10 de diciembre de 2012

Capitulo Ciento Veintiuno.

'Volver a Respirar'
Capitulo 121.

-Siéntete como en tu casa -dijo Fernanda inmediatamente después de entrar a su departamento-
-Dale -reí-
Ella dejó sus cosas en el sofá y se fue a la cocina que era tipo americana. La imité y con suma confianza tiré mis cosas al sofá, y me acerqué al mesón.
-¿Queres algo para comer? -me preguntó mientras sacaba jugo de la heladera-
-¿Que tenes? -le pregunté-
-De todo -sonrió- vivo sola y me encanta cocinar -aseguró- y también comer claro -acotó y ambos reímos- vos solo pedi lo que queras.
-Preparame una hamburguesa con papas fritas -dije hambriento-
-¿Preparame? -repitió riendo-
-Dijiste que te encantaba cocinar -reí-
-Pero te falto la palabra mágica -me miró fijamente-
-Por favor -agregué y reímos-
-Esta bien, pero ayudame ¿si?
-Soy un asco en la cocina, pero te puedo ayudar a armarlas y a poner los cubiertos en la mesa -me ofrecí con un tono de voz bastante tierno, ella solo rió-
-Esta bien, pero la próxima vez vos me vas a tener que tener comida en tu casa -me advirtió-
-Claro que sí.

Tomamos un poco de agua y ella comenzó a freir las papas, y las hamburguesas. Mientras cocinaba no faltaban los chistes, o simplemente nos poníamos a hablar de algún tema sin coherencia alguna.
Luego de un rato, ya estabamos sentandos en el sofá comiendo, mirando tele y charlando de la vida. Esta chica tenía un muy buen humor, me hacía olvidarme de la situación con Lali.
-¿Que te parece si empezamos el informe? -me preguntó, luego de que ella terminara de comer-
-Es lo que más quiero -ironicé y reímos-
-Bien... -se lvantó y tomo unos cuantos papeles de su bolso-
-Vamos a tener mucho trabajo -dije mientras miraba la guía de desarrollo-
-Asi parece -bufó la morocha-
-¿Vos crees que lo terminemos en dos días? -pregunté dudando-
-No, claramente no -rió cortamente-
-¿El viernes tenes algo que hacer en la tarde? -le pregunté un poco confuso por la cantidad de cosas que teniamos que hacer-
-Sí, iré a tu casa a terminar el trabajo -respondió riendo-
-Perfecto -sonreí y ella me imitó-
Fue en busca de su notebook y volvió, saque mi tablet del bolso y comenzamos con el trabajo. Era muchisimo, y ya habiamos perdido tiempo comiendo y charlando. Asi que ahora solo restaba ponerse a trabajar.
La noche se hizo presente, y ni siquiera llevabamos la mitad echa. Vi la hora y ya iban a hacer las once.
-Me tengo que ir -dije acomodando todos los papeles-
-Y yo tengo que dormir -dijo bostezando-
-Asi veo -reímos-
-El viernes seguimos -se levantó- estoy agotada -se estiró-
-Somos dos -la imité-
Ordené mis cosas con suma tranquilidad, estaba agotado. Me despedí de ella y partí en mi auto, rumbo a casa.

Llegue y salude a los que vi cenando, habian un par de amigos de Candela asi que subi directo a mi cuarto. Me saque la ropa y quedé en boxer, sentía mucha calor.
Llame al amigo de mi viejo que trabaja en una clinica y me tenía lista la practica, acordamos juntarnos mañana para charlar respecto a eso.
Me tiré en la cama, pusé mis manos en mi nuca y miré el techo. Otra noche más sin Lali.

Cuenta Lali:

-¿Que tal tu día? -preguntó mi amiga al verme salir del cuarto de Tomas-
-Normal, sin novedades -respondí cansada-
-Tenes una cara que ufff!..
-Estoy cansada -bostecé-
-¿Todo bien con...? -y era obvio a quien se referia por eso no continuó-
-No quiero hablar de eso -suspiré y ella pusó una cara de interrogación- quizás el viernes hablé con él, estoy ocupada mañana -y claro, tenía la reunión de apoderados de Tomas-
-Ánimo entonces -sonrió-
-Gracias rubia -la abrasé-
-Buenas noches, descansa ¿si? -asentí-
-Buenas noches -besé su mejilla y me meti a mi cuarto-
Otra noche más derramando lágrimas por Peter.

Un nuevo día iniciaba. Y el laburo estaba que explotaba, había que cambiar varias cosas del local y a demás habían bastantes clientes.
-¿Que pasá con ese ánimo? -preguntó Javier al pasar por mi lado y notar mi estrés-
-No doy más -suspiré-
-Pero a vos te pasa algo más -dijo sin dejar de mirarme fijamente-
-Obvio! -lo miré y pude notar su sonrisa- no te reías! -me quejé riendo-
-Perdoname pero es divertido verte así de estresada -reímos-
-Te reís de mi desgracia -me quejé tiernamente-
-Claro que no -acarició mi hombro- solo te ayudo a reir y olvidar tu desgracia -reímos-
-Entonces gracias chico rudo -ambos reímos, lo llamaba así porque me comentó que prácticaba Boxeo-
-Bueno gruñona -dijo riendo, ya que estos dos últimos días andaba de pésimo humor-
-Me las vas a pagar -dije achinando mis ojos-
-Vos también entonces -aseguró-
-Vamos a ver eh -ambos reímos contagiosamente-

La tardé al fin termino. Sali antes para poder llegar a la hora a la reunión de Tomas. Estuve casi una hora y media metida allí pero valió la pena, a mi hijo le estaba yendo perfecto en el colegio y eso me llenaba de orgullo.
-Te llamó Pablo, otra vez -dijo mi Rochi a penas entré al depto-
-Que enfermante -me quejé-
-Es muy denso -acotó mi amiga y yo asentí- yo creo que tenes que aclararle todo por última vez.
-¿Vos decis? -la miré complicada- no quiero hablar con él.
-Tenes que hacerlo o sino te va a seguir llamando y diciendo que su vieja y..
-Lo sé -interrumpí- ¿dijo algo sobre su vieja? -le pregunté-
-Mañana le dan el alta -respondió- y quiere que le lleves a Tomas a la casa.
-¿Vos podrías hacerlo por mi? -le pedí-
-Solo si lo llamas y le aclaras todo -advirtió-
-Si, mañana en la mañana lo llamo, ahora solo quiero comer, darme una ducha y dormir -dije sentandomé en la silla-
-Te entiendo -dijo mientras se acercaba con un plato llenó de pastas- come.
-Gracias amiga, te amoooo! -le grité sonriente-
-Loca -reímos-

Cuenta Peter:

Viernes. Al fin la semana ya estaba acabando la semana. Ayer me la pasé en la facultad estudiando y luego viendo lo de mi práctica, la comenzaba en dos semanas más asi que ahora tenia que aprovechar mi tiempo libre porque luego iba a desaparecer del mapa.
El timbré que avisaba el termino de clases, sonó. Me levanté y sali del salón sin antes buscar a Fernanda con la mirada pero no la encontré dentro del salón.
-Aca estabas! -sentí la voz de Fernanda mientras caminaba al estacionamiento-
-Apareciste -dije mirandola-
-Sorry, tuve algunos problemas -besó mi mejilla- ¿nos vamos? -preguntó sonriendo-
-No, vos te quedas acá -dije riendo, ella se sumó a la risa y caminamos hasta mi auto- me vas a tener que explicar esos problemitas eh -dije mientras prendia al motor- por tu culpa perdimos valiosos minutos de trabajo -la jodí-
-Claro que si mi amor -bromeó y reímos-
Todo el camino a casa fuimos escuchando música, ella cantaba y bailaba mientras yo solo reía y me concentraba en manejar.

Llegamos a casa, estacioné el auto y nos bajamos.
-Linda casa -dijo mientras entrabamos- ¿vivis con alguien? -me preguntó curiosa-
-Con mi familia -respondi-
-¿Sos casado y tenes hijos? -preguntó sorprendida, y abriendo los ojos como platos-
Reí como nunca, hasta se me llenaron los ojos de lagrimas por tanto reirme. Su reacción habia sido tremenda.
-No te rias Peter! -se quejó sin entender nada-
-Es que... -dije dejando de reir a penas- sos tremenda -reí-
-¿Y porque? -hizo puchero-
-Porque sí -caminé hasta el living y ella me siguió-
-Enserio Peter, no me está gustando esto -se quejó algo molesta-
La miré y terminé de reirme.
-Fernandita -me acerqué y acaricié su cabello- con lo de familia me refería a mis viejos y mi hermana.
Su rostro otra vez fue increíble, se tapo la cara con sus manos y comenzó a reir.
-Soy una boluda -dijo riendo-
-No, tranquila, entendiste mal solo es eso -sonreí-
-Vos no explicas bien las cosas -me culpó-
-Vos no preguntas bien -la culpé-
-Boee, no importa, ya quedé con el papel de estupida -reímos-
-Tranquila -acaricié su espalda- a cualquiera le puede pasar.
-Shhh -se aguantó la risa pero yo segui riendo un poco- ¿comenzamos o te vas a seguir riendo como tarado?
-¿Donde dejaste tu humor? -dije mientras sacaba las cosas de mi bolso-
-En china -se sentó en el sofá algo seria-
-Auuu.. -la miré fijamente mientras ella sacaba sus cosas de la cartera- ¿te paso algo? -pregunté curioso-
-Si pero no quiero hablar de eso ahora -me miró y yo me senté a su lado-
-¿Segura?
-Si -sonrió- y ahora que me acuerdo, vos -me señalo con su dedo indicé- me debes comida -me recordó-
-Uhhhh, vos no te olvidas de nada eh -reímos-
-Tengo hambre -se quejó-
-Veni, vamos a la cocina.
-Pero yo no voy a cocinar eh -me advirtió mientras nos levantabamos-
-Si, lo sé.
Sonreímos y nos fuimos a la cocina. Mamá habia dejado comida como había suponido. Nos sentamos a comer ñoquis con salsa. Mis preferidos.

Charlamos como nunca, ella me contaba de su vida, y también del problema que tuvo con su ex en la tarde, aunque trató de evitarlo el tema, no pudo porque necesitaba contarselo a alguien. Luego de eso nos fuimos a continuar con el trabajo, entre risas claro. En las cuatro horas que estuvimos haciendolo no faltaron los chistes, era una muy buena compañia.
Llegó mamá y la saludo gustosa, la invitó a quedarse a cenar. Ese humor tan bipolar que tenia mi vieja era tremendo.
-Ya estoy agotada -dijo dejando todo en la pequeña mesita- dejemos el resto para mañana ¿si? -me pidió-
-Si, yo no doy más -deje mis cosas en la mesa y me apoye mi cabeza en el respaldo del sofá-
-No puedo creer que nos falte tan poco para terminar la facultad -dijo ella mientras se sentaba a mi lado e imitaba mi posición-
-Yo menos, pero al fin voy a terminar con todo esto! -dije aliviado-
-Vamos a ser todos unos profesionales -dijo riendo-
-Al fin -repetí y reímos-

Cuenta Lali:

Estaba decidida, sí. No sabía que decirle exactamente pero algo me iba a salir en ese momento, estaba segura que lo único que queria era volver con él.
Tomé el taxi y le indiqué la dirección. Estaba nerviosa, las manos me temblaban como nunca y no sabía porque. Mire hacia afuera y vi como caía la noche, sonreí nerviosa y con miedo.
El auto paró enfrente de la casa de Peter, pagué y me bajé. Tome airé y me acerque a la puerta.
-A la cuenta de uno, dos, tres..
Iba a tocar el timbre pero retrocedí. No sabía porque pero algo me lo impedia, los nervios quizás. Pero ya tenía que hacerlo, estaba pareciendo ridicula acá afuera.
-¿Buscas a Peter? -preguntó una dulce voz, me volteé y ahí estaba su hermana-
-Si -sonreí nerviosa- hola.. -me acerqué y chocamos nuestras mejillas-
-Entremos juntas -sonrió amable- esperame un poco.
Saludo al chico del auto que estaba justo al frente de nosotras y luego volvió conmigo.
-¿Como estás? -me preguntó sonriente mientras abría la primera puerta de la casa-
-Bien.. -dije timida, al parecer no sabía lo que había pasado entre su hermano y yo- ¿y vos?
-Feliz -sonrió aun más-
-Que bueno -sonreí nerviosa-
Ella me miró algo desconsertada y luego volvío la mirada a la cerradura de la segunda y última puerta.
-Peter debe estar en su cuarto -dijo mientras entrabamos a casa y caminabamos hasta las escaleras- ha estado estudiando mucho y..
Silenció, ya que escuchamos unas risas muy contagiosas. Miré extrañada, reconocía a la perfección esa risa pero la otra claramente no.
-Debe estar en el living -habló Cande-
Y escuchamos más fuertes las risas. Era la de él y de otra persona, como de una chica por el tonó de la risa. Me sorprendí, y obviamente me ahogué en celos. ¿Con quien estaba?

Candela camino hasta el living y yo la seguí, pero al parecer fue una mala idea, ya que al llegar al living pude ver a Peter en el sofá riendo contagiosamente muy cerca de una chica la cual reía igual que él. Ambos estaban descalzos y ella tenía sus piernas sobre las de Peter.
Notaron nuestra precensía y nos miraron, ella seguia riendo pero la cara de Peter cambió totalmente al verme allí parada. Me miro fijamente al igual que yo a él, pero mis ojos ya se estaban poniendo un poco nublados.

Continuara...