17 de agosto de 2013

What About Us.

Capitulo Ocho.

Lo miré sorprendida, y sin emitir ni una palabra. Una corriente eléctrica había pasado por todo mi cuerpo tan solo con verlo ahí. Su mirada se detuvo en mi bata, dio una pequeña risita y luego volvió a mis ojos. Se veía tan adorable con aquellas margaritas en sus mejillas.
-¿Qué haces acá? -le pregunté-
No respondió, entonces recorrí su cuerpo con tan solo una mirada. Llevaba puesto una musculosa blanca y unos bermudas de jeans. Tenía unas increíbles piernas musculosas, y gracias a su remera podía admirar su trabajada espalda. Estaba como para agarrarlo del cuello, meterlo a la habitación y hacer el kamasutra completo con él.
-¿No vas a responder? -le pregunté luego de admirar su cuerpo-
Sonrió malditamente arrogante.
-Tranquila, venía a decirte que justo en... -miró su reloj- media hora más tenes que estar lista para una pequeña nota de un programa de televisión.
-¿Qué? -dije sorprendía- ¿media hora más? -pregunté sin creerlo-
Él asintió.
-¿Me estas jodiendo verdad? -pregunte y él negó- ¿y cómo pensas que voy a estar lista en media hora? ¿Porque mierda no me avisaron antes? ¿Quién fue el estúpido que no me aviso?! -exclamé molesta-
-Hace una hora que te estamos llamando y vos no contestas -explicó tranquilamente-
Suspiré con cierta frustración, tenía más o menos una hora en el baño y me había olvidado de todo.
-Estaba duchándome -traté de explicar- y..
-Tenes media hora -me interrumpió- así que apúrate.
Rodeé los ojos.
-¿Y de donde apareció esta entrevista? -le pregunté tratando de recordar si estaba agendada- que yo recuerde no estaba agendada.
-Va a ser solo unos quince o veinte minutos, y luego nos vamos a ensayar -contestó-
-Está bien -dije resignándome-

Ninguno se movió. Yo sabía que tenía menos de media hora para vestirme pero no hacía ni un intento por cerrar la puerta y dejar de mirarlo. Él parecía estar disfrutando mi mirada. Y se me ocurrió una idea para incomodarlo un poco.
-¿Me queres ayudar a vestirme? -le pregunté coquetamente-
Él rio y abrió un poco más sus ojos. Negó y se cruzó de brazos.
-Si queres te llamo al instructor del gimnasio para que te venga a ayudar -musitó con ironía-
Reí sarcásticamente.
-Malísima idea -aseguré-
El rio y retrocedió algunos pasos sin dejar de mirarme. Y mi mirada estaba casi conectada con la suya, se veía tan sexy que no podía dejar de mirar su cuerpo. Involuntariamente lo deseaba, y yo sabía que él también.
-Nos vemos en media hora más -musitó y volteó para volver a su habitación-
Entre a mi cuarto y corrí hasta el placard. Tenía tan solo minutos para estar más linda aun.

-
La mini entrevista para un programa en vivo había terminado. Había salido todo genial y ahora lo que tenía que hacer era devolverme a mi habitación y ordenar todo el desastre que había dejado con toda la ropa.
Nos dieron tan solo quince minutos antes de partir a donde se haría el show, así que corrí hasta el ascensor. Me metí adentro y marque mi número. Llegue a mi piso y camine hasta la puerta de mi habitación, Peter estaba saliendo de la suya.
Lo miré casi por inercia, estaba gustándome que ese idiota me hable y eso no podía pasar. Él noto mi mirada y se detuvo justo cuando paso por mi lado.
Casi me comió con esa mirada que me dio, sonrió malditamente sexy y yo solo trate de esquivarlo abriendo la puerta de mi cuarto. Si me seguía haciendo esos malditos gestos, iba a hacer que perdiera el control por él, e íbamos a terminar en la cama mucho antes de lo que me había imaginado.
Sentí un suave roce en mi cintura y rápidamente volteé. Estábamos a unos pocos centímetros y la tensión en esas miradas, aumentaba.

-¿Porque dijiste eso anoche? -preguntó de repente-
Y por primera vez, sentí vergüenza. Él sabía perfectamente porque lo decía, él sabía que lo quería en mi cama y él también sabía que se calentaba cuando me veía.
Sentí un ardor en mis mejillas y rápidamente me metí adentro de la habitación, cerrando la puerta en la cara de Peter.
Me tape la cara con las manos y me mordí el labio inferior. Él me iba a volver loca. Estaba jugando con fuego, y en cualquier momento íbamos a quemarnos.

Cuenta Peter.

Estúpida pero sensual muñequita de la televisión. Me maldije en mi mente por más de diez veces. Yo le estaba siguiendo el juego y lo peor de todo es que me estaba gustando este juego. Y no podía ser posible, yo amaba a Natalia pero Lali era... era el diablo en persona, era el infierno con patas y estaba más buena que comer dulce de leche con los dedos. Le daba hasta que don ramón pague la renta.
Suspiré con cierta frustración. Esa mina me calentaba más de lo que podía controlar y eso no estaba bien. Había empezado a existir una tensión sexual que ambos estábamos ignorando, pero que en algún momento se iba a romper.

Media hora más tarde ya estábamos en el recinto en donde se iba a hacer el show esta noche. Ellas estaban arriba del escenario probando el audio para empezar el ensayo general. Y no podía apartar mi vista de ella. Estaba con un short que marcaba todo su culo y arriba solo traía puesta la parte de arriba del bikini. Ósea, estaba calentándome hasta dejarme sin respiración.
Hacía calor y ella trataba de aumentar aún más la temperatura con su sensualidad. ¿Cómo era posible que ese bombón sea una hija de puta? ¿Y cómo era posible que yo estuviera tan caliente con ella?

-Son lindas ¿no? -preguntó un chico a mi lado-
Lo miré y era Nicolás. Un rubio de metro ochenta y con una facha increíble. Habíamos trabajado juntos un par de veces. Un genio.
-Están buenas -respondí-
-La rubia me hace ojitos -acotó él-
Reí.
-La morocha me odia -dije riendo-
-¿Porque? -preguntó mientras reía-
-Porque la ignoro -respondí-
-¿Cómo podes ignorar a tremenda mina? -me preguntó sorprendido-
-Ni yo sé -admití- me gusta joderla, no sé. Es divertida cuando se enoja -reí-
-Y te calienta más -acotó riendo-
Me uní a su risa. Tenía razón.
-A mí la rubiesita me tiene corriéndome la paja hace dos días -aseguró-
-Yo no he llegado a eso men! -reímos-
Nos quedamos observándolas unos minutos más hasta que fuimos a ordenar las cosas para el concierto.
Una hora más tarde, Lali salía de su camarín echa una diosa. La miré casi cayéndome la baba.
-Amor, tengo que colgar -dije mientras caminaba hasta ella-
-Ay no, no llevábamos ni cinco minutos hablando -se quejó-
-Ya va empezar el show gorda, cuando termine te llamo ¿sí?
-Pff.. Hace lo que queras Juan Pedro, a veces no te creo nada -dijo molesta-
-Amor, no empecemos ¿sí? -le pedí-
-Chau, llámame cuando tengas tiempo para tu novia -me reprochó-
-Te amo mi gruñona y te llamo luego linda, te amo.
-Chau Juan Pedro -colgó enojada-
Reí. Acá íbamos de nuevo, una discusión más a la lista.

-Como te escapaste en la tarde eh! -dije mientras pasaba por el lado de Lali-
Ella me miró y luego giré para encontrarme con su rostro.
-No me escape de nada, tenía que ordenar unas cosas -contestó-
-Seguro -reí irónico-
-¿Y porque me debería de haber escapado, según vos? -me preguntó-
-Y no sé, vos deberías saber ¿no? -me acerqué un poco y apoye una de mis manos en la pared- 
-No tengo porque escapar de vos -aseguró-
-¿Y porque lo hiciste entonces? -le pregunté- ¿te incomodé? -sonreí burlón-
-Pff, como quisieras -revolvió sus ojos- ni en tu máximo sueño querido -sonrió falsa-
-¿Y porque te pusiste rojita como un tomate querida?
Dije con ganas de hacerla enojar. Lleve mi mano hasta su mejilla y la apreté.
-Hey! -sacó mi mano de su mejilla- me dolió imbécil -dijo molesta-
Reí desagradablemente y me aleje de ella.
-Suerte allá arriba -musité mientras caminaba en dirección opuesta a la de ella-
-No la voy a necesitar -aseguró soberbia-
Me di vuelta y le guiñe un ojo, reí y seguí mi camino. Maldita soberbia, si no fuese tan agrandada y arrogante, sería perfecta.

Continuara...


Perdón la tardanza, las quiero(L) @Chilelaliter