Las
risas en la comida fueron consecutivas, no había ni un segundo en que ella no
bromeara con algo que yo había dicho o me contará algunas de sus anécdotas arriba
del escenario. Era innegablemente chistosa, y eso la hacía ser más atractiva de
lo que ya era.
Al
terminar de comer, yo lavé los platos en señal de agradecimiento por acogerme
en su departamento. Y cuando terminé, nos fuimos a la terraza para fumar unos
cigarrillos.
La
observé mientras el viento azotaba contra su rostro. Se amarró su cabello con
una coleta y luego aspiro de su cigarro.
Me
encantaba la idea de fumar junto a ella, no teníamos ni siquiera decirnos una
palabra. Su compañía era suficiente.
-¿Qué?
–me preguntó mientras sonreía-
-Nada
–contesté-
-¿Entonces,
porque me miras tanto? –preguntó-
Hundí
mis hombros y negué.
-Supongo
que me gusta observarte –contesté-
-¿Supones?
–preguntó-
Asentí
y aspire mi cigarro. Ella solo desvió su mirada hacía algún extremo de la
ciudad.
Volví
mi mirada a ella, y era tan distinta a las chicas que había conocido.
Especialmente por su temperamento. No le importaba nada, no necesitaba a nadie y
al parecer no le importaba lo que pasaba en las vidas de las demás personas.
-¿No
me vas a preguntar el porqué de mi mala mañana? –le cuestioné-
Me
miro asombrada.
-¿Debería?
–preguntó-
-Creo.
-No
me gusta involucrarme en los problemas de los demás –aseguró-
-¿Ni
siquiera te intriga saber? –le pregunté-
-No,
¿Por qué debería intrigarme un asunto ajeno? –preguntó-
-Porque
a todas las mujeres les gusta saber lo que pasa siempre –contesté-
-Bueno,
te informó que yo no soy igual que todas las mujeres –afirmó- y no me interesa
que serlo.
Reí
y asentí con la cabeza al mismo tiempo. Esta chica era lo que justamente jamás había
tenido en mi vida.
-De
igual manera, me gustaría contarte –murmuré-
-¿A
mí? –preguntó sorprendida-
-A
vos.
Su
sonrisa apareció y su desmaquillado rostro se iluminó.
-¿Estás
seguro? –preguntó-
-Si
-Bueno,
te escucho pero no me pidas que te de algún consejo porque soy malísima –aseguró-
Reí
cortamente y negué.
-Solo
escúchame –musité-
-Lo
haré.
Cuenta
Lali.
-Terminé
con Natalia –aseguró-
Y
mi corazón se paralizo por un segundo. ¿Cómo se suponía que debía reaccionar? ¿Tenía
que abrazarlo y darle ánimos? ¿Tenía que decirle que iba a estar todo bien? ¿Por
qué me estaba contando esto?
Levanté
mis cejas en modo de asombro y musité un suave “oh”
-Sí,
es sorprendente pero… no sé, estoy cansado y no me gusta como estábamos –me miró-
algo andaba mal y… odio que sea tan densa, tan celosa, no me gusta tener que
soportar cada quince minutos un estúpido planteo –aseguró- y no sé si me siento
mal o bien por lo que hice –mordió su labio inferior- no sé si en un tiempo más
vamos a volver o vamos a rehacer nuestras vidas, pero… es confuso esto y me
tiene un poco distraído.
-¿Vos
vivís con ella? –le pregunté-
-Sí.
Y
mi asombro se hizo aún más grande. Pensaba que tenían una relación puertas
afuera. Pero no, Vivian juntos, y eso lo hacía aún más complicado.
-Ella
mañana se va por dos semanas de viaje y al menos voy a tener el tiempo de
pensar que quiero hacer, si quiero estar ahí cuando vuelva o largarme antes de
que lo haga –musitó-
-¿Tenes
donde dormir hoy? –le pregunté-
-Sí,
la casa de mamá –rio-
-Podes
quedarte acá si queres –musité-
-¿Enserio?
–preguntó sorprendido-
-Ajam
–sonreí- tengo una habitación desocupada y..
-Quiero
dormir con vos –interrumpió-
Reí
y él también me imito.
-Como
quieras –sonreí-
Y
quizás él sentía algo más por mí. Quizás su término de relación con Natalia fue
porque estaba confundido, o porque quería verme y era una maldita buena forma
para escapar de su obsesiva novia.
Sentí
la mirada de Peter sobre mí mientras mis ojos estaban pegados en el suelo.
Desvié mi mirada hacía la suya y le sonreí.
-¿Aun
vas a seguir hablando sobre tu termino? –le pregunté-
-No
–suspiró- me irrita recordar el tema.
-Entonces,
podemos planear algo para pasar la tarde ¿no? –me miró-
-¿Algo
como qué?
Y su
mirada se volvió intensa, sus cejas se movieron de arriba abajo en señal de que
algo sucio se había pasado por su mente.
-No
sé, algo –reí-
-¿Queres
tener sexo desenfrenado toda la tarde-noche? –me preguntó riendo-
-Solo
si me traes a Brad Pitt! –exclamé riendo-
-Bueno,
no tenes a Brad pero tenes a Pitt –se acercó riendo-
-No,
no! Todo o nada –me crucé de brazos-
-Soy
todo tuyo eh –rio-
Reímos
a carcajadas por algunos segundos. Él y su osado sentido del humor.
Volvió a su
silla y me miró.
-¿Qué
otro plan se te ocurre? –me preguntó-
-¿Salir?
–cuestioné-
-¿Estás
de vacaciones ya? –le pregunté-
-Sí,
dos semanas –sonreí-
-¿Y
qué vas a hacer? –Me pregunto-
-Viajar,
no sé, algo se me va a ocurrir!
-A
vos te sobra la plata así que cualquier cosa esta a tu alcance –aseguró-
Reí.
-Me
sobra belleza, dinero, fama! –Exclame riendo- pero de igual manera a veces
siento que me falta algo –musité-
-¿Algo
como qué? –preguntó-
-Guau!
–Subió sus cejas- grábate esto que voy a decir porque tal vez nunca más lo
volvas a escuchar salir de mi boca –musité riendo-
-¿Tan
malo es? –preguntó-
-No,
no es malo supongo pero siempre digo lo contrario –reí-
-¿Entonces?
-No sé –subí mis hombros y
suspiré- tal vez me gustaría tener a alguien a mi lado, alguien que disfrutara
todo esto conmigo, alguien que me mirara con ojos de amor, con esa estúpida
mirada que te dirigen como si fueras la única persona en el mundo –aseguré-
Sus ojos se posaron en mí
por largos e incomodos segundos. Sonreí nerviosa y luego mordí mi labio
inferior, él me observó y luego estiro una de sus manos para acariciar uno de mis
muslos.
-Ya
vas a encontrar a alguien que valga la pena –me aconsejó-
-No
lo creo, soy muy complicada y cuando se trata del amor… simplemente escapo.
-¿Y
porque lo haces?
-Porque
me da miedo, y porque no creo que alguien me pueda llegar a querer por lo que
soy realmente y no por mi fama, mi dinero y esas cosas –rodeé mis ojos- y no
estoy dispuesta a que me rompan el corazón.
-Pero
vos podes elegir, tenes a miles de flacos detrás de ti y..
-No
quiero a ni uno de esos –interrumpí- porque todos esos me buscan por lo que ven
a través de la tele.
-¿Y
cómo pensas encontrar a alguien si no arriesgas un poco? –me cuestionó-
-No
sé, quizás estoy destinada a estar sola –apreté mis labios-
Peter
rio y se levantó de su silla para caminar hasta mí, y sentarse a mi lado sobre
la hamaca que yo estaba ocupando. Agarro mis manos y entrelazó nuestros dedos,
se acercó un poco a mi rostro y me miró fijamente.
-Mientras
podes disfrutarme a mí –susurró-
-No,
vos tenes novia –sonreí-
-Ya
no más –me recordó-
-Tampoco
quiero ser tu novia –aseguré-
-Nadie
dice que seamos novios –aseguró-
-¿Entonces?
-Simplemente
que nos disfrutemos, el uno al otro –explicó- yo no quiero nada de tu fama ni
dinero ni todas esas cosas, y vos no queres nada especifico de mi –asentí-
podemos ser… en realidad, ni siquiera tenemos que ponerle un nombre a esto,
podemos ser lo que nosotros queramos.
Sonreí.
-Me gusta la idea –miré su boca- me gusta disfrutarte… -levanté
mi mirada a sus ojos- ¿y sabes que? –él negó y me acerqué a su boca- para que
nada nos separe, que nada nos una.
Y mi boca choco contra la suya en un acto de aprobación a lo
que él había dicho. Su boca era tan jodidamente dulce que me llevaba a la
perdición apenas tenía contacto con la mía. Apretó sus manos alrededor de mi
cintura y tiro de mí con fuerza, obligándome a caer encima de él
y apretándome contra su cuerpo y era tan cálido que se sentía increíble.
¿Y que se suponía que era esto?, Nada. Así de fácil y
sencillo, pero sin embargo siempre íbamos a estar conectados el uno al otro.
Continuara…
Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy... Laliter está comenzando.... espero que les guste!!!
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