'Volver a Respirar'
Capítulo 177.
-Oh no, no tomes eso Tomas! -exclamé en forma de reto cuando mi hijo
había tomado una botella de cerveza del supermercado-
-¿Porque? -me preguntó inocente aun con la botella en su mano-
-Porque es alcohol -se la quité y la deje sobre el mueble junto a las
demás botellas-
-Yo se la quería llevar a Peter -aseguró tiernamente-
Reí tontamente. ¿Era enserio
-¿Y porque? -le pregunté mientras sonreía-
-Porque Peter toma cerveza mientras ve partidos de futbol -respondió-
Volví a reír suavemente. Tenía razón y era tan adorable. Peter tomaba
una o dos cervezas los domingos por la tarde mientras veía partidos de futbol,
tenis o rugby.
Suspiré y sacudí su pelo mientras sonreía.
-Toma dos y mételas al carro, con cuidado -le ordené-
El me obedeció y metió dos botellas de cerveza al carro de compras. Rio
al notar que lo miraba mientras él lo hacía.
-Yo no voy a tomar alcohol todavía -me advirtió-
-¿Todavía? -pregunté riendo-
-Quizá tome algo cuando sea grande -achino sus ojos-
-Sos un amor hijo -besé su frente-
-Y yo no le voy a enseñar eso a mi hermanito -acarició mi panza-
-Me parece bien -sonreí-
Seguimos caminando por el pasillo de gaseosas en busca de jugos o
bebidas.
Ya llevábamos tres meses viviendo con Peter y todo estaba saliendo bien.
No habían problemas, y Tomas era como un hijo para Peter. Lo retaba cuando era
debido, se cagaban de risa siempre, hacían locuras, bromas, salíamos,
cocinábamos comidas exóticas, veíamos películas, jugaban Xbox, miraban
partidos, me mimaban, y se preocupaban enormemente por el bebe.
Mi panza ya estaba grande, tenía siete meses y el sexo del bebe aun no
lo sabíamos. Preferimos que sea todo sorpresa, esperar hasta el parto para
saber que era.
Mi teléfono sonó, lo contesté mientras Tomas estaba en la sesión de
yogurts.
-Amor, ¿ya venís? -le pregunté cuando vi que era Peter-
-Sí, estoy subiendo del estacionamiento ¿vos dónde estás? -me respondió
y pregunto-
-En los lácteos -contesté-
-Quédate ahí ¿sí?
-Si gordo -y colgué-
Me quede parada mirando las diferentes marcas de leches, hasta que sentí
que alguien me miraba. Miré de reojo pero no vi a nadie, sin embargo aún sentía
esa pesada vista sobre mí. Volteé haciéndome la desprevenida y a lo lejos vi a
una mujer, delgada, estirada y morocha.
Mi corazón latió un poco más rápido de lo normal y mis ojos rápidamente
se desviaron de ella. Trague saliva y mordí mi labio. No podía ser cierto, ella
no podía estar justo acá. Apreté mis ojos y boté aire. Volví a mirarla
nerviosamente y si, era ella.
No dijo nada, solo se acercó tímidamente mientras mis ojos recorrían su
caminar hacia mí. Mi rostro debía ser aún mayor cuando se posó a mi lado. Ni
una de las dos habló, simplemente nos miramos.
Y mi mirada se hizo gris, sentí un nudo en la garganta terrible. No
quería llorar y no lo iba a hacer frente a ella.
-Tanto tiempo -murmuró ella-
Dos años sin verla. Maldita sea, ¿porque tenía que aparecer justo ahora?
Asentí sin querer hablarle. La había necesitado tanto y ella simplemente
me había abandonado.
-¿Cómo estás? -preguntó con ganas de sonreír-
-Bien -dije cortante-
Sonrió queriendo parecer amable, recorrió mi cuerpo y sus ojos se
posaron en mi panza para luego volver a mis ojos desesperadamente.
-¿Estás.. -tragó saliva- estás embarazada? -preguntó con asombro-
-Si -revolví mis ojos-
-Oh! -sonrió sorprendida y algo emocionada- hija.. -susurró-
Apreté mis ojos con bronca. ¿Cómo mierda tenía el descaro de llamarme
hija si nunca me quiso?
-Felicidades -continuó-
-Gracias -dije sin ni una mueca de alegría en mi rostro-
Desvié mi mirada a Tomas que venía acercándose.
-Mamá, eche unas cosas al carro para mi colación de la semana -me habló-
Y la mirada de la que se hacía llamar mi mamá, se posó en Tomas. Sus
ojos se ablandaron y apretó sus labios.
-Tomas -musitó-
Tomas la miró desentendido y sonrió.
-¿Quién es ella mamá? -me preguntó-
Iba a contestarle que nadie, pero una voz nos interrumpió. Peter.
-Acá estaban -habló llegando a nuestro lado-
Se detuvo a mirar a la mujer que estaba con nosotros, de inmediato se
percató de quien era y no dudo en pasar su brazo por espalda hasta llegar a mi
redonda cintura.
Ella lo miró aún más sorprendida, sus ojos se cristalizaron y aguanto
las ganas de llorar.
-Mamá -insistió Tomas-
Mire a Peter con nervios, casi suplicándole que se llevara a Tomas por
unos minutos y él pareció entender.
-¿Me acompañas a ver la ropa para tu hermanito? -le propuso a Tomas-
-Si si -sonrió-
-Luego venimos amor -estampó un beso en mi mejilla- te amamos.
Le sonreí angustiada, él tomo la mano de Tomas y se lo llevó lejos de
nosotras.
-Está tan grande -habló angustiada-
-Lo sé -musité con una voz seca-
-Y veo que aun seguís con él -se refería a Peter- me alegro, y también
me alegro de que vayan a tener un hijo, van a hacer una muy linda familia -dijo
con cierta alegría-
-A mí también me alegra tener una familia por fin -aseguré con bronca-
-Hija... -susurró y yo encarné una ceja- tenemos tantas cosas de que
hablar, yo sé que me desaparecí de la nada y..
-Como siempre -reí irónicamente, interrumpiéndola- ¿y sabes qué? no me
interesa hablar con vos, estoy tan bien ahora que lo único que quiero es seguir
así -aseguré-
-No seas así Mariana, hace más de dos años que no nos vemos.
-Y fue lo mejor que me pudo pasar -dije sin siquiera un sentimiento de
tristeza-
Sus ojos dejaron escapar unas pocas lágrimas, eso le había dolido pero
eso no se comparaba a todo lo que yo sufrí cuando estuve con ella, a todo lo
mal que la pasé sin tener a una mamá que me apoyara. Su dolor era la cuarta
parte de mi dolor.
-Vos me dejaste cuando más te necesite, me dejaste en la calle sin si
quiera importarte que fuese tu hija y que además de tener un hijo no tenía un
laburo estable -le dije con bronca- y aprendí a vivir sin vos, aunque bueno, no
fue tan difícil porque literalmente toda mi vida viví sin vos.
-No digas eso -susurró- yo sé que no fui la mejor mamá pero tampoco fui
la peor.
-No -negué- simplemente no fuiste una mamá -corregí-
-Ok -miró a su al rededor y recordó que estábamos en un supermercado- al
menos dame un tiempo para saber que ha sido de vos -me miró- yo me he acordado muchísimo
de ustedes aunque no lo creas.
-¿Y porque nunca llamaste? -le pregunté a punto de botar todas mis
lágrimas-
-Porque yo pensé que vos me ibas a buscar, que ibas a necesitarme y..
-Te necesité -la interrumpí- pero nunca pensé en buscarte ¿y sabes
porque? -ella negó- porque vos desde que me echaste de tu casa y te preferiste
ir con tu noviecito, dejaste de existir para mí.
Y unas cuantas lágrimas se escaparon de mis ojos pero rápidamente limpie
mis mejillas. No iba a verme débil frente a una persona que no se lo merecía.
Su cabeza se agacho y limpió un par de lágrimas que recorrieron sus
mejillas.
-Tenes mucho rencor en vos hija -me miró- y eso no está bien.
-No, no tengo rencor solo tengo un pasado que en verdad no quiero
recordar -aseguré-
-¿Ni siquiera queres darte la oportunidad de escucharme? -me preguntó
casi rogándome-
-No me interesa saber de vos, no está en mis planes integrarte ni a mi
futuro, ni a la vida de mi familia -le respondí-
-Algún día me vas a necesitar de verdad.
-Aprendí a vivir sin vos -la miré desafiante- y ahora simplemente sos un
recuerdo más, vos lo decidiste así y yo simplemente tuve que aceptarlo y hacer
mi vida sin vos.
-No me eches la culpa a mí.
Reí sarcástica, seguramente yo tuve la culpa siempre.
-Se terminó la charla -suspiré- que estés bien.
Quise voltear pero su mano en mí brazo me lo impidió.
-¿Me vas a hacer esto enserio Mariana? -preguntó casi gritando-
La miré fijamente y me acerqué a ella como queriendo abrazarla pero no,
eso era lo último que quería de ella.
-Ándate con tu novio, él no te va a dejar... ¿o ya lo hizo? -pregunté
malvadamente-
Apretó sus ojos y sus labios.
Sonreí por dentro, había dado justo en el clavo. Claro, ahora que ella había
terminado con ese hijo de puta, quería volver a mi vida, a recuperarnos. Estaba
demente, ni siquiera quería verla, para mi ella de verdad había dejado de
existir.
-Sos muy hiriente cuando queres serlo -musitó soltando mi brazo-
-Aprendí de vos -aseguré y me alejé-
-Sos igual a mí -dijo con bronca-
-Quizá si -la miré seria- pero la diferencia es que yo tengo
sentimientos, amo a mis hijos y a los que me rodean y por nada del mundo los abandonaría
-le tiré de una- no soy un arpía como vos, soy luchadora y a pesar de todo la
mierda que hubo en mi vida, pude sobrevivir, y acá estoy, feliz al fin
-aseguré- y sin ganas de tenerte en mi vida.
-Hija de puta -susurró con bronca-
-Y muy bien que me queda el apodo.
Volteé y camine unos pasos hasta que giré y la vi en la misma posición
mientras me miraba con odio.
Me devolví a ella y hablé con orgullo y felicidad.
-Soy lo que siempre quisiste ser y nunca pudiste -la miré de pies a
cabeza- por eso me vas a odiar el resto de tu jodida vida -aseguré con bronca y
finalmente me fui.
Y si en el algo tenía razón era en lo último que le dije. Ella siempre
me odio porque quiso ser como yo, claro, por eso decía que le arruine la vida
porque simplemente le arruine los planes de ser feliz. Era tan desgraciada que
no podía asimilarla como una madre para mí y tampoco me iba a esforzar,
simplemente ella no existía y no me dolía, porque nunca la sentí como una mamá.
Ella no iba a venir justo ahora a quitarme esta felicidad, a quitarme
estas ganas tremendas de respirar.. Ni ella, ni nadie podían volver a
derrumbarme.
Por fin estaba volviendo a respirar y de la mejor manera.
Continuara...
Poco poquisimoooo! Iba a subir más temprano pero se me fue el internet :((, shitttt, pero quedan 3 y me da pena poner más, esque AMO tanto esta nove :(((, las quiero muchooo y GRACIAS por leer! son lo mas..
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