Maratón 5/5
Capitulo Cuarenta y Ocho.
Silencié por algunos segundos y baje mi cabeza para
poder secar mis mejillas sin que él notara, pero era imposible que no viera mis
lágrimas y eso me avergonzaba.
Peter se acercó y acarició suevamente una de mis
mejillas. Lo miré y en su rostro había desaparecido su enojo. Apreté mis labios
y él suspiró pesadamente, agarro mi cuello y me acercó a su pecho. Enredo sus
brazos sobre mi cuerpo y yo lo imité enredándolos en su cintura.
-Maldita sea Lali –susurró- vos sos el grave
problema que yo no sé cómo mierda resolver y acabo siempre en tus brazos cuando
me queres tener.
Acaricie su espalda y él mi cabeza. Estábamos
conectados y al parecer él sentía algo parecido a lo mío.
-Soy tan patética –murmuré-
Me separé un poco de él pero sin soltarme de su
agarré. Lo miré y él volvió a suspirar.
-Conmigo no necesitas disfraces –murmuró- me gusta
tu cara al despertar marcada por el sueño, tu voz cansada al final del día y me
gustas sin la necesidad de ocultar nada.
-¿Cómo es eso?
-Lo que trato de decir es que de hecho, tal vez, a
pesar de las apariencias, me gustas y mucho… justo como sos.
Y
eso era todo lo que necesitaba escuchar. Me quería sin condiciones, me aceptaba
tal como soy, con mis limitaciones, manías y defectos, me aplaudía aunque no lo
mereciera y me lo estaba diciendo.
Sonreí
como estúpida y apreté mis labios para aguantar la emoción que de un momento a
otro mi cuerpo estaba empezando a experimentar.
-Pero
a pesar de que me gustas mucho, creo que me decepcionas mucho más y no sé si
esto podría funcionar, no sé si podríamos llegar a algún lado.
Y
la felicidad rápidamente desapareció.
-¿Qué
queres decir con eso?
-Que
no va hacer bueno que nosotros intentemos algo, que esto tiene que quedar hasta
acá porque no vamos a lograr nada juntos y ni vos vas a dejar cosas por mí, ni
yo voy a dejar cosas por vos.
Asentí
lentamente mientras me separaba completamente de él. Lo miré algo tildada y
luego suspiré.
-Tenes
razón, no podemos arriesgar tanto por solo intentarlo.
-Yo
sé que tal vez esto no sea lo mejor pero… podemos seguir como amigos o…
-No
–interrumpí- volviendo a Argentina, nos olvidamos de todo y si queres sacamos
los pasajes antes y..
-No
quiero alejarme de vos –interrumpió-
-Pero
yo sí.
-¿Por
qué?
-Porque
vos seguramente vas a seguir con tu novia y la verdad es que no quiero verlos,
no quiero ver que ella si te hace feliz, que con ella si podes lograr algo.
-Y
seguramente vos encontraras a alguien más.
-El
amor es una mierda –aseguré- y no vale la pena arriesgarse para sentirlo.
-A
veces si.
-No.
-Lali
yo… -suspiró complicado- yo de verdad te estoy siendo sincero y creo que a
pesar de que me gustas y te llegue a querer, no puede resultar nada bueno entre
nosotros porque somos el día y la noche, el diablo y el santo, la luz y la
oscuridad, somos opuestos y no pegamos, nada bueno va a salir de acá, y vamos a
sufrir mucho más de lo que vamos a querernos y..
-Entiendo
–interrumpí-
-Te
veo mal.
-No,
estoy de acuerdo con vos y… es más de lo mismo, siempre pierdo todo.
-No
digas eso.
-Es
lo que me pasa, siempre, todo es igual –mis ojos se cristalizaron- yo ya no sé qué
mierda hacer para no perder lo que quiero, siempre la cago, siempre soy yo el
problema y termino haciéndome mierda y haciendo mierda a otras personas –exclamé-
-Las
cosas suceden porque si, no porque vos seas específicamente el problema.
-No
me importa si suceden o no, siempre me hago daño –exclamé y mis lágrimas
comenzaban a salir violentamente-
-Lali…
-se acercó pero yo me aleje- ¿qué pasa?
-No,
no me toques –agache mi cabeza y limpié mis mejillas-
-No
llores más.
-¿Y
vos pensas que me gusta llorar? ¿Verme débil frente a alguien? Es más odio que
la gente me vea llorar, lo odio! Me hace sentir débil, frágil. No me gusta
llorar delante de nadie porque no quiero que sepan mis puntos débiles, y lo que
me hace daño.
-En
mi podes confiar, y lo sabes.
-No
se trata de eso, se trata de que odio que alguien me vea estúpidamente llorando
por algo que no vale la pena, por algo tan estúpido.
-A
veces llorar es la mejor manera para desahogarse.
-No
me importa, no quiero que me veas –tape mi cara-
-No
tonta, ven –me abraso- no es nada, solo estas llorando, yo también lloro.
-Los
hombres no lloran.
-Lloran
y mucho –aseguró-
El
abrazo no duro más de unos minutos hasta que me separé de él y corrí hacia el
baño. Algo me había caído mal al estómago seguramente y por eso había vomitado.
Cuenta
Tercera Persona.
“Se rompieron el corazón de mutuo
acuerdo. No pueden estar juntos. No quieren estar juntos, porque si en verdad
lo quisieran lo intentarían todo, pero no. Ambos son sensatos, realistas y
demasiado románticos como para arriesgarse a perder todo sólo por intentarlo"
Cuenta
Peter.
Me dolía
ver a Lali llorar y pensar que yo era el causante de esas lágrimas. Pero no podemos
intentarlo, los dos sabíamos que sería perder el tiempo y seguramente ni
siquiera lograríamos algo. Ella tenía un mundo muy diferente al mío, y yo no
iba a adaptarme a su mundo lleno de lujos, cámaras y excentricidades. Y ella
claramente tampoco iba a bajar de nivel para adaptarse al mío.
La
quería pero era verdad que sentía que me decepcionaba más. Ella era libre y
siempre lo iba a hacer, y yo era un celoso, no íbamos a funcionar bien. No iba
a poder soportar muchas cosas de ella y hoy me había dado cuenta. No valía la
pena arriesgar una vida hecha por una que ni siquiera sabes si vas a poder
construir.
Me
acosté en la cama y esperé a Lali, ella llegó unos minutos después. Se cambió el
vestido y se acostó al otro lado de la cama.
-Lali –murmuré-
-¿Eh?
-¿Estas
bien?
-Si –respondió-
tengo sueño nada más.
-Buenas
noches, entonces.
-Buenas
noches.
Y quería
moverme un poco y abrazarla, tenerla entre mis brazos, verla dormir junto a mí,
besarla, sentir su aroma. Y necesitaba mirarla, ver que ella realmente
estuviera bien.
Pasaron
algunos minutos y sentí que su respiración estaba tranquila y controlada,
seguramente estaba durmiendo pero yo no podía dormir, seguía completamente
despierto y me era imposible cerrar los ojos.
Me di la
vuelta y noté un dolor en mí. Algo estaba haciendo mal.
Admiré
en la penumbra la curva de su hombro y algo en aquella forma, en el gesto que
sugería cuando respiraba, algo de eso despertó en mí una necesidad increíble de
abrazarla, de estar a su lado, de sentir los latidos de su corazón.
Me
acerqué un poco a ella y su cuerpo olía tan bien, y apoyé la barbilla en el
hueco de su hombro y volví a cerrar los ojos.
Lali
soltó un suave gemido y se volteó para quedar de frente a mí pero sin abrir los
ojos. La observé fijamente y antes de quedarme dormido, mientras mi respiración
se apaciguaba lentamente hasta acompasarse con la de Lali, me cruzó por la
mente una idea de una intensidad abrazadora “no iba a poder vivir sin esto, sin
ella” Y la abrasé, la apegue a mi cuerpo y ahí si pude dormir.
Continuara…
Listo, Maraton cumplida. Las quiero mil, gracias por leer y bancarme, SON GROSAS <3
@Chilelaliter