17 de abril de 2013

Capitulo Ciento Cincuenta y Tres.

'Volver a Respirar'
Capítulo 153.

Cuenta Lali.

Nos habíamos pasado una hora y media recordando detalle por detalle aquel primer día en que nos vimos, en que nos hablamos, en que nuestras miradas se cruzaron inocentemente sin saber todo lo que iba a ocurrir después, y ahora después de casi dos años, estamos acá.
Su suave risa, sus perfectos lunares, sus achinados ojos, en verdad todo de él me encantaba. Lo observaba una y otra vez, todo era tan irreal, tan raro, tan inesperado... pero sin duda, él ha sido lo mejor que me pasó en la vida.
No sé cómo, pero de repente todo se transformó. Volvió a aparecer en mi vida, sin más, sin ser esperado, después de un año de estar separados, de hablar lo mínimo... ahora estábamos de nuevo acá, involucrando sentimientos, cómplices miradas, sonrisas nerviosas y nuevamente enganchándome de él como lo hice antes.
Y es que simplemente era todo; su personalidad, su carácter, su alegría, la forma en que hace que me olvide de todo, lo que hace que sólo quiera hablar con él a todas horas, era único. Pero por el momento tenía que controlarme, tenía que llevar esto con calma, esta vez las cosas iban a retomar su camino sin presiones.

-¿Queres ir a cenar a otro lado? -me preguntó luego de habernos terminado nuestros tragos-
-No, no -me limpié la boca- con esto es suficiente.
-¿Suficiente? -preguntó y yo asentí- estás loca!, esto solo me llena un diente -exageró-
Reí por algunos segundos, él me acompaño hasta que las risas disminuyeron. Peter apoyo sus codos en la mesa, apretó sus puños y sobre ellos apoyo su mentón, me miró fijamente.
-¿Esperabas que te llevara a otro tipo de local? -me preguntó casi riendo-
-Y la verdad, no esperaba algo en específico -respondí- me imagine que me ibas a sorprender de alguna manera -confesé-
-Me conoces eh -exclamó sonriendo-
-No sé.. -suspiré-
Él encarnó una ceja y me miró confundido.
-Si me conoces -aseguró-
-No es eso -lo miré- A veces siento que te conozco muchísimo pero a la misma vez siento que no sé muchas cosas de vos -admití-
-¿Como que cosas? -preguntó interesado-
-No sé -levanté mis hombros- creo que en un año pueden pasar muchas cosas.
-Sí, pero no por eso voy a cambiar -me advirtió-
-Y yo no dije que cambiaste -contesté-
-¿Entonces que quisiste decir?
-Peter! -exclamé sonriendo- los dos sabemos que ya no somos tan pendejos como la última vez que estuvimos juntos -aseguré-
-Sí, ahora pensamos bastante diferente quizá..
-A eso me refiero -sonreí- maduramos, aunque sea un poquito -reí-
Él rio y luego se detuvo a mirarme por largos minutos, mordió su labio inferior y mis mejillas se sonrojaron.
¿No los odian? esos silencios incómodos. ¿Por qué necesitamos decir algo para rellanarlos? Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callada durante un puto minuto y disfrutar del silencio.

Su mirada se apartó de mi minutos después, sentí que la sangre volvía a recorrer mis venas y mis pulmones se llenaban de aire.
Él llamo a la mesera, le pidió la cuenta y en minutos la estaba pagando, quise hablarle en el momento en que llegó la boleta pero él no me dejó verla. La mesera se fue hasta con una suculenta propina.
-Me han estado pagando muy bien -se excusó al notar mi rostro cuando le dio el dinero a la chica-
-Debes ser muy bueno entonces -sonreí-
-Excelente -se agrandó-
Reí y negué. Me enloquecía cuando su egocentrismo se hacía presente, se veía aún más deseable.
Tomamos nuestras cosas y nos levantamos, antes de salir pasé por el baño, me retoque un poco el labial de mis labios y luego salí. Él me estaba esperando apoyándose en la pared.
-Recuerdo que cuando me perseguiste ese día también estabas así -susurré cuando llegue a su lado-
-Esa era la idea -se acercó un poco y me susurró en mi oído- que lo recordaras.
Mi mirada buscó a la suya, la encontró y ambos sonreímos. Caminé tranquilamente hasta afuera del bar, sus pasos venían justo detrás de mí. Me detuve frente al auto esperando que él lo abriera pero no lo hizo, volteé y lo vi mirándome con su maldita sonrisa que hacía que mis piernas se debilitaran.
-¿Qué pasa? -le pregunté inocente-
-¿Tan rápido te queres librar de mí? -me preguntó casi riendo-
Reí suavemente y me acerqué un poco.
-No lo creo -murmuré-
-Mi cita aún no termina -me advirtió-
-No quiero más sorpresas! -exclamé-
-No -rio- tranquila.. -sonrió- solo vamos a caminar por ahí... ¿sí?
Asentí, el tomo aire y yo reí.
Comenzamos a caminar sin rumbo alguno, él a mi lado, yo a su lado, sin hablar, sin tocarnos, sin saber qué hacer.. Incomodos, nerviosos, tímidos.. Casi como la primera vez.

Cuenta Peter.

Habíamos caminado al menos tres cuadras en completo silencio. La miré de reojo y ella iba con su vista pegada al frente pero sin borrar su sonrisa que la había acompañado toda la noche.
Mi traviesa mano choco por casualidad con la suya, ese pequeño roce me puso nervioso, y tuve una sensación de fuego que recorría mi brazo. Ella me miró y yo también lo hice.
-Parecemos dos adolescentes a punto de dar su primer beso -exclamó bromeando-
Reí, tenía razón.
-Es que lo provocas en mí -aseguré-
Sus mejillas se tornaron un poco rosadas, bajó su vista y su sonrisa se expandió aún más por su bello rostro.
-Esto es.. raro -dijo mirando hacia el frente-
-Pienso lo mismo -suspiré-
-Pero de todas formas, es lindo -posó su mirada en mí-
-Es incomodo también -acoté y reímos- pero me gusta... -aseguré- me gusta sentirme asi, tener estas sensaciones, saber que sos vos la que me pone así... me dan ganas de seguir con esto, de empezar a hacer las cosas bien.
-Y es justamente lo que estamos haciendo -aseguró-
-Y me encanta -agregue-
-Nos encanta -corrigió mientras sonreía-
-¿Te gusto? -le pregunté sin pensarlo-
Rio, mordió su labio inferior y detuvo su paso.
-¿Es enserio? -me preguntó riendo-
-Si -reí- quiero saberlo.
-Estás loco -rio-
Hice un puchero-
-Sí, me gustas, muchísimo -afirmó-
Mis ojos se iluminaron una vez más, escucharlo de su boca era lo más tierno que me podia pasar.
-Era lo que quería escuchar -aseguré feliz-
-¿Y yo? -preguntó sin dejar de sonreír-
-¿Vos qué? -me hice el boludo-
-¿Te gusto? -me preguntó tierna-
-Y... boee, acepto que algo me moves el piso, te encuentro una mina linda, simpática..
Ella bufó, rodeó sus ojos y se dispuso a caminar. Reí y me acelere para atraparla con mi brazo.
-Era mentira! -exclamé riendo mientras rodeaba su cintura con mi brazo, estábamos bastante cerca-
Apretó sus labios e inflo sus mejillas, contenía la risa. Reí aún más.
-Lo sabía -exploto en risa-
-Creo que no hace falta contestar ¿verdad? -le dije sin soltarla-
-Si hace falta -aseguró-
Sonreí, siempre me llevaba la contra. Me acerqué un poco a su boca.
-Me gustas, me encantas, me volves loco -susurré-
-Ya lo sabía -escapó de mi riendo-

Y me encantaba verla reír, verla feliz, ver que la estaba pasando bien, y más aun si yo era el motivo y su acompañante.
Seguimos caminando entre risas, y más risas. La noche no estaba muy fría, y cada segundo se hacía más diminuto a su lado.
Llegamos hasta una pequeña placita, yo me senté mientras ella observaba unas plantas.
-¿Te volviste ecologista ahora? -le pregunté bromeando-
-Mmm no -se sentó a mi lado- solo soy curiosa.
-Muuuuuuy -la jodi-
-¿Que sabes vos? -me miró riendo-
-Yo sé mucho más de lo que pensas.
-Claro que no -rio-
-¿A si? ¿queres apostar? -moví mis cejas-
-No tendría nada que perder -rio-
-¿Segura? -advertí-
-Segurísima -sonrió-
-Entonces apostemos -le ofrecí-
-No... después me vas a ser perder -rió-
-Dalee, apostemos! -insistí-
-¿Y que tenes pensado apostar? -me preguntó sonriendo-
-Mmm... que puede ser.. -dije mientras pensaba- a ya se!.. -me acerque un poco- un beso.
Lali rio con muchas ganas, mordió su labio inferior y me miró casi por un minuto completo.
-¿Que decís? -le pregunté mirándola fijamente-
-Recuerdo que esto ya lo apostamos alguna vez -dijo sonriendo tiernamente-
-Uruguay, Uruguay(8) -canté-
-Boludoo -exclamó riendo-
-¿Si aceptas? -volví a preguntar-
-Mejor apostemos otra cosa.. -me propuso-
-¿Como que?
-Otra cita..
Sonreí. Me acerqué a ella un poco más, y me apoyé en su hombro.
-Perfecto -asentí-

Rodee su pequeña cintura con mis brazos, ella tomo mis manos y entrelazó las suyas con las mías, ambos sonreímos, apoyo su cabeza en mi hombro y sin decir nada más, nos quedamos así por unos cuantos minutos.. Bastantes la verdad, quizá fueron unos veinte o treinta.. no lo sé. Lo único que sé, es que fueron los minutos más placenteros y necesarios de toda mi vida.

-Me haces muy bien -susurró Lali-
-Y vos a mí -acaricié sus dedos-
-¿Sabes algo? -se giró para mirarme fijamente, negué perdiéndome en sus ojos- te necesito -aseguró- ¿y sabes porque? -no dije nada, solo la miré- porque te quiero.
Mi sonrisa se dibujó de inmediato, su sinceridad me mataba. Me acerqué un poco más, solté una de mis manos de las suyas y la subí hasta su rostro. Acaricié suavemente su mejilla derecha mientras observaba su boca. Ella no dejaba de sonreír, entonces, acorté la distancia entre sus labios y los míos, saboreé sus labios, y la besé.
Ella me siguió de inmediato, agarre su cuello con ambas manos y la atraje más hacia mí. Su forma tan única para besar hacía que me dieran ganas de no despegar mi boca de la de ella.

Ella hundió sus manos en mi cabello y atrajo mi rostro al suyo queriendo más de mí. Mordí su labio inferior y ella soltó un gruñido apretando sus dientes y cortando el besó. Ambos sonreímos sin despegar nuestros labios, segundos después volvimos a compartir saliva.
Nos detuvimos cuando la falta de aire era evidente. Ella se quedé quieta, con la cabeza sobre su pecho y la respiración un poco acelerada.
Acaricié delicadamente su cabello haciéndole volver su vista a mis ojos.
-¿Qué sigue ahora?- pregunté en voz baja, sabía la respuesta pero igualmente pregunté-
-No lo sé…
Susurró sin despegar sus ojos de los míos. Sonreí, no quería enredarme más, solo quería estar bien con ella, sea como sea.
-Con vos me siento uno, tal y cual soy, no como los demás necesitan que sea... me siento bien así -aseguré-
No dijo nada, solo acerco su boca a la mía y me besó cortamente.

Mi brazo sobre su hombro envolvió su cuerpo y lo atrajó al mío, caminamos unidos, como dos amigos, dos amantes, dos personas completamente felices, que disfrutaban el silencio, las risas, el momento.. Disfrutaban de la compañía del otro.
Nos subimos al auto, pusimos música y comenzamos a reír. Así era, recordamos algunos momentos vividos en nuestra relación pasada, y nos cagabamos aún más de risa. Todo era tan sencillo con ella a mi lado.
-¿Vas mañana a lo de Javier? -le pregunté antes de que se despidiera, ya en la puerta de su edificio-
-Creo que si.. -respondió- ¿vos?
-Si, les ayude a organizar la joda -contesté-
-Ahh.. -dijo algo incomoda-
-¿Pasa algo? -le pregunté al notarla extraña-
-¿Va a ir tu ex verdad? -me preguntó un poco complicada-
Suspiré, eso era.
-La invitaron pero no sé si irá -contesté y ella asintió- no te preocupes por ella.
-No lo hago -me miró- pero la respeto igual -asentí- y vos también hacelo -me advirtió-
-Lo haré -afirmé-
Ella sonrió, se acercó y envolvió sus brazos en mi cintura. Sonreí y mis brazos enredaron su cuello. 
-Lo pasé muy bien hoy -susurró-
-Yo más -respondí-
-Gracias por todo.
-No es nada -besé su frente- 
Estuvimos abrazados unos segundos más hasta que su boca se unió a la mía.
-Buenas noches -dijo luego de separarse de mi-
-La mejor diría yo -sonreí-
Sonrió y comenzó a caminar hasta el ascensor. La saludé con la mano y volteé para caminar hasta mi auto, antes de llegar giré y ella ya había desaparecido.
Tome aire y lo boté. Estaba feliz.

Continuara...