6 de noviembre de 2013

What About Us



Capitulo Cuarenta.

Entre al aeropuerto y los periodistas no tardaron en rodearme llenándome de preguntas que simplemente ignoraba. ¿Cómo se habían enterado de que viajaba hoy y hasta hora?
Llevaba unos lentes oscuros y mi mirada fija en mi camino mientras que las cámaras me enfocaban y los odiosos reporteros seguían interponiéndose en mi camino. Max iba atrás de mí vigilando que todo estuviera bien. Peter había llegado hace una media hora atrás al aeropuerto con el fin de no despertar rumores si llegábamos juntos, y resulto buena la idea ya que no me esperaba que los paparazzi estuvieran acá.
-Lali, se dice que te vas a encontrar con un empresario un poco mayor que vos y…
-¿Cuándo terminas de preguntas pelotudeces? –Le pregunté muy irritada a la periodista-
-Es lo que se ha rumoreado nada más, no son pelotudeces.
-Entonces hace bien tu trabajo, investiga y luego me preguntas ¿sí?
-¿Por qué te enojas, es verdad?
-La verdad es que vos sos una pelotuda.
Y esquive con mucha agilidad a esos molestosos seres existentes que irritaban mi vida.
Hice todos los trámites hasta que al fin llegue a embarcarme en el avión que iba directo, sin escalas, a punta cana.

-¿Interrumpo?
Le pregunté a Peter mientras me sentaba a su lado. Él negó mientras apretaba el celular en su mano contra su oreja.
-Vamos a despegar y tengo que colgar –aseguró Peter en su conversación por teléfono-Nos vemos pronto, disfruta arto, un beso –cortó-
Me miró y yo estaba acomodando mi bolso de mano.
-Te tardaste un montón –habló-
-Habían periodistas allá afuera –lo miré y bufé- fue una locura, estuve irritada todo el camino al avión.
-Así es la vida de una estrella pop –ironizó mientras reía-
-¿Me queres molestar? –le pregunté riendo-
-No, solo te recordaba lo difícil que es ser Lali Esposito.
-No se me olvida jamás –reí-
-¿Tan difícil? –preguntó asombrado-
-Sí, sobre todo porque no puedo estar con ni un chico tranquilamente y ya es mi novio y nos vamos a casar y voy a tener hijos y voy a dejar mi carrera y uff.. –Revolví mis ojos- ni te imaginas todo las pelotudeces que hablan.
-¿Por eso no te arriesgas a mostrarte con ni un chico?
-No me arriesgo porque la verdad no he encontrado ni un chico que valga la pena para mostrarlo públicamente –contesté-
-¿Has intentado algo y no funciono?
-Una vez, y no soporto tanta privacidad.
-¿Y crees que alguien si la soporte?
-Ni idea –hundí mis hombros- solo quiero que alguien se quede a mi lado sin importar lo difícil que sea estar conmigo.

Y su mirada se cruzó la mía, nuestros ojos se detuvieron por unos segundos y moría por saber que era lo que estaba pensando. Su mano acarició la mía y mis ojos se posaron en nuestras manos, él apretó mi mano y mi mirada subió hasta su sonrisa, y ese simple e insignificante gesto hizo que mi corazón explotara por dentro.
Le devolví la sonrisa y sus dedos se entrelazaron con los míos. Apreté mis labios y desvié mi mirada hasta el pasillo al escuchar los tacones de alguien que se dirigía hacia nosotros.
La azafata se detuvo en nuestros asientos y evidencio nuestras manos unidas.
-Abrochen sus cinturones por favor –nos pidió-
Le hicimos caso y nuestras manos se soltaron. Ella verifico que todo estuviera en orden y luego se acercó a mí.
-¿Me podrías regalar una foto durante el viaje? –me preguntó-
-Claro –sonreí-
Me sonrió y luego siguió con su trabajo hacia los demás asientos, que eran pocos la verdad ya que estábamos en primera clase.

-Aun no creo que estemos arriba de este avión y estés tan loca de comprar pasajes para los dos –aseguró Peter-
Reí y lo miré.
-No es tan difícil de creer.
-Es una locura –me miró- ¿Cómo te voy a pagar todo esto?
-Cállate –reí-
-Enserio, gracias Lali.
Le sonreí y estuve a punto de decirle algo pero su celular sonó. Lo reviso y evidentemente era un mensaje de texto. Lo leyó con atención y lo respondió de vuelta. Traté de desviar mi vista y no poner atención en lo que hacía pero era imposible. Quería saber quién le había mandado ese mensaje pero no se lo iba a preguntar.
Su atención volvió a mí pero yo estaba mirando mi celular, lo sentí sonreír sin dejar de mirarme.
-¿En qué estás? –me preguntó-
-Voy a escribir un tweet –lo miré- ¿te menciono? –pregunté riendo-
-Claro –dijo irónico-
Reímos y escribí mi tweet.
“A disfrutar de mis días libres!!!... Relajamiento total, Ya nos vemos Bs As”
Revise algunas menciones y otras cosas, hasta que Peter me habló.

-No es bueno verte metida en el celular cuando podríamos estar charlando –musitó-
Lo miré y encarné una ceja.
-¿Y cómo vos? –le pregunté-
-Yo solo respondí un mensaje y listo.
-Bueno, yo tengo muchos mensajes –le sonreí-
Él rio y me quito el celular de las manos.
-Hey nooo! –exclamé-
-No más celular hasta que termine el viaje –lo guardó en su chaqueta-
-¿Y si me llega un mensaje importante? –le pregunté-
-¿De quién? –me preguntó-
-Que te importa!
-Me importa porque ahora estás conmigo y no quiero que respondas mensajes.
-Entonces vos tampoco respondas más mensajes.
-¿Y si mi novia me necesita? –preguntó-
-Tu novia puede ir a pulir sus cuernos! –exclamé-
Peter rio.
-¿No me lo vas a pasar? –pregunté-
-No.
-Ok.
Me cruce de brazos y mire hacia la dirección contraria a Peter.
-Hey, no te enojes pendejita –susurró-
Lo ignoré y Peter volvió a reír. Suspiró y sentí su mano sobre mi muslo.
-Dale, charlemos.

Acarició mi pierna pero no lo registre. Sentí su respiración cerca de mí y pude notar que estaba a centímetros de mi mejilla.
-¿Qué puedo hacer para que no te enojes y me hables? –Murmuró en mi oído-
-Darme mi celular –respondí seca y sin mirarlo-
-¿Y si no quiero?
No le respondí y él volvió a reír mientras suspiraba.
Su boca beso mi mejilla y bajo hasta mi cuello para dejar pequeños besos, y me gustaba tanto cuando me hacía eso.
-Dale, charlemos, besémonos, no sé… -besó mi cuello fuertemente-
-Está bien –lo miré y él se alejó un poco- ¿Le dijiste a tu novia que te ibas de viaje conmigo?
Peter sonrió y negó a la vez.
-No quiero hablar de ella.
-Hablemos de ella –insistí- me interesa.
-¿Y porque te interesa? –me preguntó-
-Porque sí.
-¿Acaso estás celosa?
-Claroooo –reí sarcásticamente-
-Entonces no hablemos de ella.
-No me gustaría ser ella y tener tantos cuernos –reí-
-Creo que voy a terminar con ella –suspiró mientras se alejaba de mi-
-¿Crees? –lo miré- ¿Aun dudas?
-No sé qué hacer la verdad –suspiró-
-¿Por qué? –le pregunté-
-Porque estoy en medio de lo amo y de lo que deseo.
-¿Y que deseas?
-A vos.

Y nuevamente mi cuerpo vibró de sensaciones con esas simples palabras. Él me sonrió y se acercó, me abrazo y apoyo su cabeza en mi hombro.
-Enserio, te deseo y no sé porque me cuesta tanto aceptarlo y terminar con Natalia.
Suspiré y murmuré.
-Recorda que para empezar una nueva etapa tenes que cerrar otra –su mirada subió y se conectó con la mía- y no tengas miedo de decir adiós, es parte de la vida.

Y su boca capturo mis labios en un rápido movimiento. Y este chico me iba a volver loca.

Continuara…