'Volver a Respirar'
Capítulo 159.
-Llegas tarde -le dije al verla
llegar a la mesa-
-Lo siento -se disculpó y dejo sus
cosas sobre la silla- Tomas me retrasó -se excusó-
-Estás perdonada entonces -musité
con un tono de voz casi serio-
Ella sonrió tímida y se sentó en la
silla que estaba justo al frente de mí.
-¿Porque tan lejos? -le pregunté
encarnando una ceja-
-No sé -dijo tímida-
-Veni.
Y corrí la silla que estaba a mi
lado para que ella se siente. Y así lo hizo. Ambos sonreímos y mi mano
rápidamente se posó en su muslo.
-Hola -acaricié suavemente su muslo-
Desvió la mirada de su pierna hasta
mis ojos y sonrió.
-Hola.
Se acercó a mis labios y dejó un
piquito sobre ellos. Dulce.
-¿Que vas a pedir? -le di la carta-
-Mmm.. no sé -revisó la carta- ¿vos?
-me preguntó indecisa-
-Ya pedí -respondí- pero si queres
puedo pedir otra vez.
Ambos reímos.
-No -sus ojos volvieron a la carta-
este restaurante es algo caro -me miró- ¿no crees?
-Yo invito, yo pagó.
-Sabes que no me gustan las cosas
así -revolví mis ojos-
-Lo sé, pero no me importa -le
regalé una picara sonrisa-
-Machista -rio-
-No -reí- es solo parte de la
conquista -le guiñe mi ojo derecho-
-Que galán! -ironizó-
-Y es todo tuyo -aseguré-
Reímos, una vez más.
Lali se concentró en la carta y en
segundos ya había decidido lo que quería comer. No esperamos mucho y nuestros
platos ya estaban en la mesa.
-¿Que pensas hacer con lo de Tomas?
-le pregunté interesado, ya que mañana ella iba a hablar con Pablo-
-Lo dejaré ir -aseguró-
-Buena decisión.
-¿Si? -me miró dudosa-
-Si -acaricié su mano- vas a ver que
cuatro meses se pasan volando.
-¿Vos me vas a ayudar? -me preguntó
tierna-
-A cada momento -aseguré-
-Entonces creo que voy a lograrlo
-sonrió-
-De todas maneras -sonreí-
Lali bebió un poco de su jugo y
luego me miró fijamente.
-No te he dicho pero vestido así,
casi como ejecutivo, hace que mi hormonas se descontrolen -susurró-
Reí. ¿Cómo podía ser tan deseable y
tierna a la vez?
-Lástima que no me pasé lo mismo con
vos -hablé serio-
Su rostro casi se cayó a su plato de
comida, desvió la mirada incomoda y trató de decir algo pero no la deje.
-Digo, porque mis hormonas se
descontrolan cada vez que te veo, que pienso en vos, que te hablo, que te miro
a los ojos.. con o sin ropa.. -expliqué- ¿entendes?
Sonrió irresistiblemente y asintió.
-Estaba a punto de matarte -confesó-
-Me lo imaginé -reímos-
La comida se terminó alrededor de
treinta minutos más. Pagamos y salimos hasta mi auto.
-¿Tenes mucho que estudiar esta
semana? -le pregunté mientras manejaba hacia su laburo-
-Sí -suspiró- estoy llena de
trabajos!
-Que mal, si queres puedo ayudarte -moví
mis cejas-
-Serías una leve distracción
-bromeó-
-No lo creo -reímos-
-Me gusta esto -suspiró-
-¿Que cosa?
-Esto -repitió- estar así, bien, sin
presión, libres.
-Vamos por buen camino -aseguré-
-¿Vos crees? -me miró sonriendo-
-Ajam -paré en un semáforo que dio
en rojo y la miré- estoy seguro que vamos a terminar muy bien esta historia.
-Me encanta -murmuró Lali-
-Y a mí -volví la vista al frente y
aceleré-
Cinco minutos después ya estábamos
estacionados frente al local en donde Lali trabajaba.
-¿Cuándo te veo? -me preguntó-
-Cuando vos me digas -sonreí-
-Quiero verte todos los días
-sonrió- pero no se puede.. -dijo algo apenada-
Me acerqué a ella y acaricié
suavemente su mejilla.
-Ya vamos a poder -aseguré-
-¿Seguro? -me preguntó-
-Si mi amor -murmuré mientras me
acercaba a su boca-
Ella sonrió ampliamente y atrapo mis
labios con los suyos. Su mano se posó en mi nuca para atraerme más a ella. El
beso era intenso, con ganas de más, con deseo.
Su boca se separó débilmente de la
mía y bajo hasta mi cuello para dejar varios cortos besos.
-Repítelo -me pidió atacando mi
cuello-
-Mi amor -susurré en su oído-
Levantó su cabeza y me miró
fijamente, tomo mi rostro con ambas manos y sonrió. Mordió su labio inferior.
-Mi amor -repetí-
Sonrió y plantó un nuevo besó en mi
boca.
-Te extrañe tanto -habló mientras me
besaba-
-Ya me tenes de vuelta -la imité-
-Te quiero!
Y el besó se intensifico. Su forma
de besar era tan única, nuestras lenguas se coordinaban a la perfección y esas
malditas ganas de besarla hasta que se me desgastaran los labios, se hacían
presente.
-Me tengo que ir -dijo dejando
varios piquitos en mi boca luego del beso-
-No -hice un puchero el cual besó-
-Si -agarró mis mejillas- ¿me venís
a buscar? -me propuso-
-Aquí estaré -le di un besó-
-A las siete -se separó-
-En punto -sonreí-
-Hecho -sonrió-
Tomo su bolso y abrió la manilla de
la puerta.
-¿Y te vas así nada más? -le
pregunté mirándola embobado-
Sonrió y se acercó a mis labios.
-Hasta más tarde mi amor -susurró y
me besó cortamente-
Se bajó del auto sonriendo y antes
de entrar al local, volteó y se despidió con la mano. Soy el hombre más feliz
que existe.
Cuenta Lali.
La tarde se fue volando, no sé si
fue porque tuve un buen comienzo del día o porque simplemente hubo mucho
movimiento. Creo que me inclinaba por la opción uno.
Cerré mi casillero y me colgué mi
bolso al hombro, me despedí de los que estaban a la pasada y salí del
local.
Su auto negro estaba estacionado
justo afuera y él estaba apoyado en el capot, esperándome.
-¿Esperas a alguien? -le pregunté aguantándome
la risa-
Me miró y sonrió.
-A nadie en especial -bromeó-
-Ah.. -miré a otro lado- ¿me podes
llevar a casa? -le pedí-
-¿Que me das a cambio? -me preguntó
riendo-
-Mmm... -tome airé- conocer al amor
de tu vida, quizá.
-Interesante.. -rio- y tentadora la
oferta igual eh -reímos-
-¿Entonces, decís que si? -lo miré
canchera-
-Claramente -sonrió- súbete.
-Oh! que caballero, al menos abrime
la puerta ¿no? -exclamé riendo-
-No debería, no te conozco -rio-
-¿Y dónde quedó la galán de
serie?
-Te equivocaste de chico, sorry
-contuvo la risa-
-Que mal, te veías tierno.
-Las apariencias engañan nena -me
guiño el ojo-
No aguante más y estallé en risa, él
rápidamente mi imito.
-Actúas bien eh -dije riendo-
-Vos no te quedas atrás -reímos-
Me atrapo de la cintura con una de
sus manos y me acercó a él.
-Hola hermosa -susurró casi en mis
labios-
-Hola -sonreí-
Nos besamos por apenas unos
segundos.
-¿Destino? -me preguntó cuándo estábamos
arriba del auto-
-Al colegio de Tomas, y luego a mi
depto, ¿puede ser?
-Claro que si amor -sonreímos-
Puse la radio y condujo hasta el
colegio de Tomas. Fui por él y al notar que estaba con Peter, se alegró muchísimo.
Habló prácticamente todo el camino, emocionado.
Llegamos al depto, y mientras yo
preparaba la cena, Tomas y Peter jugaban a la play.
Comimos entre risas, tal y como los
viejos tiempos. Habían muchos recuerdos flotando en mi cabeza, y verlos
nuevamente reír juntos, era casi como si me hubiesen devuelto el alma al
cuerpo.
Terminamos de comer y unos minutos
después, mandé a Tomas a ducharse. Necesitaba tiempo a solas con Peter.
-Te veías tan adorable riendo junto
a Tomas! -exclamé mientras enredaba mis brazos en el cuello de Peter-
-Y vos, mirándonos con la baba caída
-acotó y reímos-
-Es que.. -suspiré- me trajo muchos
buenos recuerdos.
-A mí también -acarició mi cintura-
y me alegra que se puedan repetir.
-De ahora y siempre -uní mis labios
a los suyos-
Nos besamos lentamente, con pausa y
sin prisa. Sentí que mis piernas se despegaban del suelo por su leve
levantamiento, me aferré a su cuello y me impulsé, con su ayuda enrede mis
piernas sobre su cintura sin dejar de besarlo.
Él retrocedió algunos pasos y
suavemente chocamos con el sofá, caímos en él. Nos pusimos a reír sin siquiera
separar nuestras bocas, era un momento tan tierno.
Quedé a horcajadas sobre él, aleje
un poco mi rostro de él y nos miramos fijamente.
-Tengo que decirte algo -musitó él luego
de unos minutos-
-Te escucho -sonreí-
Pero no habló, simplemente me miró
por un par de minutos más.
-¿Y bien? -reí, ya me estaba
preocupando- me estas poniendo nerviosa -le avisé-
Suspiró y acarició mis muslos.
-Es muy simple -encarné una ceja y
él lamió sus labios con la lengua- un verbo conjugado en tres tiempo.
-¿Qué? no te entiendo -dije sin
comprender lo que me quería decir-
-Te amaba. Te amo. Te amaré.
Sonreí. El mundo estaba a punto de
caer sobre mí de tanta felicidad.
Continuara.