono- Candela, ayúdame a dejarla en el auto, yo la llevo a la clínica, vos preocúpate de avisarle a Peter -dijo rápidamente-
-Aaaaaaaay! -grité- no.. tengo ocho meses recién! -exclamé aguantando el dolor-
-Ya estás lista -aseguró Sara- rompiste bolsa.

Y de repente las contracciones llegaron como si fuese una maratón. Me quejé, grité y traté de caminar lo más rápido que pude hasta el auto de Sara. Nos subimos y rápidamente partimos hasta el hospital.
-Auauauau -grité-
-Toma aire, uno, dos, tres, bótalo -hablaba Sara, tratando de calmarme- ya vamos a llegar, queda poco... uno, dos, tres..
-Ayyyyyy! va a saliiiiir -exclamé desesperada-
-Noooo! -agarro mi mano- todavía no, ya estamos por llegar... vos solo respira profundo y.. uno, dos, tres.. Lali..
-Uffff, ufff -respiraba fuertemente-
El dolor que tenía era terrible, la presión se hacía aún más grande en mi vientre. Estaba a punto de tenerlo ahí mismo.
Casi diez minutos después llegamos a la clínica.
-Quédate acá -asentí- voy a buscar una silla de ruedas.
Y salió corriendo hasta emergencias. De inmediato apareció un paramédico con una silla de ruedas, me ayudó a sentarme y corrimos hasta emergencias.
-Llámalo a Peter! -le grité desesperada-
-¿No está en la clínica? -preguntó igual de desesperada-
-Nooooo!... llamalooo -dije a penas-
-Sí.. tranquila, él ya va a venir -sacó su celular-
Me llevaron hacía la sala de pre-parto. El dolor era cada vez más terrible, las contracciones aumentaban a cada segundo. Sentía que lo iba a tener en cualquier momento.
-Tranquila, Mariana, te vamos a inyectar la anestesia.. relájate.. -habló la enfermera-
-¿Estoy lista? ¿Ya va a salir? -pregunté sorprendida-
-Sí, solo falta que te dilates un poco más.. -contestó- ponete de lado -me ordenó-
Y así hice, a penas sentí el dolor de la inyección. Ya estaba preparada para lo que se venía, ya lo había pasado una vez y aunque no era muy agradable, la felicidad que iba a tener después al tener a mis hijo en brazos iba a ser la recompensa más hermosa.

Cuenta Peter.

-Peter! Lali rompió bolsaaa! -gritó Candela a través del celular-
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? -pregunté nervioso-
-Ahora, hace poco..
-¿Dónde está? -dije tomando todas mis cosas y apartándome de la reunión-
-Sara la lleva a la clínica ahora..
-¿Qué? ¿Sara? -pregunté atónito-
-Sí.. Anda ahora mismo boludo, va a nacer tu hijo!
-Voy.. voy..
Le corté de tan solo los nervios, las ansias y la desesperación. Había llegado el momento. Mi hijo iba a nacer.
Corrí desesperado hasta mi auto y maneje lo más rápido posible. Maldito transito! Iba a matar a todos si no se movían rápido, en este momento no podía retrasarme con nada, estaba a tan solo minutos de ser el hombre más feliz del mundo.
De nada habían servido las tantas veces que practique la emergencia del parto, porque me había pillado en un escenario totalmente diferente e inesperado.
Al fin los autos se movieron, y casi corrí en mi auto hasta la clínica. Al llegar, entre corriendo a emergencias, la vi a Sara y le pregunté por Lali, le agradecí lo que hizo y sin avisarle a nadie me metí a la sala de parto.
Ahí estaba Lali, casi lista para tener a nuestro hijo. Tome uno de esos trajecitos verdes para enfermeros, y me acerqué a ella, que estaba gritando del dolor.
-Mi amoooor! -gritó cuando me vio-
-Acá estoy amor -le tome la mano y me acerqué a su frente- acá estoy bebe -deposité en un beso en su frente-
-Ay.. ay.. -se quejó-
-Ya sale, tranquila -acaricié su mano- estás conmigo, todo va a salir bien -besé su mejilla- te amo.
-Yo también -dijo a penas-
La doctora entro y comenzó el trabajo de parto. Puja, uno, dos, tres, Puja, y así consecutivamente.
Lali se esforzó, puso todo de ella, gritó, sudo, hasta que al fin salió. Un agudo e inocente llanto se hizo presente. Ese era mi bebe, mi hijo.
-Muy bien amor, lo hiciste fantástico -le di un corto besó en los labios-
-Quiero verlo -dijo cansada-
La enfermera nos dio a nuestro bebe. De inmediato revisamos que era, y.. era mujer. Nuestra nena.
-Una nenita mi amor! -exclamé emocionado- mírala que linda que es mi amor.. es igual a vos.
-Mi amor -dijo ella llorando- hola hija -besó su frente-
-Mi nenita -acaricié a mi hija- te amo Lali -me acerqué a su mejilla- gracias por hacerme tan feliz.
Lali me miró y sonrió. Dejo un suave beso en mi mejilla y luego volvió su mirada a nuestra hija.

-
Agustina Paz Lanzani Esposito. Así la presentamos ante la familia y amigos. Todos estaban felices, y nosotros aún más.
Agustina ya tenía casi un mes de haber nacido y había sido la experiencia más hermosa que había vivido en mi vida. Ser padre es inexplicable, solo hay que vivirlo. La emoción era increíble. Tuve a mi hija con el amor de mi vida y eso fue lo mejor que me va a pasar en la vida. Estaba vuelto loco con ella, era la razón de mí existir, la razón de todos mis esfuerzos, de mi lucha contra todos, de mi amor hacia Lali. Era mi vida entera.

Cuenta Lali.

Madre por segunda vez pero ahora de una nena. Era algo tan fascinante, era tan chiquita, tan linda, tan encantadora. El fruto de un amor verdadero, el fruto de tanto esfuerzo. Haberla tenido iba a ser simplemente lo mejor que me pudo pasar en la vida.

-Se merecen una tarde tranquilos, juntos y sin llantos -acotó mi suegra- enserio, vayan, diviértanse. Tomas está viendo una película con el abuelo, yo me encargó de Agus -sonrió-
Ella estaba encantada con su nieta, incluso estaba encantada con Tomas. Se había derretido al conocer a Tomas y de inmediato le había tomado cariño, y ahora con su nieta había sido la abuela más feliz del mundo. Ella había cambiado increíblemente, ambas nos habíamos dado el tiempo de conocernos y al fin, pudo haber buena relación. Ella sin dudas, era un amor cuando se le conocía.
-No quiero molestarte, enserio -le dije a mi suegra-
-Shhh! vayan y pasen unas horitas como pareja ¿si? se lo merecen -aseguró-
Peter rio y sonrió.
-Gracias mamá -la abrasó- y Agus se va a portar muy bien ¿verdad hija? -le preguntó mientras la tenía en sus brazos-
Todos reímos, Peter era tan lindo como padre. Tan bueno, tan.. increíblemente perfecto.
-Bueno, vamos a ir -sonreí- Gracias.
-Diviértanse!
La abrasé y luego me despedí de mi hija, no quería dejarla pero mi suegra tenía razón. Nos merecíamos una tarde juntos y solos. Hace mucho que no lo teníamos.



Peter entrelazó mis dedos con los suyos al bajar del auto. El suave contacto de su mano contra la mía, hacía que me erizara la piel. Sonreí tímidamente mientras caminábamos sin rumbo alguno, parecíamos dos adolescentes enamorados y eso me agradaba.
-Agustina tiene tu sonrisa -habló él, rompiendo ese agradable silenció-
Lo miré de reojo y sonreí aún más.
-¿Si? -le pregunté-
-Ajam, la sonrisa más hermosa del mundo -aseguró-
-Hey, para el chamullo -bromeé y ambos reímos-
-Siempre resulta -siguió bromeando-
-Conmigo no nene -lo miré- soy un poquito complicada.
-¿Un poquito? -preguntó haciendo una mueca-
Reí.
-Un poquito bastante mucho -corregí-
-Ahí si te creo un poco eh -reímos-
-Al menos saco tus ojos, por el momento -musité-
-Va a ser hermosa, la combinación perfecta -aseguró mi novio-
-Lindo -acaricié su mano-
Estaba completamente enamorada de él, y nunca me iba a cansar de estarlo.
-Amor -lo llamé- 
-¿Que pasa? -preguntó con toda su atención hacia mí-
Suspiré, apreté mis labios y me detuve en medio de la plaza en la que estábamos. Sin soltar su mano, lo miré fijamente a los ojos, ambos sonreímos y yo incluso me ruboricé.
-Quiero casarme con vos.
Y lo dije, así sin más vueltas. Ya estaba segura, no tenía miedo de nada junto a él.
Su sonrisa se expandió aún más y unas tiernas margaritas aparecieron en sus mejillas. Era hermoso.
-Me enamoré de ti desde la primera vez que te vi -hablé- me has vuelto loca, y aun lo haces. Quiero pasar el resto de mi vida junto a vos, venga lo que venga, sin importar si es bueno o malo, pero juntos. 


Peter no pudo hablar, solo reaccionó. Me envolvió en sus brazos pasándolos por mi cintura, los míos de inmediato se posicionaron en su cuello y él me levantó un poco para dejarme sin pisar suelo. Rozó su nariz con la mía y sin dejar de mirarme a los ojos, habló.
-Te amo, y no importa nada más.
Sus labios se unieron a los míos en un tierno jugueteo, sonreí sobre sus labios cuando me besó. Al principio sólo era un beso dulce, pero su lengua no tardó en intensificarlo. Mordisqueé su labio superior con deseo y adentré mi lengua en su cálida boca.
Aquel amor era puro y leal, no necesitábamos papeles que lo confirmaran, una simple mirada bastaba para saber que éramos el uno para el otro, y nada ni nadie nos separaría.

Ciertamente, muchas cosas buenas son inesperadas. Cuando menos crees que pueda suceder algo de repente llega. Pasa. Y te arranca una sonrisa, y quien sabe quizás una que otra lágrima. Por lo menos, a mí siempre me ha pasado así. Esas cosas buenas quizás sean como el arcoíris después de la tormenta, muchas veces al verlos nos sorprende. Yo empecé a darme cuenta cuando lo conocí a Peter, llego sin avisar, y me enamoró sin pedir permiso. Ahí empecé a entender que el sol siempre sale, tarde o temprano. 
Muchas veces esas cosas inesperadas y espontaneas son las que les dan sabor a la vida, y crean momentos que cuando seamos mayores recordaremos, y reiremos. Y ahí justo en ese momento, podre decir con orgullo que yo Volví a Respirar.


 ¿Fin?

@chilelaliter

Y adivinen, es mi cumple jajaj 24 de Julio, cumpli 19 ajjajaja Mañana hay sorpresas!!! Y, también escribiré agradeciendoles. Tengo mucho que decirles:) espero les guste el ¿Fin?.. AHHHHH, re casi angeles(? ajajajjaja besooo!

Capitulo Ciento Setenta y Nueve.

'Volver a Respirar'
Capítulo 179.

Sara se acercó a saludarnos, Peter la miro sorprendido y luego sonrió para chocar su mejilla contra la de ella. Trague saliva y esperé que llegara a mi lado.
-Hola –sonrió Sara-
-Hola -le devolví la sonrisa-
Choco su mejilla contra la mía y se alejó unos centímetros para posar sus ojos en mi panza. Sonrió pareciendo estar emocionada o contenta al verme así.
-Está enorme! -exclamó-
-Sí, son siete meses ya -respondí-
-Queda tan poco -sacó su vista de mi panza y me miro detenidamente- ¿ya saben lo que es? -preguntó interesada-
-No, preferimos esperar hasta el día del parto -contesté amable-
-Oh, que tierno -sonrió-
Miró a Peter y este le sonrió.
-Hace tiempo que no te veía por acá -le habló Peter-
-No, estuve de viaje -se arregló sus rulos- fui a Londres, llegue hace algunos días nada más.
-Bien, bien.. -musitó mi novio sin ganas de seguir la charla-
-Chicos -nos llamó y ambos le tomamos atención- yo sé que esto empezó mal pero.. bueno, yo no soy rencorosa -miró a Peter- ¿y te acordas cuando te dije que la bronca se me iba a pasar y podíamos volver a llevarnos bien? -él asintió- pues.. ya se me pasó -sonrió- y.. costo, claro -rio tontamente- pero todos estos meses tratando de asimilarlo todo, me di cuenta que es imposible separar a dos personas que se aman y que darían todo por estar juntos -su mirada se paseó sobre mí y sobre Peter varias veces- y encima, no sé.. hacen linda pareja.
Los tres reímos cortamente.
-No sabes cuánto me alegra escuchar esto Sara -habló Peter-
-A mí también me alegra -habló ella- yo, no puedo odiar a alguien que me hizo feliz, y mucho menos te puedo odiar a vos -me miró- porque no te conozco y.. tampoco soy de odiar a la gente -asentí- y enserio que les deseo lo mejor en esta nueva etapa, sé que van a formar una linda familia, sé cuánto han luchado para estar juntos y suena loco viniendo de mi pero... ámense, por toda la vida, que lo más lindo es amar -dijo feliz de haberlo soltado todo-

-Gracias Sara -musité- creo que hacía falta saber que pensabas, a pesar de todo yo te entendía, no es fácil asimilar todo de un día al otro -ella asintió- y bueno, nos vamos a tener que ver siempre -reí- así que.. no sé, que fluya la buena onda ¿sí? -propuse-
-Si -aceptó- ósea, yo ahora estoy bien, feliz y con ganas de ser la misma de siempre -miró a Peter- esa loca que vos conociste, que la pasábamos muy bien y sin complicaciones, sin compromiso -ambos sonrieron- y ahora, yo les juro que me siento bien diciéndoles esto, porque quiero que sean felices y.. me encanta que estén esperando un hijo, es emocionante aunque no me lo crean! -exclamó divertida-
-Te creemos -aseguró Peter- y que fluya la buena onda, así como siempre fue -sonrió-
-Gracias -sonrió ella- y.. se ven lindos, enserio enserio -dijo algo ansiosa, yo la mire asombrada por su inquietud- y no me mires así Lali, soy loca, soy así -rio-
-Así veo -reí junto a ella-
-Boee.. -miro hacia atrás- yo voy a ir con mis viejos ¿sí? -asentimos- gracias por escucharme, yo sé que desde ahora nos vamos a llevar bien.. y.. cuídense, y ojala nazca luego ese bebe! -exclamó-
-Ojala -repetí riendo-
Ella sonrió y se alejó hasta sus padres, bastante divertida y sincera. Al menos no se veía falsa, si no que espontánea y sin rencor alguno.
-Es muy loca -miré a Peter-
-Y vos sos muy linda -agarro mi rostro entre sus manos-
-Lindo -sonreí y lo besé- ¿Tomas? -me pregunté mientras me alejaba de él-
-Está jugando en el jardín con Vicky y Santi -sus primos chiquitos-
-Ah boee, me salió un poquito sociable mi hijo.
-Así parece -reímos- nada que ver a la mamá.
-Mmm.. claro que no -volvimos a reír-

Casi al final de la comida, Javier llamó la atención de todos. Cuando la obtuvo, dijo unas cuantas palabras de amor hacia Candela y Juan Pablo, hacía sus padres que también estaba allí, hacia los padres de Candela, y hacia los demás.
-Y para finalizar, quiero decirle que con Candela tomamos la decisión de hacer esto más real aun -la miró- y nos vamos a casar -sonrió-
Y la felicidad invadió mi cuerpo. Sonreí y me acerqué a él tan rápido como pude. Mi mejor amigo se casaba con mi cuñada, con mi amiga, con la hermana de mi novio. No había mejor noticia que esta. Los amaba juntos y ahora se iban a unir para siempre.

-
Martes por la mañana, y junto a Luciana estaba entrando a la clínica en donde trabajaba Peter. Esta vez íbamos directo al segundo piso, para la cita con mi ginecólogo.
-Estoy nerviosa -dijo Lu, sentándose en las sillas para esperar nuestro turno-
-Yo también -mordí mi labio inferior- y eso que ni es mio -reímos-
-Me imagino si estoy -se tocó su panza- sería una locura.
-¿Porque? -le pregunté interesada-
-Porque.. -me miró- siento que nos vendría en nuestro mejor momento de la relación, y también sería raro pero lindo a la vez -dijo nerviosa-
-Siempre es raro -aseguré- pero una vez que empiezas a sentirlo dentro de vos, te emocionas y llegas a llorar de la alegría que te da -admití-
-¿Es muy duro ser mamá? -preguntó complicada-
-Un poco, hay diferentes casos.. no todos los embarazos son iguales, y no todas las mamas son iguales.. -suspiré- a mí me toco fuerte con Tomas pero con este -toque mi panza- ha sido tan fácil, todo relajado.. vamos a ver si sigue así.
La voz del doctor nos interrumpió, me nombro y ambas nos levantamos nerviosas.
-Va a estar todo bien.
Tome su mano y la apreté. Caminamos hasta la oficina, con nervios y ansiedad.

-Estas embarazada.
Confirmó el doctor. Sonreí de felicidad y apreté las manos de Luciana quien ya estaba con lágrimas en sus ojos. Iba a ser mamá, Pablo iba a ser padre, y Tomas iba a tener otro nuevo hermanito. Mi alegra era abundante. Le tenía un cariño inmenso a Luciana, era tan agradable charlar con ella, nos habíamos hecho muy buenas compañeras de maté y le tenía mucha confianza.
La cita con el doctor terminó. Luciana tenía apenas 3 semanas, pero la felicidad que tenía su rostro, era inexplicable.
-Felicidades! -la abrasé mientras caminábamos hasta el ascensor-
-Gracias Lali -sonrió- esto es tan lindo.. -apretó sus labios- Pablo tiene que saberlo ya! -tomo su celular- voy a ir a visitarlo al laburo y darle la noticia.
-Si anda -acaricié su espalda-
Ella lo llamó y le dijo que iba para su oficina. Nos despedimos muy efusivamente y luego yo subí hasta la oficina de mi novio. Omití pasar por la recepción, no tenía ganas de verle la cara de amargada a la metiche de la secretaría. Golpeé la puerta y él grito un 'pase' y entre.

-Amor -se levantó sonriendo- ¿cómo te fue? -se acercó-
-Bien, todo está en orden solo queda esperar que este porotito quiera salir -respondí-
-Um.. qué bueno.
Me abrasó y llenó de besos. Le comenté que Pablo sería nuevamente papá, y le sorprendió pero luego se alegró. Pensó en Tomas y su felicidad extrema al tener dos nuevos hermanitos. Claramente iba a ser lo más anormal pero a la misma vez lindo, que iba a pasarle.
-¿Vamos a almorzar juntos? -preguntó mi amor-
-Si gorda, deja que termino esto -volvió a su lugar y entro en la computadora-
Me senté en la silla de al frente de su escritorio y lo observé con una sonrisa mientras él terminaba su trabajo.
Era tan lindo, tan mío, tan imaginable.. Pero real, y eso era lo que más me enloquecía, que todo esto fuese real. Esto era lo que siempre había querido, encontrar al hombre con el cual pudiera unir mi vida, el cual me soportara con todos mis defectos y virtudes, un hombre que me amara tal y cual soy, uno que se bancara el pack. Y acá estaba, él era ese hombre. Al fin lo encontré.


Continuara....


Mañana el finaaaaaaaaaaaaaal :(..
Pretendia subirlo hoy pero no he podido estar en casa, asi que mañana si o si el final.. y yo tampoco quiero que termineee :(( los quiero!! Gracias por leer.
@Chilelaliter